Cuando acabaron las celebraciones, Carlos Alcaraz quiso hacerse una foto en el centro de la Arthur Ashe junto a su gente. El tenista de El Palmar se puso en medio junto a su trofeo del US Open y le fueron rodeando. Entre familiares, su cuerpo técnico y otras personas, sumaron 21 acompañantes. El grupo más grande del circuito ATP.
En Nueva York se hicieron notar. Ningún jugador tenía un box tan repleto de gente. De hecho, a la final acudieron más y algunos se tuvieron que ubicar en otra zona de la pista central para seguir el partido contra Casper Ruud. Luego de acabar el encuentro, Juan Carlos Ferrero les llamó con gestos para que se acercaran al resto.
Alcaraz reconoce la importancia de cada uno de ellos. Nada más ganar se echó al suelo emocionado y lo siguiente que hizo fue irse con los suyos. Saltó varias filas llenas de aficionados y llegó a su box. Gritó, saltó y celebró con su padre y el resto de su gente. Cuerpo técnico y familiares. Lo más emotivo fue el abrazo con Ferrero.
Los 21, y los que no aparecieron en la foto porque estaban en España, son clave en el proceso que ha llevado a Carlos Alcaraz a la cima del tenis con solo 19 años. El número uno más joven de la historia es, en parte, mérito de cada uno de ellos. Un sueño cumplido para el murciano: "Es difícil hablar ahora, muchas emociones, pero es algo que traté de alcanzar con duro trabajo, con mi familia", decía tras ganar la final.
Los que le acompañaron durante todo el torneo fueron menos: su hermano mayor Álvaro, el fisio Juanjo Moreno, el doctor Juanjo López, su mánager Albert Molina y, por supuesto, su entrenador 'Juanky' Ferrero. El resto voló a Nueva York para la final. Era un día especial y nadie se lo quería perder. El clan de 'Carlitos' tenía que estar allí.
Juan Carlos Ferrero, su entrenador
La piedra angular en la carrera de Alcaraz es Ferrero. 'Juanky' y 'Charly', como se llaman el uno al otro, son uña y carne. Hablan el mismo idioma en el tenis y en los partidos, desde que se permite el coaching, tienen conversaciones muy sinceras. "Convéncete de que tienes que ir a por el partido. No vale otra cosa", le decía a Carlos antes de cerrar el primer set de la final.
Se conocen desde hace casi cinco años. Con 14, Alcaraz entrenó por primera vez con Ferrero. "Era un fideo. Tenía rapidez, pero no tenía músculos", recordaba el extenista español, que también fue número 1 del mundo. A partir de entonces, surgió un vínculo muy fuerte entre ambos.
Albert Molina y Antonio Martínez, mánager y mentor
Otras dos personas claves en el inicio de su carrera fueron Albert Molina y Antonio Martínez Cascales. El primero trabaja como representante en la agencia IMG y fue quien llevó a Carlos a la academia JC Ferrero Equelite (Villena), que dirige Antonio. Antes le llevó a otros tenistas como Nicolás Almagro o Pablo Carreño -gran amigo de Alcaraz-.
Albert dirige la carrera de Carlos, incluyendo los acuerdos con las marcas. La imagen del tenista se ha disparado en el último año, pero en el equipo prefieren calidad a cantidad. Nike y Babolat le dan soporte desde el plano deportivo y otras grandes firmas como El Pozo, ISDIN, Rolex o BMW ya le patrocinan.
Antonio suele acompañar a Carlos en algunos torneos. Es una especie de consejero para el joven tenista. El sábado voló a toda prisa desde Madrid para llegar a la final, acompañado de otra gente de la academia como Iñaki Etxegia, que se encarga del apartado de comunicación. Antes de partir, confesaba a EL ESPAÑOL que veía a Alcaraz "motivadísimo". A él fue uno de los primeros a los que abrazó el murciano.
Los fisios: Juanjo Moreno, Fran Rubio y Sergio Hernández
El US Open llevó al límite a Alcaraz. Jugó 15 sets desde octavos hasta semis y estaba cargado. El equipo de fisios tuvo un papel crucial a la hora de mimar el cuerpo de Carlos y que recuperara correctamente. Juanjo Moreno, su readaptador, le ha sometido a baños de hielo en los vestuarios de la Arthur Ashe, en los que curiosamente también ha participado Álvaro, el hermano del jugador.
Juanjo, que también trabaja con Carreño, es su sombra en la mayoría de los torneos. Durante toda la semana, le ha estado tratando a altas horas de la madrugada tras los partidos antes de dormir. El equipo de fisios lo completa más personal de la Equelite de Villena, como Fran Rubio y Sergio Hernández. Ambos estaban presentes el domingo.
Alberto Lledó y Álex Sánchez, los preparadores
La parte de la preparación física corre a cargo de Alberto Lledó, asistido por Álex Sánchez. Trabajan también en la academia de Villena y son las personas detrás del brutal cambio físico de Carlos durante el último año y medio. Subió cuatro kilos en 2021, fomentado por una alimentación basada en productos "reales".
Carlitos se convirtió en Carlos de la noche a la mañana. De aquel "fideo" que recordaba Ferrero a una bestia física capaz de aguantar maratones, como se ha visto esta semana. De no ser así, no hubiera soportado las más de cinco horas contra Sinner o la batalla contra Tiafoe.
Juanjo López e Isabel Balaguer, doctor y psicóloga
El cuidado de Alcaraz pasa por otras dos personas. Del cuerpo se encarga el doctor Juanjo López y de la mente, la psicóloga Isabel Balaguer. Él ha pasado las dos semanas del US Open al lado de Carlos, mientras que ella no suele acompañarle a los torneos, pero está siempre pendiente del joven jugador.
A Juanjo le enseñó a jugar al tenis Carlos Alcaraz padre. Años después, cuando trabajaba como traumatólogo en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, atendía allí al hijo del que antes fuera su profesor con la raqueta. Ahora se dedica exclusivamente a trabajar con el nuevo número uno del tenis.
En cuanto a Isabel, Alcaraz lleva acudiendo a ella desde 2019. Es catedrática de Psicología Social en la Universidad de Valencia y directora de la Unidad de Investigación de Psicología del Deporte (UIPD). Carlos antes tenía otra psicóloga, Josefina Cutillas, con la que sigue manteniendo el contacto. Lo mental es crucial en su trabajo.
La familia
El otro pilar de Carlos Alcaraz es su familia. Cuando acabó la final, el murciano pensó lo primero en su madre, Verónica Garfia, y en su abuelo, con el que comparte nombre y un lema que se le quedó marcado: "Cabeza, cojones y corazón". Son dos de sus grandes apoyos que no pudieron estar en Nueva York y vieron el partido desde El Palmar. Sí estaba su padre, también Carlos Alcaraz [González].
El tenis le viene a Carlitos de su familia, de su abuelo y sobre todo de su padre. Este dirige actualmente la escuela de tenis de Murcia (MET), que coordina Alfredo Octavio Sarria, otro de los presentes en el box de Alcaraz este domingo. También había más trabajadores de la otra 'casa' del jugador.
Los padres de Alcaraz se encargan también de manejar las cuentas de su hijo, que solo con esta temporada ha ganado 8,6 millones de dólares en premios de los torneos. Cuando era un niño, al principio, le llevaban todas las semanas desde El Palmar hasta Villena. Luego decidieron que lo mejor para su hijo era que se quedara en manos de Ferrero y su equipo a diario y volver a casa los fines de semana.
Carlos vive en la Equelite desde hace tres años. Heredó la casa de 90 metros cuadrados que antes era de Ferrero, en sus tiempos de jugador. Allí sigue pasando la mayor parte del año, coincidiendo con Pablo Carreño y su preparador, Samuel López.
Alcaraz tiene tres hermanos. El mayor es Álvaro, de 23 años, que trabaja en la escuela de tenis de su padre y acompaña a Carlos en los torneos. El nuevo número uno del mundo es el segundo de los cuatro. Luego están Sergio, de 13 años, y Jaime, de 11, que sigue los pasos de su hermano y ya es campeón de España de tenis. La saga continúa.