Pocos géneros más gozosos que el “whodunnit”, o ¿quién lo hizo?, esas tramas enrevesadas y plagadas de pistas verdaderas y falsas en las que al final se nos revelará la identidad del asesino. Son novelas y películas que funcionan como un juego, retando la perspicacia y el ingenio del espectador, que no siempre acierta pero disfruta rompiéndose la cabeza. La maestra del género, como es sabido, es la inmortal Agatha Christie, novelista del siglo XX que arrasó en el mundo con novelas como Diez negritos (1939) o Sangre en la piscina (1946) protagonizadas por grandes detectives como Poirot o Miss Marple, capaces de ver en una moto de polvo la clave del delito pero sobre todo finos conocedores de las miserias y debilidades del alma humana.
La película Puñales por la espalda, dirigida por Rian Johnson, célebre en todo el mundo porque es el responsable de los nuevos capítulos de la saga de Star Wars, homenajea el universo de Christie (sumen al whudunnit las mansiones victorianas y toda la imaginería de la Inglaterra campestre y regia) en un filme muy divertido en el que la trama funciona como un reloj mientras se dedica a presentar una visión del ser humano más bien agria. En este caso, Johnson además se dedica a cargar sus puñales contra una clase alta que presenta como codiciosa y atontada mientras la heroína de la función es la asistenta del muerto, una Ana de Armas que se acaba convirtiendo en la protagonista y el foco de luz en un mundo de miserias y, claro, “puñales por la espalda”. Como el detective protagonista, interpretado por un Daniel Craig. Majestuoso, hay que estar atento a todos los detalles porque Johnson no solo remata su película con una sorpresa sino que de manera bastante asombrosa logra cerrar todos los cabos sueltos.
El muerto es un escritor de novelas de misterio superexitoso (Christopher Plummer) y su cadáver aparece al final de una fiesta para celebrar su 85 cumpleaños en la que se han reunido sus descendientes, entre los que aparecen actores como Don Johnson, Jamie Lee Curtis o Chris Evans, todos ellos ávidos de que el viejo la palme y poder repartirse su fortuna. Y el detective es un Craig que se lo pasa pipa lanzando miradas sardónicas a los demás, un señor elegante de inteligencia aguda y penetrante que acaba forman un inesperado equipo con el personaje de Armas. El propio Johnson escribe un guión lleno de eso que los ingleses llaman wit con unos personajes pasados de rosca que funcionan como parodia de esa pequeña miseria humana que todos arrastramos de alguna manera u otra.