Carlos Alcaraz reduce a Muller y jugará la tercera ronda de Wimbledon

Tras dos días sin jugar, como consecuencia del reajuste que tuvo que hacer la organización de Wimbledon para compensar las partes del cuadro después de varios días de lluvia, Carlos Alcaraz se metió en la tercera ronda batiendo a Alexandre Muller 6-4, 7-6, 6-3 e inmediatamente se puso a pensar lo siguiente: sin tiempo para descansar, lo habitual en un Grand Slam, el español volverá a la pista este sábado para buscar el pase a octavos de final ante Nicolás Jarry (7-5, 5-7, 6-3, 6-4 al australiano Kubler). [Así vivimos la victoria de Carlos Alcaraz en Wimbledon] 

“Estoy contento porque era mi segundo partido en la central y el primero lo había perdido”, aseguró Alcaraz después del triunfo. “Es una pista muy bonita, quería disfrutar de jugar aquí, y eso es lo que he hecho”, prosiguió el campeón de un grande. "Estoy jugando cada vez mejor en hierba, me siento bien y voy cogiendo la experiencia necesaria. Wimbledon es especial es diferente a cualquier otro torneo”.

Muller, un novato en hierba (ningún partido jugado en un cuadro final hasta esta edición de Wimbledon), llegó al encuentro contra el número uno sabiendo que lo más probable era acabar derrotado, y no precisamente después de una batalla. El francés, que el primer día sorprendió a su compatriota Rinderknech, se marchó eliminado del torneo, como esperaba. Lo hizo, sin embargo, dejando una buena sensación, peleando, sin regalar nada, soñando con no irse del cruce sin decir ni mu. 

Muller se procuró tres pelotas de break en la primera manga, que cedió ante un Alcaraz menos determinante que en su estreno contra Jeremy Chardy, pero lleno de trucos, siempre con un recurso extra para solucionar los momentos más apretados de la tarde contra un rival descarado, muy peligroso al jugar sin nada que perder, consciente del favoritismo del murciano. 

Carlos Alcaraz busca alcanzar una bola frente a Müller en segunda ronda de Wimbledon. REUTERS

Como en ese set inicial, Muller aprovechó los errores de Alcaraz para mantenerse con vida. En los tres parciales que duró el encuentro, discutido bajo un sol de justicia (28 grados), tuvo oportunidad de morder el francés, siempre muy cerca de lograr esa rotura de saque que respaldara las buenas señales que dejó sobre la central de Wimbledon, de largo el escenario más imponente del planeta tenis. 

Con todo eso terminó un trabajador Alcaraz, que con dedicación y buenos golpes cubrió los problemas del duelo contra el francés.

“La diferencia entre los buenos y los muy buenos es que los muy buenos sacan estos partidos que cuentan el doble”, dijo Alcaraz. “No vas a jugar bien en todos los partidos. El 80% de los partidos durante todo el año no lo vas a jugar como tú quieres. Para mí, hoy fue un partido que suma doble y vamos a intentar mañana tener mejores sensaciones”.