Roto el techo, ahora a buscar nuevos objetivos. Carlos Alcaraz llegó por primera vez en su carrera a los cuartos de final de Wimbledon al vencer este lunes a Matteo Berrettini en un partido que se las traía: el 3-6, 6-3, 6-3, 6-3 del español al italiano le permitió seguir adelante, pero además reforzó un mensaje que ha tomado cuerpo en los últimos días. El número uno cada vez parece estar más listo para asaltar el templo de la hierba. [Narración y estadísticas: Carlos Alcaraz - Matteo Berrettini]
“Ya sabía que iba a ser duro contra Matteo porque es un gran jugador”, explicó Alcaraz tras la victoria. “Él hizo final aquí y estaba jugando bien. No es fácil remontarle un set, pero sabía que si estaba ahí iba a tener mis opciones. Estoy muy contento por haber remontado”, celebró. “Quería llegar a cuartos de final porque el año pasado perdí en octavos. Mi sueño es jugar la final y ganar algún día. Espero que el sueño se cumpla este año… De momento, me siento bien por estar en cuartos”.
A pesar de estar en un mal momento, Berrettini es uno de los pocos especialistas que quedan a día de hoy sobre césped. Finalista de Wimbledon en 2021, y con cuatro de sus siete títulos conquistados en hierba, el italiano llegó al encuentro contra Alcaraz recuperándose de una malísima racha provocada por las lesiones y la falta de confianza, tras derrotar a Alexander Zverev en tercera ronda y dispuesto a poner en apuros al murciano.
Y eso fue lo que ocurrió en la central de Wimbledon, al menos durante el arranque del cruce.
Haciéndese fuerte con su combinación ganadora de siempre sobre hierba (saque y derecha invertida), Berrettini se abrió paso a garrotazos por una primera manga en la que Alcaraz no consiguió descifrar el saque del italiano, que no había encajado un break en las tres primeras rondas del torneo. En consecuencia, el campeón de un grande cedió terreno camino a la victoria mientras trataba de buscar soluciones para darle la vuelta al partido.
Esas soluciones llegaron en el arranque de la segunda manga para que Alcaraz cambiase el rumbo de la tarde, y se abrazase al triunfo con las dos manos y una sonrisa de oreja a oreja.
Para conquistar el encuentro, el español rompió tres veces el saque de Berrettini, algo que nadie había hecho antes en Wimbledon este curso, pero sobre todo firmó un tenis inteligente: usó con mala baba el servicio al cuerpo, fue agresivo al resto y cargó sus tiros sobre el revés del italiano, por mucho el lado más débil de su juego. Así, Alcaraz ganó y se plantó en cuartos pidiendo más: ahora le espera Holger Rune (3-6, 7-6, 7-6, 6-3 al búlgaro Dimitrov), otro gran desafío camino del reto mayor: la copa de campeón de Wimbledon.