Murallas interiores: finalistas
Concurso de micropoemas conducido por Joaquín Pérez Azaústre
15 abril, 2021 17:50Y los veinte poemas finalistas son:
Pájaro azul
En la llanura
hay cristales y flores,
coronas de espigas que presienten el miedo.
Natalio Linaceros
La muralla interior tiene oscuras ventanas.
Es apenas la nuez donde tiembla la noche
como en esa membrana que has cosido a tus labios.
Frida Roffe
Cubre de espejos todas las paredes
así sólo ve su rostro
y su lenguaje.
PCG
La argamasa de mi muro
tus desconfianzas
y tu risa oxidada.
Caníbal
Detesto mi muralla esquizofrénica
collage de pedacitos de histerias
donde me ahogo en mi propia bilis.
María José Viz Blanco
Dimensión desconocida
de imágenes punzantes y feroces
que el pájaro percibe en su vuelo circular.
Selene
Me escondo de las estrellas
en la hora de plomo detenida
se desintegran las murallas de mi nombre.
Kamikaze
Murallas de líquenes desterrados
alambradas sin raíces de mandrágora
mis neuronas atan la libertad.
Edus
Al otro lado de la alambrada
pisarás la arena sin pincharte
jugando con los niños más traviesos.
Ana Marìa
Se resquebraja la muralla. / En la baranda se confunden los paraguas. / Vigilante, el zumbido entreabre las puertas.
Marta
Cuando las piedras arranquen mis entrañas
y las fieras dibujen guijarros en las sombras
las horas alzarán nuevas murallas
Medea
Me tiendo en la oquedad
desnuda bajo la pesadez de las rocas
cargo con todo el miedo terrenal.
Eliseo
Por dentro soy como un panal rezagado,
en cuyos muros sonámbulos
se van quedando con las grietas del silencio.
Susana Bellido
Vaga el musgo sediento
en las pupilas de una antorcha
donde parpadean los recuerdos.
Mari Carmen Pavón
Un avispero se instala entre los muros.
Ingenuamente,
me cubro con un manto de lavanda.
Pilar Alejos
Con la fragilidad de palabras nube
construye su muralla de puntos suspensivos.
En su intimidad, no hay cenizas ni gigantes.
Robert Wyatt
La erosión de la corteza muestra la levedad de la piel
Por la fractura del caparazón se adivinan
Las ruinas de la fortaleza.
Gambela
Mi sangre es cristal ahumado
para esquivar el giro del tiovivo
que empujan las estatuas de sal.
Laoconte
El verdín humedece las articulaciones
que rechinan entre esquinas desorientadas
por las que vaga los huesos de una sombra.
Hellen R.
Siembro una palabra cuyas raíces,
sedientas de miedo,
desgarra la piel con sus espinas.
Tema de la semana que viene: “Regresos imposibles”.