Hisham Matar: "No recuerdo una época en que las palabras no fueran peligrosas"
Hisham Matar
La pérdida de su padre es una constante en la vida y en la obra del escritor libio Hisham Matar. Nacido en Nueva York en 1970, pero de padres libios, se crió en Trípoli y en El Cairo y ha pasado la mayor parte de su vida adulta en Inglaterra. A los 20 años, Gadafi le privó de su padre y le condenó a vivir en la incertidumbre. En 1990, su padre, Jaballa Matar, un próspero y culto empresario, amante de la poesía y líder de la disidencia en el exilio, fue secuestrado en El Cairo y confinado en una prisión libia. Seis años más tarde, las escasas noticias que llegaban se interrumpieron: el rastro de Jaballa se perdió definitivamente. Ese dolor le inspiró su primera novela Sólo en el mundo (2006), donde relata el despertar de la conciencia moral y política en un niño que crece bajo una dictadura extravagante, donde el poder político combina el populismo, el fasto revolucionario y el terrorismo internacional. Con ella fue finalista del premio Man Booker y ganó otros importantes premios literarios internacionales como el Commonwealth Writers' Prize, el premio Ondaatje de la Royal Society of Literature y el Gregor von Rezzori. Similar éxito tuvo su segunda novela, Historia de una desaparición (2011), donde alterando sustancialmente algunos detalles de su historia, Matar conmueve profundamente al lector profundizando en la pérdida, que se convierte en una pena interminable donde confluyen la impotencia, la humillación y el desamparo. En marzo de 2012, treinta y tres años después de haber pisado por última vez la tierra de sus orígenes, Matar regresó a Libia tras el derrocamiento de Gadafi, que abrió la posibilidad de refundar una sociedad devastada por los abominables crímenes de la dictadura. Sin embargo, más allá de soñar con un país en libertad y progreso, en la mente de Matar bullía el deseo de cerrar una herida profunda y dolorosa que había marcado su vida y la de su familia. Así pues, El regreso trata fundamentalmente de una infatigable búsqueda de la verdad. Transitando con maestría entre las convulsiones personales y los acontecimientos históricos, este sincero y poliédrico relato autobiográfico no se limita a tratar de comprender las aflicciones del pasado, sino que señala una y otra vez el consuelo reparador que ofrecen el amor y la amistad, la literatura y el arte. Pregunta.- Las opiniones políticas de su padre tras el golpe de Muammar Gaddafi, en 1969, determinaron el exilio de su familia de Libia. En 1990, fue secuestrado en El Cairo por el servicio secreto egipcio. Transcurridas dos décadas, ¿qué sabe a ciencia cierta de lo que le ocurrió a su padre? Respuesta.- En realidad, la razón de que mi familia se marchara de Libia en 1979 no fue el activismo político de mi padre, sino más bien sus recelos. Fue después, en el exilio, cuando se implicó activamente en la oposición. El libro trata en parte sobre lo que le ocurrió a mi padre. P.- ¿Por qué y bajo qué circunstancias decidió contar su historia? R.- Igual que una persona no puede definirse únicamente por su forma exterior, los libros tampoco pueden resumirse por su género o por su motivación inicial. Así pues, aunque mi obra es un libro de memorias y trata de mi regreso a Libia después de 33 años, trata también de otras cosas que, en mi opinión, son más esenciales, cuestiones que me han preocupado a mí y que creo que han interesado a la literatura desde tiempo inmemorial: la relación entre el pasado y el presente, el peso que tiene la historia sobre nosotros, cómo deberíamos responder a todo lo que ha ocurrido antes, la naturaleza de pertenecer a algo o a alguien, la distancia misteriosa que existe entre lo que sentimos y cómo actuamos, la relación entre el arte y la vida, entre padres e hijos, etcétera. P.- ¿Recuerda cuándo las palabras se volvieron peligrosas? R.- No recuerdo una época en que no lo fueran. P.- ¿Qué clase de investigación ha hecho para su libro? R.- Vivir, sobrevivir y prestar atención. P.- Es conocido por dos novelas autobiográficas anteriores. ¿Cuál fue el proceso de escribir El regreso en comparación con las anteriores? ¿En qué aspectos ha cambiado el narrador? R.- Cada uno de mis libros es una obra de la imaginación. Invento todo, hasta las cosas que conozco; ése es el hábito y la naturaleza de la literatura. Cada libro tuvo que ser hallado a través de una serie de actos que me han implicado, hasta que, gradualmente, me inicié en el territorio específico del libro. Esta vez fue igual. @nmazancot