Carlos Alcaraz y Rafa Nadal hicieron historia en el mundo del tenis, y también en la española. Por primera vez, dos jugadores de nuestro país se colocaban primero y segundo en el ranking ATP. Y ahí es nada. Una página de oro para el deporte patrio, una más de las muchas que hay escritas.
El subidón de Alcaraz en 2022 ha propiciado que el dúo domine el circuito ATP. Una situación vista únicamente antes por Estados Unidos. Ante ellos, tienen la oportunidad de redondear una magnífica temporada cerrándolo los dos en lo más alto del podio. Oportunidad de oro para ambos.
Y si lo consiguen, igualarían un hito histórico que no ocurre desde hace 26 años. En aquella temporada, los estadounidenses Pete Sampras y Michael Chang cerraron las listas como número 1 y 2 del mundo. Un logro que no se ha repetido por un país que no sea el suyo y que Nadal y Alcaraz aspiran a igualar.
Rafa Nadal felicita a Carlos Alcaraz.
Nadie desde que la ATP tomase forma en 1973 ha sido capaz de lograrlo más allá del país norteamericano. Ahora es España la que tiene la oportunidad de añadir su nombre en los tres meses que faltan para que el 2022 cierre sus puertas.
España, gracias a los mejores jugadores del momento, puede romper esa hegemonía historia conseguida por Estados Unidos en el tenis masculino. La combinación pasado, presente y futuro de Alcaraz y Nadal ya está dando sus réditos. Y para consolidarla necesitan resultados, o que los de sus rivales no sean tan buenos como los suyos.
Por delante, pocos torneos pero muchos puntos en juego. Principalmente, el Masters 1000 de París y las Nitto ATP Finals son los que más reparten y, ya con menos, Viena y Basilea. Un calendario apretado en el que cada jugador luchará por sumar la mayor cantidad de puntos.
Complicado, pero no imposible
Para que se logre dicha hazaña, los resultados de los dos españoles se antojan imprescindibles. Necesitan de una pequeña dosis de heroicidad, algo a lo que están acostumbrados sobre la pista. Y con la compañía de sus raquetas lo será aún menos, sobre cuando han demostrado ser los mejores de 2022 hasta el momento.
La hoja de ruta es básicamente muy clara: sumar más puntos que sus rivales. Pocos son los que pueden evitarlo. Casper Ruud y Stefanos Tsitsipas son los principales escollos para lograrlo, dos jugadores de calidad y con el poso necesario para lograrlo. Una batalla que se antoja feroz.
Sin embargo, el dúo español cuenta con un gran aliado a su favor. Los puntos que defienden Alcaraz y Nadal en el último tramo de la temporada son prácticamente inexistentes. Especialmente para el manacorí, que no sumó ninguno en los meses finales de 2021 tras su lesión en Roland Garros. Por su parte, el de El Palmar tiene 280 puntos que pelear, gracias a sus semifinales en Viena en 2021.
Alcaraz, Ruud y el árbitro discuten en la final del US Open
Un ángulo completamente diferente al que presenta Casper Ruud. El noruego tiene por delante un complicado final de temporada. Su extraordinario cierre de 2021, donde consiguió alcanzar las semifinales de las Nitto ATP Finals y el ATP 250 de San Diego, hacen que sea realmente complicado para él superar a sus contrincantes en el ranking con 1.010 puntos que defender.
Tsitsipas, el otro gran aspirante, apenas defiende 55 en total por culpas de las lesiones que azotaron a su codo en el tramo final de la temporada pasada. Un aliciente para él, que pese a ser la sexta mejor raqueta tiene opciones matemáticas de poder lograr el número uno del mundo.
Hoja de ruta
Alcaraz no ha empezado de la mejor manera su defensa del número 1. El español se dio de bruces contra la realidad en Astana, cayendo frente a David Goffin de manera contundente. Ahora sus opciones pasan por seguir cogiendo ritmo en torneos menores como Viena o Basilea, pero todavía no ha confirmado su asistencia.
El que tampoco ha dado señales de acudir a citas próximas es Rafa Nadal. El balear, ante su inminente paternidad y sus problemas derivados tras la rotura abdominal, tampoco ha presentado su inscripción antes de las grandes fechas más importantes.
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Por lo tanto, sus caminos parecen cruzarse en los dos grandes torneos de final de año: el Masters 1000 de París y las Nitto ATP Finals. Dos fechas ineludibles para ellos si quieren seguir manteniendo su estatus como primero y segundo, ya que a poco que sumen tendrían asegurada su posición de privilegio.
Además, en el caso de Nadal probablemente intentará el asalto a dos de los torneos más importantes del circuito que todavía le faltan. Una oportunidad de añadirlos a sus vitrinas en la recta final de su carrera. Ya estuvo cerca de ganar la también denominada Copa de Maestros en 2010 y 2013, donde cayó contra Federer y Djokovic, respectivamente. En la capital francesa cuenta como mejor resultado unas semifinales, logradas hasta en cuatro ocasiones.
Estados Unidos, líder
Hasta la fecha, Estados Unidos ha sido el único en conseguir ese doblete. Un hito que han logrado replicar hasta seis veces a final de año. Un logro que busca igualar Rafa y 'Carlitos'. Desde 1996, es decir, hace 26 años que no se consigue una hazaña de similares características.
Pete Sampras y Andre Agassi
Los últimos fueron Pete Sampras y Michael Chang. Ambos coronaron un magnífico 1996 con la primera y segunda plaza de la clasificación. Pero para 'Pistol Pete' no fue la única a lo largo de su carrera deportiva. A sus seis temporadas consecutivas como líder de la ATP al cierre de la temporada, entre 1993 y 1998, hay que añadirle los dobletes conseguidos con Agassi en 1994 y 1995.
Antes que ellos hubo dos jugadores que pusieron de manifiesto una espectacular rivalidad por el número 1 en la década de los 80. En 1981 y 1984, John McEnroe terminó por delante de Jimmy Connors. El propio McEnroe también tuvo esa misma rivalidad con Ivan Lendl, que logrando el doblete con el primero a la cabeza en 1983 y con el segundo en 1985.
El mayúsculo reto que tienen por delante Nadal y Alcaraz es una muestra del gran momento que vive el tenis español. Tener a dos números uno en la cúspide es algo impensable para cualquier país, salvo para Estados Unidos y, ahora, España. Lo igualen o no, el mérito de poder pensar en ello ya es algo sublime.