Alberto Cerezuela: "En la vida como en mi novela, todos podemos ser un asesino"

“La verdad es que me apetecía explorar otros caminos, y también temía que el público me encasillara en el ensayo de misterio, que es lo que siempre he hecho”, explica el escritor e investigador Alberto Cerezuela (Almería, 1982), quien tras consignar todo tipo de fenómenos paranormales, leyendas y sucesos anómalos en La Almería Extraña, Almería: Secretos y Misterios, y Misterios de Almería, da el salto a la novela con El refugio de los invisibles (Círculo Rojo), un thriller coral cuya trama incluye “varias historias reales” del estilo de las que pueblan sus ensayos.

Como relata el escritor, su tránsito a esta novela negra que puebla de cadáveres las calles de Almería y los parajes de la provincia andaluza fue algo natural, pues “es el género que leía de pequeño y más frecuento aún hoy. Incluso casi todo lo que consumo en cuanto a cine y televisión está relacionado con él”. Pese a la experiencia, Cerezuela apunta que ha supuesto un reto incluir todos los elementos del género, aunque está satisfecho de los elementos de crítica social, que destila en “mensajes muy claros, como el peligro de hablar de lo que no se sabe, juzgar sin conocer la otra versión y no ofrecer el beneficio de la duda en vez de hacer la bola del rumor cada vez más grande”. Además, el autor ha salpicado en su relato “anécdotas históricas y de escritores, así como bastantes reflexiones sobre el amor, la felicidad, el arte la fama, la amistad o la traición”.

Otro enfoque original que destaca en El refugio de los invisibles es el tono coral, pues aunque sí hay una investigadora clásica, la inspectora Reyes Martínez, el peso de las varias tramas recae en un auténtico enjambre de personajes, cada uno de los cuales “aporta sus propias reflexiones según su forma de ser, su propio paisaje o refugio e incluso su propia música, ya que a lo largo del libro las canciones y sus letras son un factor importante”, explica Cerezuela. Pero además de una visión caleidoscópica, esta afluencia de personajes aporta un elemento clave en una novela negra: intriga. “Quería que fuese una novela diferente, donde todos pueden ser el asesino o asesinos puesto que tienen motivos de sobra. Ocurre igual que en la vida, pues ¿acaso sabemos en qué nos convertimos cuando entramos en casa y cerramos la puerta? Al principio temí que, con tanto personaje, el lector se despistase, pero creo que son tan distintos entre sí que son fácilmente identificables”.

A la sombra del noir

Aunque sí hay un protagonista que destaca sobre el resto, la ciudad de Almería, que para el autor “Lo aporta todo. Es el personaje que baila con todos los demás y los maneja a su antojo”, resume. “El primer cadáver aparece en la puerta de la Tración de La Alcazaba, la inspectora encargada del caso corre cada mañana por Las Salinas de Cabo de Gata y se atreve a llegar a su faro sobre el Arrecife de las Sirenas, en el castillo de Santa Ana, de Roquetas de Mar, todo cambia, y el lector deberá descubrir qué es ‘el castillo del rey’, el lugar donde uno de los protagonistas acude cuando está al borde del precipicio…”, enumera emocionado Cerezuela, que al hablar de sus influencias destaca una incuestionable trinidad en el mundo del misterio.  

"Mis referentes siempre han sido Agatha Christie, Conan Doyle y Stephen King, me lo he leído todo de ellos y he crecido bajo la sombra de sus libros”, reconoce. “Pero en la actualidad, mi referente es María Oruña. Cuando descubrí sus libros y asistí a una de sus conferencias, se despertó en mí tanto el ansia por escribir como por leer novela negra”, recuerda el escritor, que también se considera seguidor de Nieves Abarca y de la misteriosa Carmen Mola. Además, Cerezuela  tiene ya lectura para rato, pues confiesa que “ahora estoy descubriendo a Dolores Redondo, que no había leído, y me gusta mucho lo que hace y cómo lo hace. Voy por Ofrenda a la tormenta, y cuando acabe, seguiré con Javier Castillo y Domingo Villar”. Sin embargo, esta puesta al día es un plan de futuro, pues considera que en esta novela “al no haber leído demasiada novela negra española, o apenas nada, he escrito la mía tal y como la concebía, sin ningún tipo de contaminación estilística”.

La cuadratura del círculo (rojo)

Pero la vinculación de Cerezuela con la literatura no se circunscribe a su faceta de lector y escritor, sino que va más allá. En 2008, harto de luchar contra molinos de viento para publicar el que después sería su primer ensayo, decidió remangarse y fundar Círculo Rojo, la editorial de autoedición independiente más importante de España, que ha lanzado a las calles en la última década más de 12.000 títulos de 8.500 autores. “Es el sueño de mi vida. Recuerdo que, al principio, era impensable que muchos libreros tuvieran libros autoeditados en sus estanterías. Pero día de hoy, quien quiera publicar un libro con nosotros, sabe que cuenta con la garantía de que serán distribuidos físicamente por el mayor distribuidor del país, y también por toda Latinoamérica. ¿Qué más se puede pedir?”, reflexiona.

Y es que su ejemplo cundió con el tiempo, por lo que Cerezuela se muestra orgulloso de haber sido un pionero que ha creado una marca sólida y de prestigio. “Hoy hay muchas editoriales que se han subido al carro de la autoedición, pero los escritores seben diferenciar la solvencia, el nombre y la categoría. Quien edita con Círculo Rojo no busca lo barato o lo rápido, busca la garantía de más de 25 profesionales que corregirán, valorarán, distribuirán y promocionarán su obra”, explica, lo que hace que ahora, junto a los noveles, “haya muchísimos escritores que vienen de grandes editoriales. Un sueño hecho realidad”.

Un sueño al que Cerezuela une sus propios libros, cuatro ya, aunque la máquina sigue en producción. Tras esta primera novela, el escritor advierte de que tiene “dos ensayos empezados y la idea de una nueva novela. Sinceramente, me apetece más lo segundo pero todo dependerá de la acogida que el público le dé a El refugio de los invisibles. Ojalá guste, lo recomienden, lo regalen… y haya una nueva entrega de las aventuras de la inspectora Reyes Martínez”, concluye el escritor.