Carlos Alcaraz (El Palmar; 5 de mayo 2002) se proclamó campeón del torneo Conde de Godó tras superar en dos sets y sin dificultades a un medallista de bronce de los JJOO como es Pablo Carreño. El joven murciano, todavía con 18 años en su DNI, logró su primer gran título en territorio español. Un galardón que suma al de Miami y que sirve para confirmar su puesto entre los 10 mejores tenistas del ranking ATP. Pero, además, Alcaraz fue más allá: logró redimirse tras el varapalo en Montecarlo y mostró su potencial físico ganando semifinal y final el mismo día.
La exhibición de Alcaraz durante todo el torneo ha sido irrebatible. Pero todo ese trabajo y buenas palabras conseguidas habrían quedado en nada en el caso de perder la final del Godó. El pupilo de Ferrero incluso estuvo cerca de quedarse fuera de la pelea por el título, pero sacó ese alma que siempre caracterizó a Nadal y que también forma parte de su idiosincrasia para superar a De Miñaur. Tan solo unas horas después, algo que pocas veces sucede en el deporte de élite, Alcaraz volvió a salir a la tierra para jugar la final.
Allí solo había una opción: ganar a su rival y amigo Pablo Carreño. La teoría estaba clara, pero la práctica es donde podrían aparecer complicaciones. Sin embargo, tratándose de Alcaraz eso es casi imposible. "Las finales no se juegan, se ganan", dijo Alcaraz tras el partido. Y tanto, pues en dos sets con claros 6-2 y 6-2 se impuso a un Carreño que nunca tuvo opciones. A sus 30 años, y más allá de sus muchos éxitos a nivel individual, también podrá decir que cedió una final ante una leyenda en ciernes como Alcaraz.
El Conde de Godó 2022 quedará marcado en la historia de Carlos Alcaraz. O al menos habría que tenerlo en cuenta como uno de los escenarios donde la estrella se consagró. En la tierra batida de Barcelona Alcaraz ha demostrado que está a la altura, en términos psicológicos, para poder combatir por todos los títulos aunque por el camino haya tropiezos. Y, por si fuera poco, ha mostrado ante rivales y espectadores un despliegue físico suficiente como para ganar semifinales y final en apenas unas horas. Que sucediera a Nadal como campeón del torneo puede que no sea simple coincidencia dentro de unos años.
Explosión física
El desarrollo físico que ha vivido Carlos Alcaraz no se enmarca únicamente al que pueda atravesar una persona de su edad. Todo es también parte de un duro trabajo que le llevó a reducir grasa al máximo y ganar masa muscular para poder aguantar mejor en partidos largos. Los resultados se han podido ver sobre la pista. Y, por ejemplo, basta con ver su aguante en los partidos contra Rafa Nadal. De perder por dos sets a cero en 2021 a forzar tres sets en 2022.
Pero durante el Conde de Godó ha logrado llevar ese refuerzo muscular a otro nivel. ¿Cómo? Habituándose, por las condiciones climáticas, a jugar y ganar dos partidos en un mismo día. Sin apenas descanso y sin tiempo para prepararse, Carlos Alcaraz se ha proclamado campeón superando partidos con apenas unas horas de distancia entre sí. Un hecho que aumenta el mérito de su éxito y la confianza en su futuro.
El primer doblete en Barcelona lo hizo el pasado viernes. Alcaraz se vio las caras en octavos de final contra Jaume Munar. El murciano no sufrió y en apenas dos sets, con un doble 6-3, se sacó el billete para los cuartos. Ese iba a ser el gran duelo, el partido que muchos consideraron la verdadera final del Godó. Era contra el cinco del mundo, Stefanos Tsitsipas. Y tan solo unas horas después. Si por la mañana se ganaba a Munar, por la tarde tocaba enfrentamiento ante el heleno.
Tsitsipas acabó siendo víctima del torbellino de El Palmar. No en dos sets como Munar, pero sí en tres y recibiendo un 6-2 en la tercera manga. Tsitsipas acabó completamente desesperado y Carlos Alcaraz volvió a demostrar su capacidad para pelear contra las estrellas en las eliminatorias de cualquier Grand Slam.
Esos esfuerzos no fueron los únicos. Este mismo domingo, Carlos Alcaraz tuvo que reorganizarse. La lluvia no dejó que se disputara la semifinal del sábado como estaba prevista y el murciano tuvo que madrugar para vérselas con De Miñaur. El australiano se llevó el primer set y obligó a Alcaraz a remontar en las dos mangas siguientes. Estuvo, por lo tanto, a un solo despiste de quedarse fuera. Ese duelo de semis acabó pasadas las 14:00. Alcaraz saltó a la final pasadas las 18:00. Con cuatro horas de diferencia, el joven de 18 años -próximamente 19- fue capaz de ganar a Pablo Carreño con claridad en la pelea por el título.
Madurez mental
La presión con la que está creciendo Carlos Alcaraz no es fácil de llevar. Él lo sabe y por eso agradece que le caiga alguna "bronca" de vez en cuando. Eso forma parte del trabajo, como ha reconocido el joven tenista. Pero es evidente que estar ganando con la constante comparación con Rafael Nadal no es nada sencillo. Menos para alguien de apenas 18 años.
El Conde de Godó también ah servido para comprobar esa determinación psicológica de Alcaraz, que es consciente de que tendrá muchas derrotas que vivir en los próximos meses. El murciano, hay que recordar, llegó a semifinales de Indian Wells y días después ganó la final de Miami. Todos los focos fueron hacia su persona. Y más a la vista de que comenzaba la temporada de tierra batida, superficie fetiche para el tenis español.
Montecarlo fue la primera prueba. Y después de mucho tiempo, Carlos Alcaraz supo lo que era tropezar. El tenista cayó en segunda ronda contra Korda en tres sets. Dijo adiós a Montecarlo y suscitó las dudas sobre si lo suyo era talento real o una simple moda. Pero, con los pies en el suelo, él fue el encargado de calmar a los aficionados. Perder forma parte de su proceso. "No es la muerte, es una derrota", reconoció.
Semanas después, ganando en el Godó ante estrellas como Tsitsipas o Carreño, y con complicaciones como las del calendario, Carlos Alcaraz se ha posicionado como un candidato a ganar Grand Slam este mismo 2022. "Me veo preparado para ganar un Grand Slam, no tengo miedo a decirlo", advirtió tras ganar en Miami. Por delante quedan Roland Garros y Wimbledon como citas más cercanas. La confianza la tiene. El talento también. Si hay oportunidad, "las finales no se juegan, se ganan".
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