El tenis femenino se ha convertido en una fuente constante de polémicas sexistas en las últimas fechas. Bianca Andreescu se ha convertido, quizás de manera involuntaria, en una de las grandes protagonistas del cuadro femenino del US Open. El torneo se está celebrando en la ciudad de Nueva York desde el pasado 23 de agosto y se alargará hasta el próximo 12 de septiembre. Aunque todavía queda mucho tiempo para conocer a la ganadora del certamen, la tenista canadiense de ascendencia rumana ha copado todas las portadas por su enfrentamiento con la marca Nike.
La jugadora es una de las grandes representantes de la compañía americana en el circuito WTA y el hecho de haberse enfrentado a ella de manera directa y en su propia casa ha generado una importante polémica. Y todo con el componente sexista que hay detrás de las quejas de Bianca, quien se vio obligada a abandonar de manera momentánea su partido contra Harmony Tan.
La francesa fue testigo de lujo de la polémica iniciada por Bianca, quien protagonizó uno de los momentos más curiosos de las primeras rondas del US Open. Se vio incapacitada para poder seguir jugando debido a que el vestido que Nike había diseñado para ella le impedía ejecutar sus golpes con comodidad y con libertad.
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Concretamente, el problema más importante estaba con su falda, que no hizo una buena relación con el importante viento que hacía en Nueva York en el momento del partido. Esto provocó que Andreescu se quejara amargamente a la jueza de silla para intentar cambiarse de indumentaria. Y fue en ese momento cuando estalló contra Nike, quien había elegido una equipación que parecía más un traje de noche que una indumentaria funcional para la práctica del tenis.
Andreescu ataca a Nike
Bianca Andreescu no es precisamente una jugadora desconocida en el circuito y mucho menos en un torneo como el US Open. A pesar de que no atraviesa su mejor momento, ha sufrido problemas psicológicos durante este 2022 por culpa de la alta presión y de la exigencia de la élite, sigue siendo una de las mejores del circuito. Fue ganadora del torneo en el año 2019. Ahora se desenvuelve en la gira americana después de superar unos problemas de espalda.
De hecho, tras ganar a Harmony Tan en tres sets, se ha sentido con la confianza suficiente como para afirmar que se ve peleando por llegar a la final y soñando con el título. Sin embargo, Bianca no ha sido protagonista por su victoria, sino por su polémico altercado durante ese primer encuentro en el que se quejó contra la marca deportiva que la viste, Nike.
Andreescu comenzó dicho partido arrasando y endosando un rosco a su rival. Sin embargo, la segunda manga estuvo marcada por el intenso viento que se levantó en la pista. Esto empezó a incomodar a la jugadora, ya que la voluminosa falda que llevaba se levantaba de manera constante y se metía en el arco que realizaba su raqueta al golpear la bola de derechas.
La situación se fue agravando hasta el punto de que recibió varios warnings por superar el tiempo permitido para el saque. No podía domar la incómoda falda que Nike había diseñado para ella. Tanto es así que decidió ir a hablar con la jueza de silla y se desató la tormenta. Quería ir al vestuario para poder cambiarse de ropa, pero que la responsable del partido no contara ese parón como uno de los descansos que tienen permitidos las jugadoras para poder ir al baño.
Su argumento no era otro que culpar a Nike del calvario que estaba padeciendo y es que ese tipo de faldas no eran para jugar al tenis. "¿No contará como uno de mis descansos, no? No es culpa mía, es culpa de Nike. Este vestido es tan malo... necesito cambiarme". Así se lo explicaba a la jueza que no daba crédito a lo que estaba viviendo.
Andreescu no sabía que la conversación entre ambas, y por ende su dura crítica a Nike, estaba siendo grabada y emitida en directo, generando un importante shock en Estados Unidos y corriendo como la pólvora en redes sociales. Muchos aficionados, y principalmente defensores de la canadiense, vieron la equipación como una tendencia sexista de presentar a las deportistas como mujeres bellas y bien vestidas siempre en la escena pública en lugar de hacer una equipación funcional que permita al atleta sacar el mayor rendimiento posible más allá de su imagen.
No es la primera vez que las tenistas se quejan de sus indumentarias o de que Nike sufre algún contratiempo con equipos femeninos. Ya sucedió en la pasada edición de Wimbledon cuando muchas jugadoras se quejaron del hecho de tener que jugar de blanco ante el riesgo que suponía atravesar el proceso de la menstruación durante el torneo con un color de ropa que podría traer consigo un momento muy embarazoso.
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Siempre se ha jugado de blanco en el All England Tennis Club, pero ahora las mujeres se sentían con fuerza suficiente para reivindicar su derecho a no vivir una situación que daría la vuelta al mundo en segundos. Nike, como principal proveedor de equipaciones del circuito y como marca que patrocina a muchas de las mejores tenistas del planeta, se vio en el centro del huracán.
Finalmente, Andreescu pudo marcharse al vestuario con la condescendencia de la jueza de silla para cambiarse de ropa y ponerse una camiseta y un pantalón mucho más ajustados con los que recuperar la confianza en su juego y la comodidad sobre la pista. El resultado fue drástico, ya que volvió a arrasar en el tercer set y avanzó de ronda.
La presión de las marcas
Andreescu se llevó la victoria ante Harmony Tan, pero antes de saberlo, ya se había convertido en la nueva protagonista del US Open. Sus imágenes criticando a Nike a voz en grito habían dado la vuelta al planeta y estaba obligada a explicar la situación y, sobre todo, a intentar arreglar las cosas con la compañía estadounidense antes de que la cosa fuera a mayores.
La canadiense no podía permitirse que Nike rompiera su vinculación con ella, ya que hubiera supuesto un palo económico muy grande y por eso, en la rueda de prensa posterior, se echó la culpa de lo sucedido e intentó dejar la imagen de la marca lo mejor posible. La presión de un gigante como Nike había surtido efecto.
Eso sí, no escondió los problemas que había tenido con esa incómoda falda de la que se había quejado cuando no sabía que estaba siendo grabada: "La falda me molestaba durante algunos golpes de derecha. Se me subía un poco y el viento no ayudó. No quería faltar al respeto al árbitro. Le intenté convencer de que no me quitase el descanso para ir al baño porque solo tenemos dos, y fue muy amable al decirme que no había problema".
A pesar de que sobre la pista echaba la culpa a Nike, después en rueda de prensa quiso suavizar por su postura asumiendo que debería haber elegido otro conjunto: "Podía haber hecho una elección diferente de ropa, así que me disculpo si falté a alguien al respeto. Amo a Nike y espero seguir con ellos el resto de mi vida".
Lo que pasó por el camino y que ayudó a moderar su discurso solo Bianca lo sabe. Sin embargo, eso no ha evitado que muchos hayan criticado que Nike haya gastado tiempo y recursos en hacer una equipación para chicas que era tan evidentemente molesta y que no contribuía en nada a su buen desempeño en el último grande del curso. De momento, el gigante americano no ha querido manifestarse al respecto, pero el malestar en el circuito de la WTA es importante y la afrenta abierta en Estados Unidos podría traer graves consecuencias.