Fernando Savater: "Consumir sólo alta cultura es como alimentarse sólo de caviar"
Fernando Savater. Foto: Santi Cogolludo
Como articulista, el mayor gozo para Fernando Savater es que un lector le diga que conoció a un autor gracias a él. "Escribo para descubrir autores más dignos de ser leídos que yo. No quiero ser el final del camino sino el comienzo", anhela el filósofo. Su último libro es justo eso, una carretera repleta de bifurcaciones que conducen siempre al universo en expansión que es Savater. En Figuraciones mías, que publica Ariel, están sus filias (la filosofía, la literatura...), sus obsesiones (la educación...) y sus preocupaciones (la piratería, la propiedad intelectual...), una selección de artículos cruzada por un hilo invisible que relaciona a unos con otros, porque la corriente de la imaginación, sostiene, es continua.
Pregunta.- ¿Por qué eligió para el título la palabra "figuraciones"?
Respuesta.- Es una expresión que suele referirse a algo muy personal, a los caprichos de la imaginación. De la libertad de la imaginación eliges gustos, admiraciones por autores, por trayectorias intelectuales... pero también hay figuraciones sobre temas que se han convertido en obsesiones, como la educación, la filosofía en el mundo moderno, la defensa de la cultura... y preocupaciones, como la propiedad intelectual, los peligros de internet...
P.- Sostiene en el libro que asistimos a una época crepuscular del artículo periodístico, y define el volumen como una despedida anticipada. ¿Tan negro lo ve?
R.- Es una fase crepuscular del periodismo mismo. Todos los que llevamos escribiendo mucho tiempo en prensa sabemos que antes cuando publicabas un artículo la gente te lo comentaba. Hoy casi eres tú el que recomienda a los amigos que lo lean. El periódico ha caído en desuso, por eso quizás tienen más sentido las recopilaciones de artículos hoy, porque antes los lectores compraban el periódico a diario y hoy pueden no haber leído casi ninguno. Lo que sería peligroso es que desapareciera el periodismo, entendiendo por ello una ética y una estética de la organización de las noticias que no puede sustituirse por el bloguero que grite más fuerte o por el más truculento. No me preocupa la desaparición del papel, sino esto otro.
P.- También dice que "un buen escritor de artículos es un acelerador de partículas imaginativas y racionales, lo cual excluye el mero capricho autocomplaciente". ¿Hay mucho egotista en el género?
R.- El artículo es narcisista, y además te da una recompensa inmediata. Entre que escribes un libro y lo tienes en las manos pueden pasar un par de años como poco. En cambio, el artículo lo escribes un jueves y el sábado ya se publica y eso es un masaje muy agradable para el que lo firma. La tendencia que observo es la de hacerlo todavía más a mi gusto, de lo que a mí me resulte más grato, y tendríamos que tener una cierta misión de servicio público, pues tenemos acceso a un espacio importante y caro, hay que usarlo para dar una información interesante.
P.- ¿Le halaga cuando alguien le dice que conoció a tal autor gracias a usted?
R.- Lo que más. Yo escribo para descubrir autores más dignos de ser leídos que yo. No quiero ser el final del camino sino el comienzo.
P.- Es amplísimo su universo de referencias. Se agradece que se mueva tanto en Hegel como en un tebeo, que no desdeñe la cultura pop.
R.- Esa gente a la que sólo le gusta la alta cultura es como si sólo comieran caviar y langosta. A los que nos gusta comer también nos gusta el salchichón. No me gustan esas dietas exclusivas de leer sólo a Thomas Mann, pues no, también hay que leer a Agatha Christie. Uno tiene muchas almas y la cultura las multiplica, a veces somos más infantiles, otras estamos más atormentados... la cultura es más que leer al premio Nobel.
P.- Usted siempre se ha movido en la divulgación, como vuelve a apreciarse en estos textos. ¿Necesita hoy la filosofía ser más didáctica que nunca?
R.- Sí, sobre todo si queremos que la gente se enganche a ella. La filosofía asciende, es una pirámide en cuyas cumbres hay obras muy difíciles pero también necesarias. Sin embargo, no podemos esperar que la gente entre a la filosofía por Hegel. Donde hay que defenderla es en el currículo de Bachillerato, porque la adolescencia es la edad más propicia para las preguntas filosóficas. Sin embargo, ha quedado jibarizada hasta la mínima expresión.
P.- A la vez, hay un puñado de nuevas editoriales que la están recuperando en sus catálogos.
R.- Es que la filosofía interesa, lo que pasa es que tienes que meterla dentro de un sistema que la haga comprensible. El Discurso del método puede entenderse con facilidad, pero no se comprenderá realmente si no sabes a qué viene y dónde aparece, por eso es importante que haya una formación filosófica. Si la hay, muchas de las obras más importantes resultan accesibles. Es importante que aparezcan ediciones accesibles y bien prologadas, yo mismo he colaborado en alguna.
P.- Enunciado inevitable: recortes en educación.
R.- Entiendo que en una época de recursos más escasos hay que administrar bien, pero el hecho de aplicar el recorte como si la educación fuese un gasto y no una inversión esencial para un Estado es un error.
P.- Se lee en uno de los artículos que gracias al arte el hombre nunca puede estar prisionero.
R.- La cultura es liberadora y multiplicadora del alma, es mucho más fácil ampliar el espacio mental que el físico. Con la cultura uno puede visitar mundos sin moverse de su casa.
P.- Se trata ampliamente en el libro la lacra de la piratería, el grave asunto de los que levantaron la bandera del todo gratis en nombre de la cultura libre.
R.- Cuando algunos empezamos a denunciar los ataques a la propiedad intelectual parecía que lo progresista era defender el gratis total. Hoy esas tonterías se han olvidado y pocos dudan que es un atentado contra la cultura mucho más serio que los recortes que se hayan podido aplicar. Los agentes del sector editorial, por ejemplo, ya lo ven claro, pero en este tipo de negocios los que suministramos contenidos somos menos que los que los disfrutan. Han venido los libertarios y a decir que la cultura gratis y el problema es que no va a existir en ese caso.
P.- ¿Cree que se va resolviendo?
R.- Hay un remedio que la gente no quiere aceptar, hasta que no se vaya penalmente contra los usuarios de las descargas, no se habrá conseguido nada. Hay que ir directamente contra el que se baja contenidos ilegales. Al tercer aviso, multazo de 2.000 euros. En otros sitios estas medidas no van mal. En España la cosa es de una gravedad mucho mayor que en otros lugares.
P.- Al margen de recortes, ¿hay nivel cultural?
R.- Los medios de difusión facilitan el acercamiento a las cosas y a veces han suprimido el esfuerzo de la búsqueda, hay una bajada de nivel por saturación. En épocas como el franquismo, en la que estaban tantos libros prohibidos, hacíamos un esfuerzo cultural mucho mayor, incluso era arriesgado. Hoy estamos acostumbrados a que haya que luchar por acceder a la cultura.