“Perdón, ¿no es esto Ornitología Uno?”, pregunta uno de los personajes de Lorrie Moore (Nueva York, 1957) en uno de sus relatos. “No –le contestan–, esto es Creación Literaria”. Y así, con este singular equívoco, se presenta la protagonista de Cómo convertirse en escritora, una de las más célebres historias de la autora americana, publicada por primera vez en 1985 en un libro, su primer libro, que tituló Autoayuda. Allí, Moore reunía ya algunos de los ingredientes que la ensalzarían hoy como una de las máximas exponentes del cuento norteamericano. Una mezcla perfecta entre su particular sentido del humor y sus habilidades literarias para construir unos personajes conmovedores, perdidos y solitarios, que se buscan y se desencuentran, que enferman y se recomponen, que salen a cazar pájaros y terminan componiendo historias.

Como ya hiciera con Joy Williams, Lydia Davis o William Goyen, Seix Barral ha reunido ahora por primera vez en un solo volumen todos los relatos de la escritora norteamericana, muchos de ellos descatalogados hoy. Autora de novelas como Anagramas, El hospital de ranas o Al pie de la escalera, Moore es mucho más conocida por sus libros de cuentos. A Autoayuda, le siguieron Como la vida misma, Pájaros de América y Gracias por la compañía, títulos que incluían sus historias más icónicas como Gente así es la única que hay por aquí, Además usted es feo o Como la vida misma. También, cómo no, aquel primerizo Cómo convertirse en escritora.

No creo que hoy pudiera volver a escribirlo –comparte la escritora 35 años después–. Eso es lo que pasa con los relatos, representan un tiempo determinado. Pueden tener algunos elementos que permanecen siempre pero también indican en gran medida el lugar donde se encontraba el autor en el momento de escribir la historia”, sostiene.

Pregunta. Pero ¿y ahora? ¿Cómo habría cambiado aquella historia?

Respuesta. Imagino que tendría que escribir sobre cómo ser una influencer en las redes sociales. (No tengo ni idea).

P. Hablaba en aquel relato de la vocación literaria como “un impulso” y “un hábito desafortunado”, ¿se reconoce en aquellas palabras?

R. Sí. Normalmente no estoy de acuerdo con mis relatos, pero tal vez aquí y ahora sí.

P. Recordando aquellos inicios, ¿cuál es el consejo más importante que le dieron que le gusta repetir a sus propios alumnos?

"Ahora hay más expectativas de no sentirnos solos y eso hace que la sensación de soledad se intensifique"

R. Escribe algo que TÚ quieras leer. Y "toma este primer borrador, vuelve y trabaja en él. Hay algo que está mal, pero no sé qué es. Descúbrelo y soluciónalo".

En el universo literario de Lorrie Moore muchos de sus personajes cantan o tocan algún instrumento. Su devoción por la música la heredó de sus padres aunque ella, cuenta, prefiere trabajar en silencio en un ordenador portátil, rodeada de notas y tazas de café. Junto a sus Cuentos completos, acaba de publicar en España además una selección de reseñas, crónicas y ensayos, A ver qué se puede hacer (Eterna Cadencia), escritas durante los últimos treinta años, donde ejerce de crítica literaria con otros grandes autores que han sido además sus máximos referentes como Margaret Atwood, Philip Roth o Clarice Lispector. No obstante, a juzgar por el número de veces que repite el nombre de Alice Munro en las entrevistas, si tuviera que decantarse solo por uno seguramente sería el de la Premio Nobel. ¿Y de los menos consagrados? La escritora cita unos pocos. Deb Olin Unferth, Julie Hayden, Ben Marcus o Samantha Schweblin.

P. Cambiémosle el título a su cuento, ¿cómo convertirse en buen crítico?

R. Confía en ti mismo. No utilices los mecanismos distorsionadores de la crítica especializada. Intenta escribir sobre algo con lo que realmente conectes y luego dilo con tus propias palabras.

No todo es literatura, o sí, para esta escritora que ha opinado también sobre series de televisión como True Detective o The Wire y que pronto se anima a recomendarnos una ficción actual. Normal People, la adaptación de la novela de Sally Rooney, “es interesante por la actuación de su reparto y su hermosa fotografía”, señala. Moore responde escueta pero lo hace sin reservas, también cuando se le pregunta por el presidente de Estados Unidos y el porvenir del país. “Pienso que Trump no será reelegido”.

P. Pero,  ¿se imagina cómo sería meterse en su cabeza para escribir en primera persona alguno de sus relatos?

R. Oh, yo creo que sería un lugar triste en el que estar. Él no es una persona feliz.

P. Sus historias están, de hecho, plagadas de personajes a los que le cuesta conectar con los otros o consigo mismos, ¿cree que hoy, pese a los avances en las comunicaciones, estamos más desconectados que nunca?

R. Sospecho que nos sentimos tan solos como siempre. Pero tal vez ahora hay cierta expectativa de que NO deberíamos sentirnos solos y eso hace que la sensación de soledad se intensifique.

P. La enfermedad es otro de los temas que aborda en sus historias, ¿qué lectura podemos hacer de la pandemia del coronavirus?

R. Ya veremos. Solo estamos en la mitad de la pandemia aún.

"La mente de Trump sería un lugar triste en el que estar. Él no es una persona feliz"

P. Hace poco se ha comentado que Flannery O’Connor podría haber sido racista, el debate es antiguo, ¿cómo lidiamos con la distinción entre la vida privada y la obra del autor? ¿Cambia en eso algo nuestra percepción de la autora de Un hombre bueno es difícil de encontrar?

R. Creo que aún se puede enseñar su obra, pero no tienes por qué hacerlo. Puedes separar al autor de su obra si quieres, pero no tienes por qué hacerlo. Depende de cada lector decidir.

P. Pero, ¿cómo diferenciar la corrección política de la censura?

R. La censura es un silencio impuesto por el gobierno. La "corrección política" es una simple cortesía.

P. En Estados Unidos se viven momentos especialmente tensos por la discriminación racial, ¿qué importancia tiene la cultura a la hora de derribar ciertas ideas? ¿Deberían los escritores incluir más diversificación racial y sexual en sus personajes?

R. Como dijo Toni Morrison, absolutamente sí. Actualmente, a los escritores jóvenes les preocupa hacerlo por temor a la "apropiación cultural". Pero uno debe imaginar profundamente, bien, todo tipo de experiencias, búsquedas y sueños vívidos. Eso probablemente no se llamaría apropiación si se hace bien. No obstante, todavía tienes que escribir desde el centro de ti mismo.

P. Antes comentaba que los cuentos aluden al lugar desde donde están escritos, al momento, pero, ¿y al leerlos? ¿Qué relato diría que le cambió la vida o recuerda especialmente porque lo leyó en una determinada época?

R. Qué pregunta tan interesante. No estoy segura de cuál es la respuesta. Leí The Moon in its Flight de Gilbert Sorrentino cuando era joven, que es el momento adecuado. Y leí las historias de Alice Munro cuando era mayor, especialmente Secreto a voces, cuando también era el momento adecuado.

@mailouti