Lo inverosímil no existe para Rafa Nadal (Manacor, 1986). Lo volvió a demostrar en el Abierto de Australia, desmontando tanto lo palpable -el tenis del frío Daniil Medvedev- como lo que los ojos no alcanzan a ver -la inteligencia artificial-. Difícil explicar cómo a sus 35 años el tenista español sigue superando sus propios límites, aunque la ciencia lleva tiempo intentándolo.
Un estudio de la Universidad de Columbia quiso descifrar en 2017 lo que 'había' dentro de la cabeza de Nadal. Dos neuroinvestigadores pasaron meses estudiando concienzudamente vídeos de los movimientos de Rafa y llegaron a la conclusión de que este tiene una "capacidad de reacción sobrehumana".
A través de su proceso neurológico-muscular, se determinó que su percepción visual está fuera de lo común y tiene una capacidad para captar y procesar información relevante con mayor precisión y velocidad que la media. Luis Cerdá, director del Máster en Neuromarketing de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), analiza en EL ESPAÑOL aquel estudio, vigente cinco años después de su desarrollo.
La neurociencia estudia desde tres ámbitos (biológico, psicológico y social) la conducta de Nadal y determina que esta resulta de una serie de capacidades y habilidades que emergen en situaciones de estrés. "El análisis del éxito de Nadal deriva en su capacidad visual para prever los golpes del rival antes de ser ejecutados. Su proceso de captación a través de los sentidos, traducción en el cerebro y actuación es muy rápido", explica Cerdá.
La mosca de la fruta
La clave se encontró en el cerebro de las moscas de la fruta. Estas ven en color y sus células del cerebro se comunican usando algunas de las mismas respuestas químicas que las del ser humano: "No hay que olvidar que la especie humana no deja de ser una especie animal. Esa capacidad de predecir los movimientos del rival y anticiparse a ellos son cosas que, muchas veces, tienen los propios animales en los entornos como mecanismo de defensa", apunta Cerdá.
Desafiando lo imposible
Curiosamente, en el análisis de la Universidad de Columbia se tiene como referencia la victoria de Nadal sobre Medvedev en la final del US Open 2017. Un lustro después se repitió la historia ante el ruso, pero con mayor sufrimiento. Tanto así que el Big Data le daba un 96% de victoria a Daniil en un punto concreto del choque en Australia. Que Rafa le diera la vuelta a eso es algo que se escapa, incluso, de las bases de la ciencia.
"Es un misterio", recalca el profesor Cerdá a este diario. "La neurociencia ha avanzado mucho en este tiempo, entre 2017 y 2022, y empezamos a conocer cómo se produce ese mecanismo de toma de decisiones o de reacción. Pero es un misterio lo que ocurre en el Abierto de Australia ante una persona como Medvedev y con esos porcentajes", añade. La concentración, la motivación y cierta empatía son los puntos "claves" que explican el caso de Nadal y conectan con lo biológico, lo psicológico y lo social.
Nadal juega con sus propios porcentajes, los cuales nada tienen que ver con los del Big Data y son muchos más simples: "Sabe que el próximo partido que juegue tiene un 50% de posibilidades de ganarlo y otro 50% de perderlo, desde la teoría. Esa capacidad de ser consciente de que esa probabilidad existe, de éxito y fracaso, se estimula mucho en el deporte". Su cerebro, desde niño, está entrenado para que eso sea así.
Tras la conquista de su 21º Grand Slam, se hizo viral un vídeo en el que un Rafa Nadal de 13 años analizaba su victoria en un torneo. Sus respuestas llamaron la atención por lo maduras que eran para su edad. Quien construyó esa mentalidad fue su tío y entrenador durante casi toda su vida, Toni Nadal.
Después de la gesta en Melbourne Park, Toni recordó en Radio Mitre su pasado con Rafa: "Tiene un temperamento especial, una resiliencia especial, que lo hace luchar hasta la última pelota. Yo le he enseñado a luchar a muchos, pero nadie tenía la resistencia de Rafa". Una frase se quedó marcada en la cabeza de Nadal para siempre: "Si te preparas para asumir que las cosas no irán bien, ya estás preparado".
Estar en 'batalla' estimula una serie de neuronas que conectan con la testosterona
El profesor Cerdá explica el punto de la motivación: "Está entrenado desde todos los puntos de vista. El propio esfuerzo físico a lo largo de lo que está ocurriendo en la pista genera unas reacciones físico-químicas que se traducen en que las neuronas y todo el sistema hormonal están a flor de piel. En su caso, estar en 'batalla' es lo que hace que se estimulen una serie de neuronas que conectan con la testosterona, que es el resultado final. Parte del cerebro, el giro precentral, sigue estimulando la motivación".
La experiencia, claro está, juega su propio papel: "Nadal echa la mente atrás en el histórico de sus propios partidos, como si fuera una computadora". Eso le ayuda a prever y también reconoce ciertos tips (claves) en rivales como Medvedev o Djokovic, a los que se ha enfrentado en muchas ocasiones. Así también logra sostenerse Rafa en contextos en los que tiene todo en contra.
Más fácil de entender con este ejemplo: "Cuando los niños juegan a lo loco en el patio del colegio al fútbol, si marca un gol uno, el que sea, todos se ponen a gritar. Todas esas emociones/sensaciones y esas hormonas están a flor de piel. Si consigues un gol y otro, el siguiente está, en teoría, mucho más cerca para el que lo consigue por ese efecto de la testosterona", explica Cerdá.
El cerebro humano es tan poderoso que hay mucho que es desarrollado a través del entrenamiento
¿Quieren ser como Nadal? Pues pueden (siempre que le pongan un empeño sobrehumano, claro). "El cerebro humano, como resultado de millones de años de evolución, es tan poderoso que hay mucho que es desarrollado a través del propio entorno, del entrenamiento". Lo innato no llega a jugar un papel tan decisivo como en muchas ocasiones se tiende a pensar, aunque también influye.
Las emociones en deportistas y actores
Controlar las emociones y poner la concentración en los sentidos se pueden enseñar y aprender. Se aplica a los deportistas, pero también a otros profesionales como los actores. Y el profesor Cerdá pone un ejemplo simbólico: "A los 71 años, Concha Velasco tiene también esa capacidad, cuando entra un espectador al teatro con diez minutos de retraso, de verlo de alguna forma aunque esté concentrada en la propia obra".
Dicho de otra manera, una tenista como Nadal y una actriz como Concha Velasco comparten esa capacidad de concentración. Se saben bien el guion porque lo han estudiado y hay un esfuerzo detrás. A su vez, no son insensibles a lo que pasa en el entorno, sea con el oído o con la vista, como en caso de Nadal. "Tenemos cinco sentidos y en esos cinco sentidos la neurociencia está trabajando para entender cómo todos se alinean en respuesta a los tres principios (lo biológico, lo psicológico y lo social), sea en un partido de tenis o en una obra de teatro".
El cerebro se desarrolla. Las neuronas nacen y se regeneran a lo largo de toda la vida. Esenciales para ello son "el esfuerzo continuo, la perseverancia y el aguante". Dentro de la cabeza de Nadal se conjuga todo ello bien entrenado y, como apunta el profesor Luis Cedrá, deja una principal enseñanza: "La concentración y la motivación son elementos importantes que nunca hay que dejarlos de lado".
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