Carlos Alcaraz cede ante Berrettini en una épica batalla y dice adiós al Abierto de Australia

No puedo ser. El sueño del joven Carlos Alcaraz en el Abierto de Australia terminó en tercera ronda después de una batalla épica e histórica en el torneo de Melbourne frente a un gran Matteo Berrettini. Un partido de alternativas que por momentos vivió un tenis de altos vuelos y que se prolongó más allá de las cuatro horas de duración. 

El tenista italiano comenzó intratable apuntándose las dos primeras mangas. Después llegó su desconexión propiciada por el despertar de un Alcaraz impresionante, jugando como un auténtico maestro. Al final, en el quinto, el tie-break decantó la balanza de un Berrettini más experimentado que venció por 6-2, 7-6, 4-6, 2-6 y 7-6. 

Partido imperial de dos jugadores que se dejaron la piel y el físico. Una extenuante batalla que terminó cayendo del lado del número 7 del mundo, pero que demostró que Alcaraz está destinado a cosas realmente grandes. El jugador murciano enseñó al mundo su talento, su desparpajo y también su serenidad y madurez en momentos importantes. Solo le falta una pizca de experiencia para colarse entre los mejores del mundo. 

El tenista de El Palmar tendrá que seguir luchando contra una estadística que le persigue en su corta carrera. Nunca ha remontado un partido en el que ha perdido los dos primeros sets. Ante Berrettini lo rozó después de una lucha sin cuartel en la que se dejó hasta el alma. Además, falló a una de sus máximas y es que este ha sido el primer partido que cede después de llegar al quinto set. 

Alcaraz peleó hasta lo inimaginable en un choque que tenía prácticamente perdido. Arrancó bien, plantando cara a todo un Top10 y gran esperanza del tenis italiano. Rozó varias oportunidades de romper el servicio, pero con el 2-2 en el marcador se desdibujó. Berrettini se apuntó siete juegos de manera consecutiva y por el camino el primer set. 

Ya en la segunda manga, Alcaraz volvió por sus fueros para igualar el nivel tenístico y de intensidad de Matteo, pero era demasiado tarde. El jugador transalpino se llevaba también el segundo set y abría un hueco que parecía insalvable. 7-3 en el tie-break para situarse con una ventaja consistente en el marcador. 

El despertar de Alcaraz

Sin embargo, ahí fue cuando llegó la reacción del mejor Alcaraz. Una demostración de garra y de fundamentos que le llevaron a cuajar uno de sus mejores partidos desde que decidió pasarse al tenis de primer nivel a pesar de ser todavía un adolescente. A sus 18 años hizo suyo el Abierto de Australia y se apuntó el tercer y cuarto set de manera consecutiva. 

Fue encadenando un golpe ganador tras otro y elevó el nivel de sus primeros servicios para dictar sentencia en el partido y llevarlo hasta el quinto set. 6-4 y un contundente 6-2 hacían presagiar que la remontada estaba muy cerca. Además, Berrettini estaba totalmente fuera del partido, desubicado, sin encontrar su sitio. 

El momento cumbre

Pero llegó la quinta manga y todo cambió. Y además lo hizo de manera brusca. Mientras Alcaraz dominaba en el fondo de pista, moviendo a su rival de un lugar a otro, Berrettini daba el gran susto. Tras un mal apoyo de su pie derecho, su tobillo se doblaba de manera alarmante y el choque se detenía. Las asistencias médicas atendieron al italiano que, a duras penas, podía seguir. 

Ahí parecía que el camino estaba hecho para Carlos. Volando sobre la pista y con rival muy mermado físicamente, lo tenía todo de cara. Pero esa caída fue el impulso que necesitaba Berrettini para resucitar. Y así lo hizo. El número 7 del ránking ATP subió de nuevo el nivel de su juego, se hizo potente tanto desde el fondo como en la red y entró en un combate cuerpo a cuerpo con Alcaraz que terminó en el nuevo tie-break que precisaba de ganar diez puntos para alzar los brazos. Por el camino, el murciano ya había levantado una opción de partido. 

En el momento de la verdad, Berrettini puso la directa e impuso su ley, la de la experiencia, para ajusticiar a un Alcaraz víctima de sus fallos en los últimos instantes. Al final, 10-5 para el italiano que se mete en los octavos de final y avanza a la segunda semana del torneo. Carlos tendrá que esperar, pero como ya hizo en el US Open, ha vuelto a dejar grandes muestras de estar llamado a ser un tenista único. 

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