De la religión a Penélope
2. Penélope sigue ganando premios como una posesa. El último, el del Círculo de Críticos Cinematográficos de Estados Unidos. En todos los países del mundo los expertos han ensalzado la sublime (sí, sublime) interpretación de Penélope en Vicky Cristina Barcelona (por cierto, en un papel muy parecido al de Radah Mitchell en otra de Allen, Melinda y Melinda, no sé por qué nadie lo ha puesto de manifiesto porque es evidente); decía, que se la elogia en todas partes menos en España donde nadie, y digo bien, NADIE, le dedicó una línea elogiosa (tiren de hemeroteca) cuando la película se estrenó. Para que luego digan que eso de que España es envidiosa es un tópico. Ja, ja.
3. Hablaba hace poco del runrún de la industria, que si despidos que si malos rollos por doquier. Primera víctima, Telecinco desmantela, o casi desmantela, su división de cine. ¿El motivo? El fracaso rotundo de Santos, la película de Nicolás López. Lo que pasó con Santos es digno de ser estudiado. Se estrenó en 299 salas (ahí es nada) y recaudó en su primer fin de semana algo más de 70.000 euros. Hagan cuentas, unos 300 euros por sala. Para que se hagan una idea, Happy, un cuento sobre la felicidad, ganó más dinero estando sólo en 46. Es el mayor fracaso de la industria española reciente y la verdad, la película no era tan mala. Si alguien tiene buen corazón, que la alquile. No creo que reflote Telecinco Cinema, pero por lo menos podrá estudiar uno de los fenómenos recientes más curiosos.