En la isla de Mallorca la vida pasa diferente para Rafa Nadal. Allí la leyenda del tenis mundial, a sus 38 años, mantiene intacta su rutina de entrenamientos en la academia que lleva su nombre y se encuentra cerca de Manacor. Lo hace siempre con un objetivo: volver a competir. Ya tiene fecha para ello: la fase final de la Copa Davis que se celebrará en Málaga, del 19 al 24 de noviembre.
El nombre de Nadal fue incluido entre los convocados por David Ferrer, capitán de la 'Armada', para disputar la Final a 8. Rafa vuelve a esta competición que ha ganado en cinco ocasiones y que no disputaba desde su última victoria en 2019. Tendrá como compañeros a Carlos Alcaraz, Roberto Bautista, Pablo Carreño y Marcel Granollers.
"Es el acontecimiento deportivo del año", decía orgulloso Feliciano López, director de las Finales, en declaraciones a EFE, nada más conocerse la lista de Ferrer. Lo es por la mera presencia de Nadal, pero también por la nube que acecha sobre la posible retirada del ganador de 22 Grand Slams. El escenario es difícil de mejorar.
Nadie se atreve todavía a pronunciar dicha palabra, aunque es obvio que está en la cabeza de todos. "Me gustaría que haga lo que le salga del corazón, lo que él quiera. Tenerle en el equipo español en Málaga es un premio demasiado grande como para poder pedir algo más. No creo que el hecho de que pueda ser su último torneo como profesional cambie mi perspectiva. Que esté allí y España esté compitiendo allí con Carlos y él en el equipo, con David Ferrer en el banquillo... son muchas cosas juntas como para querer encima que sea su último torneo. Eso para mí no es trascendental", decía también Feliciano.
"Es algo tan personal que no soy capaz de decir cuál es la retirada ideal", expresaba también David Ferrer en su comparecencia ante la prensa. "Es muy personal el tema de la retirada, cada uno se retira como le apetezca o como puede [...] Debes de hacer algo que has hecho durante toda la vida y nunca es fácil manejar eso. Decida lo que decida Rafa, sé que tiene muchas inquietudes y está bien. Mientras él esté feliz, a mí me va bien", añadía el seleccionador español.
Nadal intenta mantenerse al margen de todo el ruido que hay alrededor de su futuro profesional. "Entiendo las preguntas sobre la retirada, porque son muchos años, y porque he pasado por muchos problemas físicos, especialmente estos dos últimos años. Es normal la pregunta. Pero al final llega un momento en el que no puedo convivir diariamente pensando en la retirada, porque entonces no terminas de intentarlo de verdad", decía en su reciente entrevista en El Hormiguero.
La última vez que entró a la pista para jugar fue en los Juegos Olímpicos de París, junto a Alcaraz, y desde entonces ha renunciado al US Open y a la Laver Cup al no sentirse capacitado para dar el nivel que se exige. En su calendario todavía aparece la exhibición que se celebrará en Arabia Saudí, del 16 al 19 de octubre, bajo el nombre 'Six Kings Slam' y que tiene aún el nombre de Rafa en su cartel. Mientras el balear no confirme nada, sigue siendo una incógnita su participación.
Nadal y la Davis
En la Davis, además del factor emocional que acompaña a Nadal, se aúnan unas condiciones que favorecen la presencia de Rafa en las Finales. Si siente que su físico no aguanta la exigencia de un partido de individuales, podría centrarse en jugar los dobles con una pareja de lujo, Marcel Granollers. Ambos ya jugaron juntos en las Finales de 2019. Incluso la posibilidad de una nueva reunión con Carlos Alcaraz, quien encabezará el equipo, estaría sobre la mesa.
La despedida de Nadal, por razones obvias, está cerca de producirse. La Davis será el primer matchball, puesto que el Rafa de hace unos meses todavía imaginaba un último baile en Roland Garros en 2025. Eso sí, ese pensamiento puede haber cambiado ya en base a las sensaciones que ha ido teniendo recientemente. La decisión pertenece solo a él. Su adiós, sea cuándo y dónde sea, estará a la altura de lo que merece su leyenda.