"Estoy cansado, triste y decepcionado". Rafa Nadal (Manacor, 1986) no podía ocultar la realidad tras despedirse este miércoles del Abierto de Australia. El tenista balear, irreductible en tantas ocasiones, era un mar de dudas por su derrota ante el estadounidense Mackenzie McDonald y, sobre todo, por la lesión en la cadera que le arrancó cualquier opción de remontada al final del segundo set.
6-4, 6-4 y 7-5 fue el resultado en contra con el que Nadal se va en segunda ronda del primer Grand Slam año. Su objetivo pasó de ser pasar de ronda a acabar el partido, como fuera. Rafa no quería retirarse siendo el vigente campeón. Y eso hizo. Soportó hasta el final los dolores de una lesión que desconoce de qué se puede tratar.
Despedido bajo una ovación por la Rod Laver Arena, cuando salió a rueda de prensa dejó uno de los mensajes más desgarradores que se le recuerdan: "Los últimos tres 'grandes' no pude terminarlos en condiciones y el vaso se va llenando y el agua puede salir por fuera". Nadal admitía estar "mentalmente destrozado".
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"Estoy cansado y frustrado por estar en procesos de recuperación de lesiones en gran parte de mi carrera. Pero siempre lo he aceptado. No puedo decir que no estoy mentalmente destrozado porque estaría mintiendo. Puedo venir aquí y decir que la vida es fantástica y que hay que mantenerse positivo, pero no lo puedo hacer ahora. Es un momento y un día duro y lo acepto porque hay que seguir", decía un Nadal contrariado.
Sobre su lesión, explicó que había sentido algo en la cadera esta semana sin que las alarmas saltaran. Sí lo hizo tras un gesto forzado al intentar alcanzar un revés defensivo: "No era nada comparable a lo de hoy tras el movimiento ese. No sé qué está pasando, si es en el músculo, en la articulación. Hay antecedentes. Ahora siento que no puedo moverme, pero no sé bien qué es hasta que haga todas las pruebas. Tengo un histórico de problemas en la cadera que me han obligado a hacer tratamientos en el pasado", dijo.
Nadal regresará ahora a Mallorca para hacerse pruebas y conocer la gravedad de su lesión: "Espero que no sea nada excesivamente malo que me mantenga mucho tiempo fuera. No es sólo regresar sino el tiempo que pasa hasta que coges un nivel decente". Su regreso, en el mejor de los casos, debería ser el próximo 27 de febrero en Dubái.
Pese a la derrota, Nadal volvió a dejar una lección de lucha al conseguir terminar el partido. Abandonar, eso sí, fue una opción: "Lo consideré, pero no le pregunté al fisio si me tenía que retirar porque conozco mi cuerpo. Soy lo suficientemente mayor para tomar mis propias decisiones. No quería retirarme y abandonar la pista porque era el defensor de la corona aquí. Lo que he hecho es intentar seguir sin hacerme más daño. No podía correr y tampoco pegar el revés. Sólo quería acabar el partido. Eso era todo".