Después de estrellar un resto en la red y perder el partido, Novak Djokovic ve a Daniil Medvedev haciendo el pez muerto, una icónica manera de celebrar los goles en el videojuego FIFA que consiste en dejarse caer al suelo de forma peculiar: a plomo, de lado y con las piernas juntas en una postura antinatural. Es septiembre de 2021 y el ruso acaba de ganar la final del Abierto de los Estados Unidos, su primer Grand Slam. Eso tiene consecuencias importantes porque impide que Nole rompa el récord de grandes de todos los tiempos, manteniendo el empate con Roger Federer y Rafael Nadal (20 cada uno). Este domingo, sin embargo, el español está en la misma posición que Djokovic meses atrás: se juega ante Medvedev en la final del Abierto de Australia la posibilidad de colocarse primero en la carrera por ser el mejor tenista de todos los tiempos.
"Vuelvo a jugar con uno de los más grandes, pero lo divertido es que me enfrento de nuevo a un rival que busca su Grand Slam número 21", recordó Medvedev tras superar las semifinales. "Seguro que Rafa estuvo viendo la final del Abierto de los Estados Unidos por televisión, y seguro que Djokovic hará lo mismo dentro de dos días", prosiguió el ruso. "Cuando tenía 8 o 10 años, jugaba en el frontón y me imaginaba que estaba Nadal al otro lado. Ahora tengo la oportunidad de medirme por segunda vez contra Rafa en una final de Grand Slam, pero realmente no tengo mucha presión. Sé de lo que soy capaz cuando juego bien y sé que puedo vencer a cualquiera".
Nadal le ganó a Medvedev la final del Abierto de los Estados Unidos en 2019. Fue un partido que comenzó controlado por el español tras ganar los dos primeros sets y que el ruso reventó de la nada, llevándose el tercero y el cuarto para forzar el quinto. Que el mallorquín celebrase el trofeo tras 4h49m de carnicería representó un aviso para el futuro: Nadal todavía domina el cara a cara (3-1), pero Medvedev le ha tomado el pulso, y ahí están los dos últimos cruces que han jugado como demostración. En la Copa de Maestros de 2019, el español sobrevivió en el tie-break del tercer set y en la de 2020 cayó derrotado.
"Es un jugador que ha ido evolucionando con el tiempo", aseguró a EL ESPAÑOL Carlos Moyà, uno de los entrenadores de Nadal. "Desde que jugó con Rafa en Nueva York se ha vuelto más sólido y estable. Tiene un sistema claro, pero puede adaptarlo según lo que ocurra y probar cosas distintas", continuó el mallorquín. "El ejemplo más claro es esa final del Abierto de los Estados Unidos: iba perdiendo bien, pero empezó a hacer saque y red, algo que no había intentado en todo el torneo, y tuvo opciones de vencer en el quinto set", subrayó. "Es muy camaleónico".
"Todos conocemos cómo es la mentalidad de Nadal", explicó el número dos del mundo tras superar el viernes las semifinales. "Es un jugador casi perfecto. Ya no solo en el aspecto físico, también en su personalidad. Es un tenista que no rompe raquetas y que siempre tiene una actitud impecable en pista", prosiguió Medvedev, que para alcanzar la final en Melbourne ha dejado por el camino a Nick Kyrgios, Felix Auger-Aliassime o Stefanos Tsitsipas entre otros. "Es un rival muy complicado de batir. Tendré que dar lo mejor de mí para poder conseguir el título".
En el Abierto de Australia, una oportunidad de destrozar la historia y un jugador el reto de impedirlo: Medvedev, encantado de asumir ese papel el domingo contra Nadal.
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