Carlos Alcaraz continúa imparable. El joven tenista murciano se impuso a Pablo Carreño en dos sets y se proclamó campeón del trofeo Conde de Godó. El chico de 18 años volvió a demostrar la proyección que tiene con un festival de golpes ante todo un medalla de bronce en unos Juegos Olímpicos. Alcaraz sucede a Nadal en la tierra catalana y aprieta para seguir creciendo puestos dentro del top10 de la ATP (6-3 y 6-2). Con esta victoria, gana 500 puntos a su casillero.
El murciano llegaba a la final tan solo unas horas después de haberse impuesto a De Miñaur en las semifinales. Por la mañana remontaba en uno de sus partidos más complicados en el Godó. Y por la tarde triunfaba sin ningún frenazo ante un Pablo Carreño que apenas pudo entrar en el ritmo de partido. El tenista de 30 años intentó replicar los goles de Alcaraz, pero la contundencia del pupilo de Ferrero fue letal.
La final comenzaba con Alcaraz recibiendo la ovación del público. La grada tenía ganas de verle. Y él de vencer su primer título importante en España. Puede que por esa inercia competitiva, o por haberse activado ya por la mañana en las semifinales, Alcaraz plantó cara a Carreño desde el inicio.
Carreño golpeaba fuerte y sin fallar en su saque. La salida de Pablo fue implacable. Tanto que parecía una utopía sacarle un break. Sin embargo, la respuesta de Alcaraz no fue muy diferente. El joven de 18 años replicó con sus saques y mantuvo la calma. El partido iba rápido y la dureza de cada golpe permitía ver más de un tanteo que levantó a la grada.
Pero ese equilibrio se rompería tras el 2-2. Alcaraz dio un golpe clave al partido y robó el saque a Carreño con un contundente break. El murciano se llegó a poner con 15-40 y, pese a los intentos de Carreño por mantener su saque, finalmente cedería para el 3-2. Ahí se catapultó Alcaraz, que veía recompensado su esfuerzo y que olvidaba por completo el agotamiento de las semifinales.
Carreño ni tuvo cerca el hecho de devolver el break. De hecho, estuvo muy cerca de volver a perder el saque con el 4-2. Por suerte para él remontó otro 40-15 que favorecía a Alcaraz, pero no hizo más que quedarse con ese juego para adornar la manga. El murciano continuó con su exhibición y cerró el primer set con 6-3 sin demasiadas complicaciones.
Alcaraz, arrollador
Nada cambió en el segundo set. Carreño debía dar un paso adelante si quería cambiar la dinámica de juego. Pero el reto era tan grande, más todavía viendo la racha de Alcaraz, que el bronce en Tokio 2020 no pudo hacer nada. A cada juego de saque para Alcaraz, el 40-0 se convertía en el resultado habitual. El murciano se fue con 3-2 y logró otro break que le acercaba al título con el 4-2.
Ahí Pablo Carreño se despidió por completo. Alcaraz continuaba con su espectáculo tanto en el fondo como en la red. Si no le salían las dejadas, el murciano insistía hasta lucirse. Y Carreño, sin respuesta alguna, no podía hacer más que asumirlo. Así concluyó la final y el torneo: con Alcaraz dominando y Carreño confirmando que no estaba en condiciones, al menos en esta ocasión, de superar al talento de 18 años.
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