No fue una vuelta sencilla. El miércoles, Rafael Nadal regresó a la competición en la pista cubierta de París-Bercy con una derrota ante Tommy Paul (6-3, 6-7, 1-6). El español, que ganaba 6-3, 2-1 y saque, se despidió en su regreso al circuito en el último Masters 1000 de la temporada tras ser padre por primera vez (el pasado 8 de octubre) y llegará con muchas dudas a Turín: desde el domingo 13 de noviembre, Nadal intentará echarle el lazo a la Copa de Maestros, el único gran título que le falta a su infinito currículo. [Narración y estadísticas]
“Han pasado muchas cosas en los últimos meses”, se arrancó Nadal tras caer a la primera. “Aunque siempre estamos dispuestos a encontrar excusas, cuando al final es lo mismo. Juegas bien, ganas; no juegas bien, pierdes”, prosiguió. "Hoy por momentos estaba jugando bastante bien, pero en el momento adecuado no hice las cosas correctas”.
Bajo techo, la superficie que históricamente más le ha costado, Nadal vio cómo Paul le tomaba la delantera al marcador en el arranque (2-1 y saque del estadounidense) y temblaba para afianzar la ventaja, descompuesto en errores que el mallorquín aprovechó sin titubear: sin hacer nada extraordinario, Nadal recuperó el break inmediatamente (2-2), volvió a celebrar otro quiebre (5-3) y se hizo con el primer parcial para desmoralizar las esperanzas del número 31 mundial, al que el balear había derrotado por primera vez esta temporada en Acapulco (1-0 en el cara a cara).
A pesar de eso, y como era de esperar, Nadal vivió un desenlace cargado de curvas, poniéndose en peligro durante muchos momentos y viéndose arrastrado al tercer parcial.
Del break con el que arrancó la segunda manga (2-1) se pasó a un 3-2 y dos bolas para 4-2 de Paul, que no pudo convertir ninguna, acariciando el punto de inflexión que perseguía en el cruce frente al número dos. Con la garra de siempre, una cualidad que no entiende de parones, Nadal fue capaz de salir adelante y escaparse de otra situación sin retorno: salvando un punto de set con su segundo saque (4-5) y ganando aire antes de hundirse del todo.
Desde el tie-break del segundo set, Paul creció y castigó cada error de Nadal, multiplicando la herida del español. Desconocido, el campeón de 22 grandes se marchó derrotado en un tercer set que compitió de manera irreconocible, muy lejos de su versión habitual.
Ahora, Nadal tiene claro sus planes: regresar a casa y poner rumbo a Turín un poco antes de lo previsto.
"Voy allí [Turín] sin nada que perder después de un buen año”, avisó el tenista. “Al final, los últimos cinco meses no pasé suficientes días metido la dinámica del circuito. Eso es lo que necesito. Si me siento bien, voy a estar allí un poco antes de lo habitual y aprovechar para entrenar. Quiero darme la oportunidad de disfrutar de la Copa de Maestros, uno nunca sabe cuándo será la última, especialmente a mi edad”, continuó. “Así que daré lo mejor de mí para disfrutar de esta”.