Duele reconocerlo, pero es la realidad. La carrera de Rafa Nadal está más cerca de llegar a su fin. El balear sigue dejando muestras de su gran tenis, cada vez más a cuentagotas, motivo suficiente para dar un último paso y cerrar su trayectoria legendaria de la mejor manera posible. El decidirá cuándo y dónde hacerlo. Se lo ha ganado. A los aficionados tan solo les queda disfrutar de los últimos días del manacorí.
De momento, lo que ha hecho Nadal es regalar a todos los aficionados unas pequeñas dosis más de su juego. Después de una carrera lidiando con las lesiones, desde enero de 2023 vio como su carrera pegaba un volantazo por unos problemas físicos que no desaparecían. Pasó un año en el dique seco, volvió aclamado por todos justo un año después, y volvió a caer en la misma piedra.
Desde entonces, tras su nueva lesión en Brisbane en enero de 2024, Nadal ha luchado contra viento y marea por volver a recuperar sensaciones y jugar sin dolor. Varias idas y venidas, pero siempre con la ilusión y la ambición de volver a hacer disfrutar a la gente en una pista de tenis. No tendría porqué hacerlo, ha ganado todo lo habido y por haber y podría retirarse como uno de los más grandes de la historia.
Sin embargo, no cesó en su empeño y se puso como objetivo llegar en forma a la gira de tierra batida, superficie en la que es el auténtico rey. Pero el camino no ha sido de color de rosas. En el Conde de Godó de Barcelona cayó en segunda ronda frente a De Miñaur. Después recuperó sensaciones en el Mutua Madrid Open avanzando tres rondas y sucumbiendo ante un intratable Lehecka.
Parecía que la puesta a punto llevaba el rumbo adecuado, pero volvió a dar un paso atrás en el Masters 1.000 de Roma, la antesala de Roland Garros. Un torneo en el que fue superado de manera clara por el polaco Hurkacz y en el que el balear dejó más luces que sombras. Se sembraron las dudas sobre su figura y empezó a sondear la idea de que igual no llegaba listo a Roland Garros.
Participación exprés
Al final llegó. Nadal se presentó en las pistas de París y desde el primer día fue recibido como un héroe. Es lo que es, una persona que trasciende a todo en Roland Garros. Desde su primer entrenamiento notó el calor de los aficionados que repletaban las gradas para verle realizar ejercicios.
Rafa llegaba a su Grand Slam predilecto para probarse y ver en qué punto estaba en comparación con las grandes raquetas del circuito. Y la suerte hizo que se emparejara en primera ronda con una de ellas, Alexander Zverev. El alemán es uno de los jugadores del momento y llegaba a la cita gala como vigente campeón del Masters 1.000 de Roma.
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El teutón está en el mejor momento de su carrera y lo reafirmó en el partido frente a Nadal. Tardó más de tres horas en derrotar al rey de la tierra batida. Tuvo que dar su mejor nivel para evitar que Nadal se le subiera a las barbas. Lo hizo, pero no dudó en elogiar al manacorí tras el choque.
Y es que Rafa Nadal sorprendió a todos con su más que notable rendimiento ante el número '4' del Ranking ATP. Le pasó factura en el primer set ceder su servicio a las primeras de cambio, pero en la segunda manga volvió a recordar al gran Nadal que ha conquistado París en 13 ocasiones.
Se mostró agresivo y dejó varios puntos que levantaron de los asientos al respetable de la Philippe Chatrier. Se divirtió sufriendo y celebró cada punto cerrando el puño y gritando con rabia. Al final no pudo derribar el muro alemán y dejó una sensación de que estaba preparado para mucho más de los que algunos podían pensar. Nadal se despidió de Roland Garros a las primeras de cambio, y quien sabe si lo hizo para siempre. Él no quiso confirmar nada sobre su futuro en el Grand Slam francés.
El sueño olímpico
Nadie, ni siquiera él, sabe si estará o no presente en la próxima edición de Roland Garros. Lo que sí tiene claro Rafa Nadal es que intentará ofrecer un buen rendimiento en los Juegos Olímpicos de París 2024.
"Mi cuerpo se siente mejor que hace dos meses. Igual en dos meses digo que es bastante, pero de momento no lo siento. Espero volver a esta pista dentro de dos meses para los Juegos Olímpicos y recibir todo este apoyo", afirmó tras caer eliminado frente a Zverev.
El tenista español tiene en su haber dos medallas de oro en los Juegos (Pekín 2008 y Río de Janeiro 2016) y espera en París firmar su triplete. Lo intentará a lo grande, formando dupla con Carlos Alcaraz, su heredero al trono.
Todo un reto para los tenistas españoles. Pasado, presente y futuro del tenis nacional en busca de lograr una medalla en el país vecino. Sería inolvidable. Lo sería para Alcaraz, que podría experimentar el sabor de metal con tan solo 21 años, pero también sería muy especial para Rafa Nadal. Qué mejor manera de ofrecer los que pueden ser tus últimos destellos en el tenis en la superficie y el lugar que te ha visto convertirte en una de las leyendas más grandes del deporte.