Carlos Alcaraz vivió su ansiado gran día en el tenis de élite. El joven de 18 años logró superar a Casper Ruud y se proclamó campeón del Masters 1.000 de Miami. Es su primer título de estas características y supone su confirmación como estrella presente y futuro. Por ello, nada más terminar el encuentro, la emoción se apoderó de él hasta el punto de dejar varias imágenes para enmarcar.
La primera y más destacada fue la de su abrazo con Juan Carlos Ferrero. El extenista y ahora entrenador de Carlos Alcaraz le sorprendió horas antes del partido. Ambos se conocen a la perfección y la complicidad entre los dos es latente. Por ello, según acabó la final de Miami, Alcaraz no dudó en saltarse todos los impedimentos que encontraba a su paso para fundirse en un abrazo con Ferrero.
Los dos, bajo la atenta mirada de las cámaras, aficionados y familiares, estuvieron durante varios segundos en la misma posición. Una escena que refleja la importancia que tiene el técnico en el desarrollo de Carlos Alcaraz.
Tras los momentos de emoción y unidad familiar, Carlos Alcaraz pasó a donde muchos tenistas temen llegar: los micrófonos. Sin embargo, la misma madurez que el murciano lució en la pista se pudo ver hablando ante las cámaras. El joven se ganó el respaldo de los aficionados y demostró una personalidad que muchas promesas precoces como él suelen echar en falta.
"Es muy pronto para describir cómo me siento. Es muy especial ganar aquí mi primer Masters 1.000. Mis padres no podían estar conmigo en los torneos, este es el segundo con ellos. Estoy muy contento con la victoria", reconoció en la primera entrevista a la organización de torneo. El español, además, explicó que había estudiado el estilo de juego de Casper Ruud para saber cómo atacar en cada acción. Una estrategia que fue clave en la remontada del primer set.
Tras esa entrevista más personal, Alcaraz pasó al estrado para recoger el premio. Y fue ahí donde pudo comprobar el respaldo y apoyo que genera entre la gente. "Me he sentido como en casa desde el primer momento, desde el primer partido. Hay mucha gente que habla español, muchos españoles. Estoy encantado de haber jugado aquí cada día delante de todos vosotros", espetaba entre interrupciones por los aplausos de los allí presentes.
"Me habéis hecho sentir como en casa, toda la energía que me habéis transmitido en los momentos difíciles. Sin vosotros no podría haber ganado el torneo. La victoria es igual para todos vosotros. Por último, muchas gracias a todo. Espero veros el año que viene. I love Miami", finalizó el joven campeón de 18 años interrumpido por la ovación de las miles de personas que abarrotaron la grada para disfrutar de una final histórica.
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