Garbiñe Muguruza

Garbiñe Muguruza David Vicente / Reuters

Tenis

Garbiñe Muguruza, la número uno del tenis a la que la salud mental sacó de las pistas

La tenista hispano-venezolana se retira a los 30 años después de una carrera brillante que acabó apagándose en los últimos tiempos.

21 abril, 2024 02:09

"Hasta aquí he llegado". Esas fueron las palabras con las que Garbiñe Muguruza dijo adiós a su trayectoria en el tenis profesional. Una carrera con altibajos. Momentos en los que tocó el cielo superando a las más grandes de la historia y fases en las que la salud mental no le permitió brillar tan fuerte como quizá se podía prever.

Muguruza cuelga la raqueta con 30 años. Una edad donde muchos deportistas logran alcanzar su máximo esplendor. Pero realmente fue hace algunos años más cuando la hispano-venezolana dejó vislumbrar algunos atisbos de su caída a los infiernos.

"Siento que ha llegado el momento. Estos meses de parón han sido claves. Cuando volví a casa, recibí el descanso con los brazos abiertos y cada día que pasaba me sentía mejor. No echaba en falta la disciplina ni la dificultad del día a día del tenis; iban pasando los torneos y me di cuenta de que las cosas habían cambiado. Todo lo llevamos al máximo, y por eso ahora disfruto de que no sea así, extremo. Me apetece mirar el siguiente capítulo, y no el del tenis, que ya es pasado", dijo Muguruza en su despedida.

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Dice que una vez que frenó, se apagó definitivamente la llama. Telefoneó a su preparadora, Conchita Martínez, e inició el paréntesis que le abrió los ojos hacia un nuevo enfoque vital. "Lo tenía claro cuando veía que pasaban los días y no deseaba ir a los torneos. Hay algunas cosas que echo de menos, pero ya no tengo esa chispa: la presión y esas mil cosas...", añadió. Una mujer que nació para hacer historia en el tenis, que lo logró y se cansó de hacerlo.

El 'click' de su carrera

Muguruza, que brilló en el circuito en una época en la que todavía dominaban con puño de hierro Serena y Venus Williams, compitió por última vez en el torneo de Lyon, en enero de 2023, y se tomó unas vacaciones para desconectar, debido a que los resultados no iban como deseaba.

En el momento de aquella desconexión,  atravesaba por una crisis de resultados sin precedentes en su carrera. No ganaba un partido desde septiembre de 2022 y estaba cerca de abandonar el selecto grupo de las cien mejores tenistas del mundo.

Garbiñe Muguruza, en Roland Garros.

Garbiñe Muguruza, en Roland Garros. REUTERS

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Por entonces, se trataba de un parón para cargar pilas y tratar de reconducir su juego para lograr volver a ser competitiva a primer nivel. Pero su ausencia se fue alargando hasta el punto de que era un secreto a voces que nunca más volvería al circuito. "Me hacía falta parar, descansar y ha sido la respuesta a lo que sentía", dijo.

El tenis es un deporte tan exigente, tan bestia, que no valen las medias tintas. No eres una más en un equipo de once, como puede suceder en otros deportes. Eres tú sola en la pista. Es tu físico, es tu cabeza, son tus decisiones. Cada día, cada semana. Por eso, cuando el gusanillo desaparece, cuando llegas a entrenar y no hay la pasión de antes, es honesto decidir parar. Eso ha hecho Garbiñe, ser sincera consigo misma y dar un paso al lado. Un paso definitivo.

Tenista para la historia

El final de la carrera de Garbiñe Muguruza, con sus idas y venidas y con sus derrotas y malas sensaciones, no puede empañar una trayectoria inalcanzable para muchas de las tenistas a lo largo de la historia.

Conviene poner en perspectiva algunos datos de su carrera: ha sido número uno de la WTA, ha ganado Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017) y ha sido maestra (2021). Por si fuera poco, sus dos rivales en los dos títulos de Grand Slam que levantó fueron Serena y Venus Williams. Garbiñe era de tardes grandes. Sabe lo que es triunfar en tierra, en hierba y en dura. Y sólo hay tres jugadores españoles con más Grand Slam que ella y son Rafael Nadal, Manolo Santana y Arantxa Sánchez Vicario. Poca broma.

Muguruza, con el título de campeona.

Muguruza, con el título de campeona. Henry Romero EFE

La hispano-venezolana ha sido una elegida. Una jugadora que logró atraer a muchas marcas en busca de tener como cabeza de cartel a la mejor tenista del mundo. Irrumpió en las alturas como un relámpago y ganándose un espacio propio en el circuito.

No fue una competidora regular, pero en realidad nunca fue su meta e hizo una apuesta arriesgada, solo apta para mentes intrépidas: fiarlo todo a una cuestión de momentos. A Garbiñe Muguruza no se le puede comparar con nadie. Es Garbiñe Muguruza, ni más ni menos. Una leyenda del tenis español que brilló con fuerza, pero que decidió apagarse antes de lo debido.