Eva Lootz. Foto: Luis Parejo
En permanente relación con la naturaleza, Eva Lootz (Viena, 1940) se considera "una artista reflexiva". Algunas de sus obras se pueden ver en la Fundación Juan March de Palma y en ARTIUM.
Max Planck, la teoría cuántica. La revolución de lo muy pequeño, de Alberto Pérez Izquierdo.
¿Qué libro abandonó por imposible?
Muchos y ninguno, simplemente los dejo para otro rato. Cada libro tiene su momento.
¿Con qué escritor o artista le gustaría tomar un café?
Con Paula Modersohn-Becker, en tan solo seis años le dio tiempo a realizar una obra extraordinaria.
¿Recuerda el primer libro o película que leyó en su vida?
Uno de rimas de Anton Wildgans, aún recuerdo los versos que tratan de una bruja, de lo más simpática, por cierto. En cuanto a películas, creo que fue Bambi...
¿Cuántas veces va al teatro al año?
Soy más de ir a conciertos de música contemporánea, me gusta Takemitsu, Sciarrino, Ustvolskaya… Para mi sorpresa he constatado que con los años me ha cambiado el oído, ya no oigo las disonancias como algo desagradable. La última vez que fui al teatro fue a ver a Laurie Anderson en los Teatros del Canal.
Cuéntenos la experiencia cultural que le cambió su manera de ver la vida.
Las obras de John Cage en los años 60.
¿El arte contemporáneo es una nebulosa sin reglas?
No, en absoluto.
¿Quién manda en el mundo del arte?
El mercado, es decir, el gran capital, como en todas partes; felizmente existe un territorio de emboscados en una especie de maquis transnacional.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Me interesa la crítica cuando se nota un pensamiento detrás, claro.
¿Nos revela su peor experiencia en el mundo del arte?
Un Círculo de tiza caucasiano cuyos actores no habían comprendido nada de Brecht.
¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado? Ejerza por favor de crítico.
La de Danh Vo en el Palacio de Cristal del Retiro. La "leo" en clave pesimista, algo así como un Beware, Caesar, the ides of March... de la cultura occidental, pero ver una sola exposición de un artista no es conocer su obra.
Con el Premio Arte y Mecenazgo hizo el libro Escultura negativa. ¿En qué se diferencia de la positiva?
Escultura negativa llamo a intervenciones en el paisaje a gran escala, cuyo impacto plástico se produce a pesar de estar hechos al margen de una intencionalidad artística. Por regla general tienen finalidad industrial y se diferencian de la escultura "positiva" en que son el resultado de procedimientos extractivos frente a los procedimientos aditivos que "añaden" estatuas o monumentos al lugar. Como ejemplos valgan Corta Atalaya, Las Medulas, las canteras de Carrara o Menorca, el Canal de Suez o el de Panamá.
¿Sobre qué aspecto del arte pondría el grito en el cielo?
Sobre el hecho de entenderlo como un lujo prescindible o como parte de la industria del entretenimiento.
¿Qué música está escuchando?
Soy una adicta a Radio Clásica.
¿Es usted de las que recela del cine español?
No, en absoluto. A menudo veo la serie de la historia del cine español en La 2.
¿Cuál es la película que más veces ha visto?
No sabría decirlo; ¿alguien ha calculado alguna vez el número de películas que ve un ciudadano medio a lo largo de su vida? Habrá que preguntárselo a Google...
¿Qué libro debe leer urgentemente el presidente del Gobierno?
La realidad y el deseo, de Luis Cernuda. A ver si se da cuenta de que el país con el que soñaban los mejores de generaciones enteras, de Concha Arenal a Luis Cernuda, sigue estando sin hacer.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Sí. Es un país cuya gente rezuma energía, creatividad y fuerza del corazón (con los malvados y torpes procuro no tropezar…) Además, ¿en qué otro país hay gente que presta atención a eso que se llama el duende?
Regálenos una idea para mejorar la situación cultural.
Una enseñanza pública de primera calidad, valorada y bien pagada.