PIONERAS (1): Queremos tanto a Delia (Derbyshire)
El 14 de noviembre de 1940, ella tenía tres años, su ciudad, Coventry, fue metódicamente devastada por los cerca de quinientos bombarderos de la Luftwaffe alemana. Al parecer, fueron los ruidos de los impactos y las alarmas que tuvo que escuchar ese día los que empezaron a marcar su atención hacia los sonidos extraños de naturaleza abstracta.
La historia de Delia Derbyshire bien podría comenzar así. Es la historia verdadera de una revolucionaria serena y alegre del arte sonoro y de una de las mentes musicales más lúcidas de la Inglaterra de los 60. Clara Rockmore, Bebe Barron, Daphne Oram o Maddalena Fagandini son mujeres cuyo quehacer en ese campo musical fue precedente o contemporánea en el tiempo al de Derbyshire. Varias otras como Yoko Ono o Pauline Oliveros pueden ser consideradas casi coetáneas. Muchas de ellas mecerán el aire de esta columna en otra ocasión. Sin embargo, la compositora de Coventry ha pasado a ser la heroína por antonomasia del movimiento que hace medio siglo condujo a esas damas hasta la vanguardia de la innovación musical y tecnológica. La genial capacidad creativa con el sonido, y la perseverancia de Derbyshire, además de llevarla a ocupar silenciosamente lugares hasta entonces reservados a los hombres, erigió una obra fabulosa que permite considerarla figura preeminente entre las creadoras de la música concreta, electrónica y experimental. Sí, DD tiene derecho a inaugurar esta rama por la que nos vamos para disertar sobre pioneras musicales.
Tras licenciarse en matemáticas y música, en 1959, Derbyshire solicita un puesto en los estudios de grabación del sello discográfico Decca, donde es rechazada por ser mujer (posiblemente por el mismo irresponsable que rechazó a The Beatles). Por suerte, DD no se resigna y acude al BBC Radiophonic Workshop, que había sido creado el año anterior en Londres por un grupo de productores y directores de la cadena (entre los que estaba la mencionada Daphne Oram). Aquel taller de experimentos sonoros de bajo costo tenía su razón de ser en la necesidad de formas nuevas para las flamantes obras teatrales para radio y producciones televisivas que no conseguían producir las orquestas de la emisora. Allí nuestra heroína sí es aceptada y al momento comenzará a destacar en la llamada Habitación 13.
Poco después, en 1963 y después de tres destacados trabajos, llegaría el respaldo público a su talento gracias al tema de presentación de la serie de ciencia ficción Doctor Who, que Derbyshire produjo a partir de una vaga composición de Ron Grainer. La pieza, sonoramente delicada, minuciosa y rotunda, es la primera de música electrónica creada para una serie de TV y encenderá la imaginación de varias generaciones de británicos. Aún hoy cuando la escuchamos con atención sorprende por la complejidad de sus timbres y por la sabiduría electrónica artesana que guarda. Pensar que está hecho sin grabadora multipistas, valiéndose tan sólo de micrófonos, cinta magnetofónica cortada y enlazada en bucle y algún efecto sonoro primitivo, aún produce inusual admiración. Imaginar escucharla por primera vez en 1963 pone los pelos de punta. Lo vigente del resultado nos permite ver la tremenda originalidad y anticipación. Posiblemente a ello contribuye la doble condición de esa pieza: experimental a la vez que accesible (ruidista y melódica, o abstracta y pop) son dos personalidades presentes en gran parte de la obra de Derbyshire.
A partir de este momento, las creaciones de DD para la BBC se disparan e incluso llaman la atención de un Paul McCartney que, antes de decidirse por el cuarteto de cuerda definitivo, consideró encargarle un arreglo electrónico para Yesterday. Su actividad se extiende más allá de la Habitación 13 y en 1966 monta, junto con su colega en BBC Brian Hodgson y el inventor Peter Zinovieff, la Unit Delta Plus, una organización donde crear música electrónica y promover su utilización en radio, televisión, cine teatro y publicidad. Esta UPD suya creó festivales de música electrónica y llegó a participar en 1967 en el mismo Million Volt Light & Sound Rave donde se supone que The Beatles interpretaron por primera y última vez el legendario tema experimental Carnival of Light. Asimismo, Yoko Ono encargará a DD la banda sonora para uno de sus filmes.
La cima de esta progresión vendrá con su participación junto a Hodgson en uno de los artefactos musicales más impresionantes del pop excéntrico de todos los tiempos: An Electric Storm, primer y mejor de los discos de The White Noise, el proyecto del norteamericano David Vorhaus. Fue publicado por Island Records en 1968 y es una criatura híbrida entre la electroacústica, el easy listening, el free jazz, el ruidismo y el rock psicodélico. Un hito creativo que se anticipa al krautrock, al rock progresivo y a muchas músicas novedosas de los 90 como el shoegazing, el ambient o el post-rock. Un paso más allá de los recién publicados The Velvet Underground & Nico y The Piper at the Gates of Dawn en la conquista de nuevos territorios entre el sueño y la pesadilla.
Poco a poco, tras publicarse varios discos con sus piezas entre el 1969 y 1973, la estela del cohete DD se irá disipando. En 1973, Delia abandona BBC y tras participar en el score de "The Legend of Hell House", se marcha de Londres y va alejándose del ámbito musical.
"Mi pasión es crear sonidos abstractos electrónicos originales y organizarlos de modo atractivo aceptable para cualquier persona inteligente", declaraba en una entrevista que le hizo en 2000 para la revista Surface Peter "Sonic Boom" Kember (Spacemen 3, Spectrum, E.A.R.), unos de los descubridores de su legado en los 90. Así, con su característica llaneza nos da la clave de su genio. Todas las creaciones de DD parten de un amor incondicional por el sonido sin distinción y por la posibilidad de hacerlo sonar musical para casi cualquier oído. La vibración especial que transmiten todas sus músicas procede en igual medida de un minucioso y extenuante trabajo artesanal con los procesos y los detalles de sonido y de una pasión desmedida por la alquimia.
El próximo 5 de mayo, cumpliría 74 años. Este año hace diez de su fallecimiento. Su música y su memoria no dejan de inspirar nuevas creaciones. La penúltima, el reciente documental de media hora, The Delian Mode de Kara Blake. Larga vida a Delia Derbyshire.