Imagen de El año pasado en Marienbad, película basada en la novela de Bioy Casares La invención de Morel
Son viajes ideales, viajes soñados, pero esta vez desde la ficción. Porque viajar es también un placer cuando se hace desde las páginas de un libro, la imagen sugerente de un cuadro, una fotografía, desde la butaca de un cine. Y así, nos vamos al Nueva York de Paul Auster, al Sáhara de El paciente inglés, al Cape Cod de Edward Hopper...
Si es esta la oportunidad de comprar un billete a uno de esos destinos que no aparecen en las webs de viajes o de explorar rincones ignotos del planeta, yo me pido este año una habitación en el hotel de
El año pasado en Marienbad. En una suerte de vacaciones lisérgicas, para las que no pondría a nadie en el compromiso de ser mi acompañante,
me dejaría perder en los pasillos y jardines de ese castillo, allí donde realidad y sueño se mezclasen. Un par de noches atrapado en el relato incomprensible y fantástico, serían suficientes como para escapar aturdido y por proximidad literaria y "ageográfica", aparecer como el fugitivo en la isla de
La invención de Morel, para disfrutar de los dos soles y las dos lunas, bailar en medio de una tempestad de agua y viento y acompañar a Faustine por el jardincillo en un paseo en bucle interminable. Saldría en shock de allí al escuchar por megafonía el pasodoble
Valencia, horrorizado al creer estar en fallas, y volvería a pisar el centro de esta ciudad de Madrid donde vivo, sintiéndome seguro y afortunado. Eso es lo que tienen las vacaciones, que vienen con fecha de caducidad y que uno acaba otra vez en la casilla de salida, feliz de haber regresado sano y salvo a casa.
Salva Bolta se licenció en 1982 en Arte Dramático por la ESAD de Valencia. Durante diez años trabajó como actor para después volcarse en su actividad como director de escena, gestor y productor. En su dilatada carrera ha colaborado con grandes nombres como Bigas Luna, Gerardo Vera y Mariano Barroso. Al revisar su trabajo como director destacan los montajes: El perro del hortelano, de Lope de Vega (1998); Delirio a dúo, de Ionesco (2008); La rosa de papel, de Valle- Inclán (2009), Días felices, de Samuel Beckett (2010), y la reciente Rinconete y Cortadillo (2016). En cuanto al campo de la gestión, ha sido Coordinador de Dirección Artística del Centro Dramático Nacional de 2006 a 2012, así como director del ya desaparecido festival Escena Contemporánea. Desde junio de este año vuelve a ser director de otro festival, el recién nacido Tercera Setmana, en Valencia.