Las metrópolis han sido una fuente que ha nutrido tanto al cine como a la fotografía en toda Europa. Por eso, Cámara y ciudad. La vida urbana en la fotografía y el cine que inaugura CaixaForum en Barcelona propone un recorrido histórico y temático a través de imágenes, películas, vídeos y material impreso que abarcan desde la década de 1910 hasta principios de 2010. Se trata de la primera exposición que llega como resultado del acuerdo entre ”la Caixa” y el Centro Pompidou para colaborar en la organización de muestras conjuntas hasta el año 2024.
Cámara y ciudad, comisariada por Florian Ebner (responsable del Departamento de Fotografía del centro parisino) con la colaboración de Marta Dahó (doctora en Historia del Arte, investigadora y docente), está compuesta por 244 obras de 80 artistas procedentes del centro francés en diálogo con las principales colecciones españolas. Bajo su mirada se explora la relación que fotógrafos y cineastas han mantenido con la urbe moderna a lo largo del siglo XX. Las calles, la arquitectura y los habitantes han sido vistos a través de la lente desde el mismo momento de la invención de la disciplina. De hecho, fotografía y cine evolucionan en paralelo a la ciudad moderna y acaban actuando de testimonios directos de su transformación y de los momentos más trascendentales de su historia social, política, económica, urbanística y arquitectónica.
No obstante, el recorrido no pretende ser simplemente una historia de la fotografía urbana, sino también un ensayo visual que se entrecruza con las transformaciones sociales y urbanísticas. La metrópoli es vista como un escenario, lúdico o político, con sus habitantes como actores, en una larga historia de expansión y declive en la que se han pasado momentos de euforia, soledad, melancolía y revuelta. Las obras contienen una dimensión teatral: la performance, en un sentido artístico, y la participación, en un sentido político.
Un recorrido cronológico
Estructurada en diez ámbitos, la exposición propone una visión renovada sobre la fotografía de ciudad. Organizada de manera cronológica, se abre con la célebre Mujer ciega (1916), que Paul Strand tomó con la cámara escondida, algo que ya supone una declaración de intenciones del realismo moderno fotográfico y que encarna el concepto de la instantánea directa. La imagen dialoga con una película del mismo autor, realizada conjuntamente con el pintor Charles Sheeler en 1921, Manhatta —emblemática del cine de ciudad, una apoteosis de Nueva York, elogio de su verticalidad y de las estructuras de acero—, y con un díptico contemporáneo de Martí Llorens que muestra el derribo de edificios en la Barcelona preolímpica.
La urbe vertical, uno de los temas que aparecen al principio del recorrido, se corresponde con el momento del final de la Primera Guerra Mundial, cuando existía una gran euforia con respecto a la metrópolis y una profunda fe en la modernidad, la tecnología y el progreso. Las visiones de la Torre Eiffel son paradigmáticas de este momento con las imágenes de Man Ray, Denise Bellon, Germaine Krull, André Kertész o Jaroslav Rössler.
Los años treinta tienen especial protagonismo porque se trata de un momento en el que los fotógrafos dirigen su mirada hacia la población proletaria que deambula por las calles y se interesan por los personajes nocturnos. Es el caso de Brassaï, uno de los nombres más importantes, y también de Margaret Michaelis, que retrata el Barrio Chino barcelonés en 1932. Los años treinta también estuvieron marcados por los acontecimientos de la España republicana y la Guerra Civil, tema al que se dedica todo un ámbito de la exposición con las obras de Henri Cartier-Bresson, Pere Català Pic, Agustí Centelles, Gabriel Casas y Carlos Pérez de Rozas. En este ámbito también se analiza la repercusión que tuvo la Guerra Civil en la prensa extranjera a través del fotoperiodismo. Los archivos del Centro Pompidou, abundantes en fotografía humanista y existencialista de después de la Segunda Guerra Mundial, tienen un hueco en Cámara y ciudad. Fue un momento de esplendor para el retrato callejero con figuras como Robert Doisneau, William Klein y Robert Frank, y en España con Joan Colom, Francesc Català-Roca y Leopoldo Pomés.
A partir de los sesenta la fotografía abandona la perspectiva ‘pintoresca’ y la mirada de los fotógrafos se vuelve mucho más crítica. Las calles, además, son de nuevo el territorio para la revolución y la protesta, especialmente a partir del Mayo del 68. La represión de los últimos años del franquismo y de la Transición española se refleja en los trabajos de fotógrafos como Manel Armengol, Tino Calabuig y Pilar Aymerich.
Este viaje finaliza con aproximaciones de artistas y fotógrafos contemporáneos que plasman la ciudad horizontal y en sus nuevas definiciones del espacio público y las periferias, sin olvidar el impacto en la mirada sobre el territorio urbano de las plataformas Google Earth y Google Street View.