Abu Dabi debía ser el regreso de Rafa Nadal a las pistas tras cuatro meses de inactividad y, a su vez, su despedida del año. La vuelta a casa iba a traer una sorpresa negativa para el tenista de Manacor: su positivo en Covid. La peor forma de acabar un 2021 que ha terminado siendo el peor año de toda la trayectoria profesional de uno de los mejores de la historia del deporte español.
Hasta este mes de diciembre, el año de Nadal se había resumido en su participación en siete torneos oficiales. Ha ganado solo dos títulos: ATP 500 de Barcelona y el Masters 1000 de Roma ante Stefanos Tsitsipas y Novak Djokovic, respectivamente. El resto del balance son dos derrotas en cuartos de un Masters 1000 (Montecarlo y Madrid), dos participaciones en Grand Slam (Abierto de Australia y Roland Garros) y un tímido papel en torneo de Washington donde su cuerpo dijo basta.
Los resultados hablan por sí solos, al igual que el hecho de que haya jugado tan pocos torneos. Una lesión en el pie izquierdo, conocida como síndrome Müller-Weiss y que arrastra, como él mismo afirma, desde 2005, le obligó a parar en agosto y despedirse del resto de la temporada. El dolor le obligó a frenar durante 133 días.
La caída de Nadal queda reflejada en los rankings. En el de la ATP ha pasado del puesto número 2 en el que empezó el año al número 6 con el que acaba, por detrás de Djokovic, Medvedev, Zverev, Tsitsipas y Rublev. El último año que acabó tan abajo fue en 2016, que terminó noveno.
En la Race, clasificación que mide el rendimiento en el año natural, la caída ha sido todavía más dura siendo el tenista que cierra el top10. En ninguno de sus años de carrera desde que en 2005 llegó al puesto nº2 había estado tan abajo.
Un año de renuncias
Nadal ya ha reconocido en alguna ocasión que los rankings hace tiempo que le dejaron de importar y ahora se centra en cuidar su cuerpo para llegar en forma a momentos clave. Si este año renunció a Wimbledon, Juegos Olímpicos, US Open, Copa de Maestros y Copa Davis era para llegar sano a 2022 y salvaguardar su carrera. Su objetivo estaba puesto en el próximo año y cruzó los dedos para que no fuera superado en la tabla que de verdad le importa, la de los tenistas con más Grand Slam.
La pelea del Big Three (Federer, Nadal y Djokovic) no podría definirse mejor que con el triple empate que hay entre ambos a 20 Grand Slams. Así se mantiene desde la victoria del serbio en Wimbledon de este año tras haber vencido antes en el Abierto de Australia y en Roland Garros. Era su año y parecía directo a hacer pleno con los cuatro grandes, pero falló en la final del US Open ante Medvedev.
Aquello dio una segunda oportunidad para un Nadal que puso el foco en el Abierto de Australia 2022. El torneo de Abu Dabi era el primer paso para regresar y el penúltimo para preparar el primer Grand Slam del año, participando diez días antes en el ATP 250 de Melbourne. Era el plan hasta que el Covid, como última piedra de un 2021 gafado, se puso en su camino.
Plan comprometido
"Ahora estoy confinado en casa y he informado del resultado a las personas que han estado en contacto conmigo", apuntó este lunes tras anunciar su positivo el exnúmero uno mundial, que indicó que debido a esta situación tiene que "tener total flexibilidad" con su calendario e irá analizando sus opciones dependiendo de la evolución.
Su calendario para preparar el Abierto de Australia ha quedado comprometido y la misión de llegar en plena forma como para aspirar al título es cada vez más misión imposible. Sin Federer y con Nadal en la cuerda floja, el camino se libera para un Djokovic que se puso la vacuna con tal de no perder la oportunidad de estar en el torneo que le puede coronar como el mejor de todos los tiempos. Nadal luchará para llegar.
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