Luna Miguel. Foto: Mai Oltra Llacer
“El poeta es una bella sanguijuela que de todo se alimenta”, ya sea el sol, el amor, o las series de televisión. Con esta declaración de principios, la editorial El Gaviero lanza ahora Serial, una antología coordinada por Luna Miguel y Ana Santos con poemas inspirados en Juego de tronos y La casa de pradera, The Wire, Mad Men, Breaking Bad, Twin Peaks, Los vigilantes de la playa, con la complicidad de poetas como Elena Medel, Antonio Lucas o R. Juan-Cantavella.
Poeta, narradora, periodista y bloguera,
Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990) es, ante todo, una autora mediática que domina las redes al punto de crear una verdadera comunidad de jóvenes creadores que intercambia poemas y reflexiones sobre la creación y la modernidad. De hecho a los catorce años, mientras sus compañeras de colegio subían a las redes sus fotos y las de sus amigos, ella abría su primer fotolog con poemas y citas de sus autores preferidos. De ahí que tras la muerte de su madre, Ana Santos, se haya convertido en la editora de El Gaviero y debuta estos días con
Serial, el último proyecto que compartió con Ana la Gaviera:
-Sí,
Serial nace de la pasión que Ana Santos y yo hemos tenido siempre hacia ver las series de televisión juntas. Recuerdo mi infancia pegada a la pantalla junto a ella. Después, aunque viviéramos en ciudades distintas siempre comentábamos el desenlace de nuestros episodios y personajes preferidos.
Un día Ana me propuso que hiciéramos una antología sobre todos esos mundos que las series nos habían entregado. Dije que sí.
La poesía “enredada”
-¿Cuál fue el criterio de selección de los poetas?
-Llamamos a aquellos autores que más estimamos. Lo hicimos en dos grupos, Ana llamó a autores con los que ya había trabajado previamente, y yo elegí a algunas voces de mi quinta. Da igual que fueran distintos, de hecho, ahí es donde reside la gracia de todo esto. Apostar por esta variedad es una de las cosas que siempre ha caracterizado El Gaviero.
En un panorama en el que hay tantos subgrupos poéticos que se pelean entre ellos o ni siquiera llegan a leerse por algún tipo de prejuicio, proyectos como este son interesantes y conciliadores.
-¿Cuánto hay de su madre, Ana Santos, y de usted en
Serial?
-Probablemente es el libro más familiar de todo el catálogo. Todo es ella, todo es Pedro J. Miguel y todo es mío. Es decir, todo es gaviero.
-¿Es posible entender hoy la poesía de los jóvenes sin tener en cuenta FB, twitter, los blogs, y las series de televisión?
-Supongo que la primera pregunta que hay que hacerse es: ¿es posible entender el mañana sin toda esta tecnología? Yo creo que no. La literatura no ha de quedarse atrás.
Hija de la era digital, comenta Luna Miguel que sus padres siempre trataron de inculcarle el amor por el libro, “pero a menudo fracasaban, hasta que me regalaron
La senda del perdedor, de Bukowski, y ya no hubo vuelta atrás.
A los trece años, además, tuve la suerte de conocer a Elena Medel, y su carrera me dejó impresionada”.
Una forma de vida
-¿Por qué?
-Porque, aunque mis padres también eran muy jóvenes, nunca había asociado la literatura a la juventud. Me interesé más por la escritura. Conocí a autores de mi edad. No era por vocación. Era una forma de vida.
-¿Cómo han cambiado las redes el modo de escribir poesía?
-
Creo que la transformación más clara es que por fin la poesía es para todos. Es accesible, se puede compartir fácilmente y además hay un montón de gente de todas las edades hablando de este género. Hay redes de jóvenes interesados en ella. Hay editoriales por todo el mundo que quieren publicarla. Hay revistas de tendencias que abren sus portadas anunciando entrevistas con poetas. Hay gente que compra libros, que los lee, que los cita y que invita a los demás a que los disfruten. Estamos en el buen camino, pero esto es sólo la base. Ahora es cuando toca trabajar, pulir los textos, contar historias interesantes y nunca conformarse.
Sabe que ahora “la Luna periodista está pudiendo con la Luna poeta. Y ahora llega la Luna editora...”. Es esa Luna editora quien apuesta por crear y descubrir auténticas comunidades de escritores. Entre los espacios de discusión interesantes, destaca editoriales como
La Bella Varsovia o
Kriller71, y logs, fanzines y revistas como
Ciudades esqueleto,
Palpitatio Lauri o el mismo
Tenían veinte años y estaban locos. También
recomienda comunidades extranjeras como la Alt Lit, “o la que fue la Red de Potas Salvajes de México, o las acciones de
Literatura Mutantres en Perú, o las de
Zona Nuoa en Rumanía, y, sobre todo, la de
89plus, cuyo responsable es el célebre Hans Ulrich Obrist, que ha traído proyectos como ‘Poetry Will Be Made By All!' destinado a dar a conocer a poetas nacidos en los 90”.
-Le interesa mucho la Alt Lit norteamericana: ¿cómo explicaría esta generación
posnoventista?
-La Alt Lit podría ser algo así como una comunidad cada vez más inmensa de autores sobre todo de habla inglesa que se han salido de los circuitos clásicos de promoción, publicación y crítica, y han creado sus propias reglas.
En cuanto al posnoventismo, es sólo otra etiqueta creada por Jacob Steinberg que yo he usado para dibujar un mapa de los autores españoles nacidos después de 1990.
-¿Existe la Alt Lit hispanoamericana? ¿Qué les diferencia de su hermanos del Norte?
-Es posible que exista una Alt Lit hispana. Creo que la traducción de autores como Ben Brooks o Tao Lin a nuestros idiomas, así como el panorama juvenil e idílico que los anglosajones prometen ha propiciado una estética parecida en castellano: pienso en el peruano Kevin Castro y también en el español Óscar G. Sierra.
Pero más allá de lo estético lo que sí ha levantado la Alt Lit en todos nosotros es las ganas de formar comunidades, así como la esperanza de poder crear itinerarios diferentes con los que dar salida a las nuevas voces.
La Alt Lit hispanoamericana
-¿A qué autores jóvenes de Latinoamérica tenemos que conocer si nos interesan esan voces de la ultimísima poesía?
-No exagero si digo que el mexicano David Meza será uno de los autores más valorados de nuestro tiempo. Tiene 23 años y deslumbra a todo el que lo lee. Este año sacaremos la edición completa de su libro
El sueño de Visnu. También vendrá a España a dar algunas lecturas. Es un nuevo Bolaño, mezclado con un nuevo Huidobro, o un nuevo Mestre. En la línea de Meza están el chileno Maximiliano Andrade o el venezolano Jesús Montoya. También pienso en Natalia Litvinova, cuya literatura ya ha deslumbrado a todo el mundo hispano. Y esto es sólo una diminuta parte de todo lo que podría contar sobre lo que se está haciendo allí. Me tienen asombrada por la calidad literaria y humana de todos ellos.
-En este mundo global “enredado”, ¿cómo se ganan lectores y espacios para la crítica?
-Hablando de tú a tú.
Me da la impresión de que la poesía siempre ha tendido a hablar de “poeta a poeta”, y no de “persona a persona”. La red nos hace llegar a lugares que jamás imaginaríamos que existían.
-Volvamos a su faceta como editora: ¿tiene claro qué camino debe seguir El Gaviero para seguir llevando “el mar a casa”?
-En los últimos años Ana y yo realizamos muchos trabajos en común, como la publicación de Meza, la de
Vomit y la de
Serial. Creo que teníamos gustos muy parecidos y mi voluntad es la de respetar su línea editorial. Puedo decir que pronto vendrán los libros de Carmen Camacho y de Hassier Larretxea, entre otros. Y también puedo adelantar que
para 2015 tenemos entre manos varias traducciones de Estados Unidos así como la primera edición de nuestras series poéticas, antologías que reunirán a jóvenes poetas de todo el mundo y que tendrán una periodicidad semestral o mensual. Aún queda mucho por definir. Habrá muchas sorpresas.