Con permiso de Stefanos Tsitsipas y su padre que son los grandes protagonistas de las mofas de los seguidores del tenis después del primer US Open con coaching, la posibilidad de que los jugadores hablen con sus banquillos durante los partidos, Carlos Alcaraz está siendo el tenista que más está empleando este cambio de regla en el tenis. Hasta ahora, un partido era cosa de dos. La batalla física y mental que suponía este deporte entre dos contendientes se abre ahora también a sus entrenadores y preparadores.
"¡Valiente Carlos!", "¡Más agresivo con su segundo saque!", "¡Con cabeza Charly!" o "¡Un paso más adelante en la pista!" son algunos de los gritos que se escucharon durante este US Open en las voces de Juan Carlos Ferrero o Albert Molina. Todo lo que antes se hacía con gestos o miradas, ahora es un atractivo más para el espectador. Pero sobre todo es una herramienta para los jugadores que psicológicamente reciban una ayuda. Oír a Alcaraz diciendo "¡Un toro!" es un ejemplo de ello.
Más allá de las conversaciones técnicas que tienen los tenistas con sus entrenadores, Los gritos que hacen contra sí mismos sin la amenaza de ser sancionados por coaching como en el pasado también es una forma de desquitarse. En la juventud de Alcaraz hay algunos comentarios que provocan las risas en su banquillo. Pero todo esto es parte de la trayectoria que ha llevado al español de 19 años a su primera final de Grand Slam. En la final también será un factor clave.
Los límites del coaching están en que la comunicación no interrumpa el juego, es decir, que se haga entre saque y saque, y no se moleste al rival. La ATP establece que los entrenadores deben estar sentados en el asiento que la organización les ha designado y que solo pueden hablar con sus jugadores en el mismo lado de la pista. Produce discordia, ya que hay algunos tenistas que creen que se abusa, como Nick Kyrgios o Andy Murray. Pero la mayoría está feliz con este nuevo tenis.
A Rafa Nadal tampoco le convencía, pero también se vio al campeón de 22 Grand Slam hablando en mallorquín con su banquillo aprovechándose de este experimento que se estableció hasta el final de la temporada. Casper Ruud, el rival de Alcaraz en la gran final, tiene a su padre Christian en el rincón. Este extenista no interviene tanto como lo hacen desde el banquillo del murciano, pero transmite mucha tranquilidad al noruego entendiéndose solo con una mirada.
La realidad es que todavía no se ha visto a un deportista decir que el resultado cambió cuando su entrenador le dijo que sacara de una manera y que la razón por la que ganó es ese detalle. Pero los tenistas están más tranquilos sobre la pista cuando intercambian opiniones con su banquillo. El "¿qué hago?" cuando se ven dominados ahora tiene respuesta. Evidentemente, todo depende de la capacidad de reacción del jugador, pero al menos tienen esa mano que les levanta del suelo.
Alcaraz así lo interpreta. Le preguntaron sobre esta cuestión en segunda ronda del US Open, después de ganar a Federico Coria. "Creo que es un avance en todos los sentidos. Para mí, es una evolución, algo que ya pasa en otros deportes. Por ello, creo que es una decisión acertada y espero que se mantenga", reflexionó el murciano. Él ya había experimentado con esto en las NextGen Finals que ganó en 2021. Entonces ya decía que quería verlo en todo el circuito.
La ATP explicó cuando instauró la norma que intentaba "incrementar los momentos de intriga y cercanía para mejorar la experiencia de los espectadores". Es una forma de hacer partícipe a la persona que está al otro lado de la pantalla sobre lo que sucede en la pista. Son recurrentes en otros deportes los mensajes que explican las órdenes que les dan sus equipos a los profesionales: La Fórmula 1, MotoGP, el baloncesto o hasta el mismo fútbol.
El tenis se había quedado atrás no solo por el componente táctico, si no también por el espectáculo. Aunque los más clásicos dicen que este deporte es una batalla de uno contra uno donde el más fuerte física y mentalmente gana, el aficionado ha ganado con esta novedad. Los aficionados han encontrado atractivo escuchar qué le dice el banquillo a su jugador durante el partido. La pista ruidosa de la Arthur Ashe no invita del todo a no perderse detalle, pero el experimento es satisfactorio en este sentido.
Alcaraz beneficiado
Alcaraz lo ha aprovechado al máximo. En esa increíble batalla que tuvo con Jannik Sinner, tuvo una conversación clave con Juan Carlos Ferrero en el cuarto set: "Dime, ¿dónde sirvo? No sé cómo sacar". En esta ocasión, su entrenador simplemente le dejó. Se encogió de hombros y extendió sus brazos. A partir de ese momento, empezó a sacar mucho mejor. Terminó cerrando el partido con un saque directo. Parece que el mismo murciano encontró la clave.
Pero cuando más se ha escuchado a Alcaraz fue en el último set de las semifinales. Le recordaba a Ferrero y compañía las tres 'C' que le dio como consejo su abuelo. Convencía a su entrenador de que era el momento de ganar, para convencerse también a sí mismo de que lo podía hacer. Después del derroche físico que está haciendo en el torneo y que le hace llegar con tres horas de juego más que Ruud a la final, la ayuda de su equipo será esencial para buscar su primer título de Grand Slam.