José Luis García Sánchez

El director José Luis García Sánchez. Foto: Jesús Domínguez

Estrena este viernes en 'Don Mendo rock ¿La venganza?' con Paz Vega, Antonio Resines, María Barranco...

Hombre de verdades, José Luis García Sánchez defiende el sainete y el esperpento mientras rueda en Santiago un "docubiopic" sobre Valle Inclán y a la vez presenta en las salas su última película, una vuelta de tuerca a La venganza de don Mendo con la que ha puesto a cantar a Paz Vega, Fele Martínez, Antonio Resines y María Barranco, entre otros actores del cine español de esos a los que "hay que joseluislopezvazquizar". Cuando José Frade le propuso hacer esta comedia musical, él puso dos condiciones: una se llamaba José Luis Alonso de Santos; la otra, Kiko Veneno. Y el resultado es Don Mendo Rock ¿La venganza? Otra de sus rebeliones a favor de la España de pandereta y contra esa baja cuota de pantalla de la que Internet "tiene la culpa".

PREGUNTA.- José Frade le propone esta peculiar adaptación de Muñoz Seca y usted dice que sí porque...
RESPUESTA.- Porque admitió a los dos colaboradores que pedí, el dramaturgo Alonso de Santos, que me parecía adecuadísimo para dar las vueltas necesarias a la historia, y Kiko Veneno, fundamental para tener un ambiente sonoro poco convencional. Porque, si se trata de gente que hace cosas de lo común, ese es Kiko Veneno. Han sido mis dos salvavidas.

P.- Y entre las de Alonso de Santos y las de Kiko Veneno ¿Cuál fue su aportación?
R.- La de reivindicar el valor terapéutico de la risa, lo bueno que es que la gente se reúna para hacer teatro.

P.- La película se ha definido como muy berlanguiana. Usted, que conoció a Berlanga y que rodó un documental sobre él, ¿qué opina de su presencia en el cine español actual?
R.- Si hay algo o alguien que ha marcado el cine de hoy, ese es Berlanga. A mí Azcona y él me influyeron mucho. Azcona, por su forma de encubrir la ternura, como cuando le pidió a su mujer que se casara con él diciéndole: "Cariño, creo que ya estoy maduro para el matrimonio". En Azcona siempre encontrabas esa lucha contra los clichés, contra la frase hecha. Sobre la presencia de Berlanga en el cine actual, creo que la tiene, y bastante, desde Santiago Segura a Álex de la Iglesia pasando por Almodóvar. Todos han recogido esta tradición de la que yo me siento miembro.

P.- ¿Uno se la juega si, como usted, defiende la España de pandereta?
R.- Es que yo no sé por qué hay tanto miedo a la pandereta. A mí la España que me daba susto era la del crucifijo, la del mamporro... pero la de la pandereta es estupenda y hace mucha falta. La pandereta y otros instrumentos musicales, y para eso está Kiko Veneno. El ataque al andalucismo procede de la gente más reaccionaria de este país, gente que se olvida de Manuel de Falla y de Rafael de León, porque, hasta donde yo sé, León era un letrista magnífico.

P.- En su película se homenajea a Muñoz Seca. ¿Recomienda aprender más de nuestros antiguos dramaturgos y escritores?
R.- Claro, porque no estamos tan sobrados de talento como para rechazar cosas tan absolutas como La venganza de Don Mendo. Pero como debería recuperarse a Valle Inclán y a otros muchos, eso sí que es importante. Y yo estoy dispuesto. No, no nos moverán.

P.- No es su primer encuentro con el cine musical. ¿Cuesta mucho que los actores se arranquen a la hora de cantar?
R.- A los actores españoles hay cosas que se les dan mal, pero para hacer la risa colectiva son fantásticos, extraordinariamente buenos, Hay que joseluislopezvazquizar a los intérpretes, y hacer que trabajen más los terrenos del sainete, que es la comedia española, de la misma manera que el embutido español es el chorizo. Hacerles ir a Valle, a Arniches...

P.- Este miércoles se publicó una tremenda radiografía de los males de nuestro cine que trataba de explicar los porqués de la baja cuota de pantalla. ¿Ha leído la noticia, que piensa?
R.- No me hace falta leerla, porque la baja cuota de pantalla ya la padezco yo. El problema es que hace unos años nos han encerrado en casa echando el candado por fuera con esa falsa excusa de que con Internet asistimos al mundo. Al contrario, Internet ha empobrecido las relaciones humanas, la convivencia... y dudo mucho que con ella se esté más informado. En España hay dos instituciones, la iglesia y la taberna, y yo estoy por defender la segunda, que también se ha empobrecido. Hay que salir de casa, airearse un poquito e ir al cine, porque allí no hay problemas de convivencia: yo nunca he visto a nadie pegar a nadie en el cine. ¿Hay que escapar del domicilio!