Sigrid Kraus: "Sándor Márai llenó de contenido Salamandra"
“Lo peor de la edición son los colegas que actúan con poca ética”
14 diciembre, 2010 01:00Sigrid Kraus. Foto: Santi Cogolludo.
Hoy la editorial Salamandra, la misma que lanzó, contra toda esperanza, los libros de Harry Potter, El niño con el pijama de rayas, de John Boyle, y que recuperó a desconocidos como Sandor Marai o Irène Némirovski, celebra con una gran fiesta en Barcelona sus primeros 10 años de vida. También acaban de seleccionar sus mejores 10 títulos, en un recorrido que tiene que ver más con los sentimientos que con lo comercial y en la que se incluye, por ejemplo, Zadie Smith o Nemirovski, Paolo Giordano y sus números primos, o Mark Haddon, con El curioso incidente del perro a medianoche, pero no, por ejemplo, los siete libros de Harry Potter, o El niño con el pijama de rayas, de Boyle, que son los mejores bestsellers de Salamandra. Su directora, Sigrid Kraus (Munich, 1964), una alemana que ha vivido en medio mundo, de Angola a Brasil, y que estudió literatura y empresariales, confiesa lo que tantos callan, que 2010 “ha sido un año difícil, y muy duro para el sector”. Pregunta.- ¿Cómo termina una alemana enamorada del portugués dedicada a la edición en España? Respuesta.- Justamente el enamoramiento de la lengua portuguesa me llevó a Barcelona. Soy y ya lo era en aquella época una gran fan de Caetano Veloso, que justo había lanzado un disco que incluye la canción Vaca profana, en la que habla de Barcelona y menciona su fascinación por esta ciudad en sus entrevistas.Yo había terminado mi formación de editora en Hamburgo y estaba dudando si volver a Brasil o quedarme a estudiar en Alemania, así que decidí, antes de nada, buscarme unas prácticas en una editorial en Barcelona para poder conocer más a fondo esta ciudad que tanto gustaba a mi ídolo y de paso aprender una nueva lengua. Durante esta estancia conocí al que hoy es mi marido, Pedro del Carril, y milagrosamente los astros se alinearon y logré combinar la ciudad, el hombre y la profesión de las que me enamoré. P.- ¿Qué ha sido lo mejor de estos 10 años de aventura? R.- Tantas buenas lecturas, poder trabajar cada día con tanta gente que te aporta algo, que es interesante, conocer nuevos países a través de sus libros y sus editores y entablar nuevas amistades, poder construir un proyecto común con mi pareja que nos trae tantas satisfacciones. Ya ves, me cuesta decidirme por una sola cosa, imposible. P.- ¿Lo peor? R.- En el día a día, la aceleración de nuestro trabajo con la llegada del email, que nos ha traído muchos beneficios, pero que a veces tengo la sensación de que se nos está volviendo en nuestra contra. También, momentos puntuales en los que colegas han actuado de forma poco ética, aunque por suerte han sido pocos. P.- No incluye a Harry Potter entre los libros esenciales con que celebra sus primeros diez años, ¿por qué? R.- Harry Potter para nosotros es un fenómeno de dimensiones tan grandes que se escapa a cualquier clasificación y no hubiese encajado bien en esta colección, que queríamos que tuviera una coherencia como tal y reflejara la verdadera vocación de nuestro sello. P.- ¿Y El Niño con el pijama de rayas? R.- Por las mismas razones. P.- ¿Cuál es su favorito entre esos 10 títulos? R.- No tengo favorito, cada uno me gusta por una razón distinta, pero todos me parecen "grandes" libros; son hitos de nuestra historia íntima como editorial. P.- Cada título seleccionado es una etapa tan literaria como sentimental: ¿qué significan, entonces, Sandor Marai o Irene Nemirovski? R.- Sándor Márai para nosotros es el autor que más hizo por llenar de contenido la marca Salamandra, le debemos muchísimo, y con la publicación de La herencia de de Eszter como uno de los primeros libros con el sello Salamandra logramos afianzar lo que habíamos empezado con El último encuentro. Suite francesa de Irène Némirovsky fue un libro que me reconcilió con la literatura, lo leí antes de una feria de Frankfurt cuando pasan por tus manos decenas de libros cada día y ninguno me había interesado lo más mínimo; de pronto, aparece esta autora con una novela escrita hace más de 70 años y te devuelve todo el entusiasmo por nuestra profesión. Poder editarla ha sido un privilegio. P.- ¿Por qué entre ellos no hay ningún autor español? R.- Cuando creamos Salamandra decidimos que en la primera etapa no publicaríamos autores españoles. Pensábamos que deberíamos especializarnos al principio para no perdernos entre demasiados retos. Luego vinieron nuestras hijas y hoy, aparte de editora, soy madre, y tengo claro que mientras ellas me necesiten prefiero dedicar mi tiempo a ellas y no meterme en más aventuras, que sé que pueden ser muy gratificantes, pero también significan una gran inversión de tiempo. Dicho esto, no descartamos hacerlo algún día más adelante... P.- ¿Cómo ha sido 2010, para Salamandra y para el sector? R.- Un año muy duro y difícil para el sector. Nosotros en Salamandra no tuvimos ningún "gran" bestseller (como por ejemplo La soledad de los números primos en 2009), pero sí varios éxitos medianos (Tierra desacostumbrada, Hijos del ancho mundo, Tres maneras de volcar un barco, La cena) y muchos libros que simplemente han funcionado muy bien, así que nuestro año ha sido francamente bueno, aunque esto no significa que no seamos muy conscientes de los retos que nos impone esta nueva etapa de la edición. Así que, cuidamos mucho las primeras tiradas, somos más cautelosos con los anticipos... P.- ¿Qué es lo mejor que nos ofrecerá Salamandra el año que viene? R.- Sí me preguntas por lo mejor, te tendría que dar una lista de 45 títulos, porque creo que todo lo que publicaremos el año que viene es muy bueno. No obstante, hay algunos libros que destacan por la expectativa que ya se ha creado en torno a ellos, y en este sentido mencionaría dos de especial relevancia: Purga, de Sofi Oksanen, novela de autora finlandesa, que ocurre en Estonia y que se ha convertido en un fenómeno editorial en Francia, donde ha sido galardonada con el Premio Fémina. Su fama se va extendiendo, y acaban de otorgarle el premio al Mejor Libro Europeo del Año. Es una obra maestra, y no porque lo diga yo. El segundo es Libertad, de Jonathan Franzen, para mí como editora la novela más importante que he publicado en toda mi carrera. Será a la vez un gran reto y un enorme placer editarla.