Carlos Alcaraz (El Palmar, 2003) se convirtió en número 1 del mundo el último 12 de septiembre. Apenas tres semanas después, en Astaná (Kazajistán), se producía esta conversación: "Tendrás dos objetivos en 2023: seguir jugando bien y recuperar el número 1". A lo que el tenista contestó: "Pero si soy número 1...". "Ya, pero es que lo vas a perder en un momento u otro", recibió por respuesta.
Quien reproduce esta charla al otro lado del teléfono con EL ESPAÑOL es Antonio Martínez Cascales, mentor de Juan Carlos Ferrero y director de la academia en la que ha crecido Carlos Alcaraz (JC Ferrero Equelite). Es un consejero para el tenista de 19 años y le acompaña en Buenos Aires desde el pasado jueves.
Antonio hará de Ferrero en Argentina y en el ATP de Río de Janeiro, los dos primeros torneos que jugará Alcaraz en 2023 tras recuperarse de dos lesiones. La primera, en el oblicuo, la sufrió en París-Bercy y la segunda, una microrrotura en el isquio, en Villena mientras preparaba el primer Grand Slam del año: "Era una lesión pequeña, pero lamentablemente no se podía ir a Australia así", dice Martínez Cascales.
El pasado domingo se cumplieron 100 días desde el último partido de competición que jugó Alcaraz. Romperá su sequía este miércoles en el turno de noche con su debut en el torneo de Buenos Aires contra el serbio Laslo Djere (57º del mundo). En el camino perdió su nº 1 en favor de otro tenista nacido en Serbia, Djokovic. El de Belgrado volvió a lo grande a Australia y ganó, sin Carlos en el cuadro, en la Rod Laver.
"No hay un jugador que lo mantenga [el número 1] toda su carrera. El objetivo no es mantener el número 1. El objetivo es seguir jugando bien y, cuando lo pierdas, recuperarlo", dice Antonio Martínez Cascales. "Se lo hemos repetido [a Carlos] para que lo asuma", añade.
Ningún cambio en Carlos
Sin el número 1, Carlos vuelve a las pistas "como ha sido siempre". En el equipo de trabajo del tenista de El Palmar no han notado cambio por haber llegado a ser el mejor del mundo tan joven. Ha habido un gran trabajo detrás para que esto no le afectara ni le hiciera perder los pies de la tierra.
"La gestión no es tanto por estar en el número 1 en sí, sino por lo que produce en su vida estar en el número 1: entrevistas, sponsors, gente de todo tipo que se acerca a él... Es lo que más preocupa y lo que más se trabaja. Se trata de estar lo más tranquilo posible, dentro de que se sabe que es imposible estar tranquilo. Se trabaja tanto en casa como en la academia. Es lo más complicado", explica Antonio sobre esos más de cuatro meses en los que Alcaraz no tuvo a nadie por encima en el ranking.
El círculo que rodea a Carlos es muy importante. En Buenos Aires, además de Antonio, le acompañan su fisio Juanjo Moreno, su hermano Álvaro y su representante Albert Molina: "Es un tío muy familiar, de estar con su círculo. Y luego que es joven, con lo cual necesita apoyo. Cuando un jugador tiene 27-28 años, igual hasta agradece estar solo en un torneo porque está más tranquilo. Pero con 19 años, como Carlos, es bueno que se encuentre cómodo en el día a día. No es como estar en casa, pero es lo más parecido".
No está Juan Carlos Ferrero, que se incorporará para el ATP de Acapulco (27/02 a 04/03). Es una decisión tomada por el entrenador de Alcaraz, que decidió involucrar aún más al que fuera su mentor en la temporada de Carlos. El regreso de 'Juanky', como le llama Alcaraz, llegará a tiempo para el cambio a pista rápida y preparar la gira de los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami. Además de Buenos Aires y Río, Antonio también tomará el relevo más adelante, en agosto, para Canadá y Cincinnati.
Recuperado de las lesiones
Las lesiones quedan atrás: "Está recuperado, con muchas ganas", dice Antonio. "Después de más de 100 días sin jugar, el primer torneo es una prueba. Hay que entrar en juego. Está entrenando bien estos días en Buenos Aires, a buen ritmo, y lo vemos todo bien", añade.
Alcaraz se lesionó el pasado 4 de enero en una de sus últimas prácticas antes de viajar a Melbourne. Los problemas en su pierna derecha se debieron a un gesto fortuito, en el intento de cazar una contradejada, durante un entrenamiento con el joven estadounidense Darwin Blanch. La primera lesión, dos meses antes, no se debe a otra cosa que a los partidos acumulados del año y la tensión de querer jugar y ganar.
Perderse Australia fue un palo del que Carlos está recuperado: "Se ha puesto la situación de que en el tenis, o cualquier deporte, esto pasa. Las lesiones son parte del deporte y el año es muy largo. Es una pena no ir a Australia. Pero si yo tengo que quitar obligatoriamente un Grand Slam, quito Australia. Es el que más lejos pilla, el de principio de temporada, el que más cuesta... La temporada es muy larga y perderse un torneo, aún por importante que sea, no es vital en el tenis", analiza Antonio.
Carlos volvió a entrenarse hace casi un mes, el 20 de enero, y ha ido de menos a más en Villena. A los días tuvo una práctica junto a David Ferrer, flamante nuevo seleccionador de la Copa Davis. Luego ha tenido más sesiones junto al valenciano Bernabé Zapata, el belga Gilles Arnaud Bailly, los hermanos Blanch y el madrileño de 17 años Martín Landaluce.
Fin a la sequía
En el Buenos Aires Lawn Tennis Club ha seguido sus entrenamientos desde hace días, con el graderío abarrotado y el objetivo de adaptarse a las calurosas condiciones del torneo. También ha podido subir el nivel de las prácticas, entrenando con Cameron Norrie (nº 12), por ejemplo.
"Después de tanto tiempo sin competir, es un buen torneo para entrar en competición y volver a entrenar con los jugadores top que tienen un ritmo alto. Buen torneo para entrar en juego. Por eso se eligió antes de Brasil, que ya será un torneo más duro. Si va ganando partidos, es un torneo ideal", concluye Antonio. Los 100 días sin tenis de Carlos Alcaraz llegan a su fin.