Peng Shuai se ha convertido en la gran protagonista del mundo del tenis en las últimas semanas. El caso de denuncias por agresiones sexuales contra Zhang Gaoli, exvicepresidente del gobierno chino, ha conseguido eclipsar hasta la disputa de un torneo tan importante como las ATP Nitto Finals.
Zverev se coronó de nuevo como maestro del tenis superando a Medvedev, pero el universo de la raqueta seguía más pendiente de la situación de la jugadora china que del último gran torneo de la temporada que se estaba disputando en Turín. Ahora, cuando parecía que el caso estaba cerca de resolverse, la atención pública ha vuelto a poner el foco sobre los cabos sueltos de una situación que ha generado la vergüenza y el rechazo de todo el mundo del deporte en general después de que Peng Shuai haya reaparecido.
El caso de la exnúmero 1 del mundo en la especialidad de dobles comenzó con unas denuncias por agresión sexual contra el alto mandatario chino a través de sus redes sociales. Estos mensajes, y los comentarios surgidos en torno a su publicación, fueron borrados en un claro acto de censura del gobierno central. Después, nada más se supo de una jugadora que ha estado más de dos semanas en paradero desconocido.
En los últimos días, diferentes medios afines al gobierno habían intentado escurrir el bulto difundiendo imágenes de la tenista para intentar desviar la atención y asegurar que la jugadora se encontraba perfectamente. No obstante, estas primeras pruebas podían estar manipulando la opinión pública, ya que podían tratarse de contenidos antiguos con el fin de acallar los rumores que han puesto a China bajo la lupa del resto del mundo.
Peng Shuai, aparentemente bien
Este domingo llegaba una evidencia, esta vez más fiable, de que la jugadora sí estaba viva, algo que se ha dudado por momentos teniendo en cuenta las medidas de represión habituales con las que se emplea el gobierno chino. Su prueba de vida fue una conversación con Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, a través de una videoconferencia, el método elegido para que Peng hiciera su reaparición.
Una charla de 30 minutos en la que Bach y sus acompañantes, dos miembros más del COI, pudieron comprobar que Peng estaba viva y que se encontraba aparentemente bien. Sin embargo, esa videollamada no era garantía alguna de que la tenista no ha sufrido ningún problema en los últimos días o de que ahora mismo se encuentre retenida y carente de libertad.
De hecho, esta videoconferencia tampoco ha terminado de convencer a los más críticos con la situación que está viviendo Peng Shuai. Tanto es así que las dudas sobre su estado siguen circulando alrededor de su figura. Evidentemente, es un gran alivio que hayan podido comprobar que la tenista sigue viva, pero también es una clara referencia de que China ha conseguido uno de sus objetivos, ocultar un caso de agresiones sexuales, censura y persecución estatal simplemente haciendo creer al resto que lo importante era la reaparición de Peng y su buen estado de salud.
Thomas Bach y sus acompañantes pudieron hablar con Peng e incluso se permitieron el lujo de realizar algunas bromas, pero esta charla no ha evitado que las dudas acerca de su estado hayan crecido. El caso sigue dejando una serie de incógnitas que están por resolver y ante las que muchos agentes como la WTA, responsable del circuito femenino, siguen pidiendo justicia.
¿Por qué el COI?
Estados Unidos a través de su presidente Joe Biden. Reino Unido mediante Liz Truss, ministra de Exteriores del y persona muy cercana a Boris Johnson. Hasta la Organización de las Naciones Unidas. Y por supuesto, la WTA, responsable del circuito femenino con su presidente Steve Simon a la cabeza. Todos ellos mostraron de manera pública su preocupación por el caso de Peng Shuai.
Una de las grandes preguntas que muchos se hacen es por qué ha sido el Comité Olímpico Internacional el organismo designado para gestionar la reaparición de Peng Shuai. Cierto es que se trata de una de las instituciones más importantes del mundo del deporte, pero incluso organismos centrados en la defensa de los derechos humanos o en el tenis podrían haber sido otras opciones más fiables dentro de las elegidas. Es precisamente la WTA quien más ha trabajado por arrojar luz al caso.
El COI, institución que dirige Thomas Bach, está en estos momentos estrechamente ligada con el gobierno chino a raíz de la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno que tendrán lugar en Pekín en apenas dos meses. Muchos países habían amenazado con boicotear el evento por, entre otras cosas, la situación de Peng Shuai, ya que era inconcebible acudir a una cita tan importante sin que se aclarara el paradero de la jugadora.
Por ello, la elección del Comité Olímpico Internacional para ser el encargado de difundir su primera aparición pública, ha generado multitud de críticas y ha hecho que las incógnitas se acentúen en un caso que todavía tiene demasiados cabos sueltos. De hecho, en dicha videoconferencia con Shuai estaba presente Li Lingwei, miembro de la Federación de China de Tenis e integrante del COI por su país. Piezas de un puzzle realmente extraño.
Los rumores apuntan con mucho tino a que a nadie más que a Thomas Bach le interesaba que el bullicio del 'caso Peng Shuai' se calmara en cierto modo. Su aparición resuelve pocas dudas, pero sí hace que los Juegos Olímpicos de Pekín avancen hacia una tranquilidad y un desarrollo más normalizado.
El fantasma de ese boicot por parte de países potentes y de grandes estrellas del deporte o de incluso una cancelación era un peaje demasiado caro que Bach no estaba dispuesto a pagar. De nuevo, hacer ver que las señales de vida de Peng son la solución y no el hecho de llevar a cabo la investigación pertinente ha sido utilizado para satisfacer los intereses de los diferentes agentes implicados en el caso.
Los antecedentes preocupan
Esta es la primera aparición medianamente pública que se puede considerar fiable por parte de Peng Shuai. Los antecedentes, salidos directamente desde el gobierno chino, no han hecho sino elevar el tono de las críticas ya que nadie se creía realmente lo que estaba apareciendo. Después de que la tenista no diera señales de vida desde el día 2 de noviembre, solo medios afines al gobierno chino habían mostrado vídeos e imágenes de Peng.
Esto podía seguir siendo una forma más de manipular un caso en el que la prioridad es limpiar su imagen cuanto antes. Otros medios de comunicación habían puesto en tela de juicio estos contenidos sabiendo que les había sido imposible contactar con la jugadora desde que su denuncia fue censurada.
Además, los medios que sí han dispuesto de vídeos y fotos de Peng son los mismos que pusieron en duda su denuncia y que negaron que la desaparición de sus publicaciones fuera un acto de censura, más teniendo en cuenta que es el gobierno chino quien controla Weibo, la red social en la que se publicó la demanda. China todavía no ha dado una explicación de por qué los medios han tenido dos corrientes de información tan opuestas, otro punto que añade más incógnitas al caso.
El último gran organismo en mostrarse bastante escéptico con el caso ha sido la WTA, quien se congratula de que Peng esté bien, pero no se fía de que dicha videollamada sea una garantía de que la jugadora no haya tenido problemas o de que no se encuentre retenida, secuestrada o con la imposibilidad de mostrarse abiertamente ante los medios. Apuntan a que hay motivos para pensar que todo son cortinas de humo para enmascarar una verdad macabra.
"Fue bueno ver a Peng Shuai en los últimos vídeos, pero no alivian ni resuelven la preocupación de la WTA por su bienestar y su capacidad de comunicarse sin censura ni coacción. Este vídeo no cambia nuestro llamamiento para que se lleve a cabo una investigación completa, justa y transparente, sin censura, sobre su acusación de agresión sexual, que es la cuestión que dio lugar a nuestra preocupación inicial". Esta es la postura oficial transmitida por uno de los portavoces de la WTA, quien sigue desconfiando de manera contundente del asunto.
Una investigación muy necesaria
Peng Shuai pudo hablar con Thomas Bach y con su equipo para transmitir que estaba bien, rodeada de su familia y amigos y que se sentía protegida en su entorno. Sin embargo, no aclaró por qué ha estado tanto tiempo alejada de los focos después de reunir toda su valentía para denunciar los supuestos abusos sexuales de Zhang Gaoli.
A pesar de sus palabras, nadie olvida que esta situación de supuesto bienestar y estabilidad es difícil, por no decir imposible, de demostrar a través de una videollamada. Y que en caso de ser mentira, no se puede demostrar que por detrás exista una coacción. Por si esto fuera poco, Peng ha vuelto a hacer evidente que no quiere, o no puede, hablar del tema, y por eso pide a todos los medios del mundo que respeten una supuesta privacidad en la que ella se está refugiando para aguantar el chaparrón lo mejor posible.
En lugar de salir y contar la verdad de lo que ha pasado, sigue guardando silencio y pide que las cámaras no le enfoquen, una tendencia muy fácil de relacionar con el miedo y la opresión. Esa necesidad de silencio y de ostracismo es la situación ideal para Zhang Gaoli y todo su séquito. Así pues, es imposible no sospechar que la situación para ella sigue siendo peligrosa y que continúa bajo la presión gubernamental.
Por último, sigue sin haber noticias de que se esté llevando una investigación tras las denuncias de la jugadora. Ni las autoridades políticas ni las civiles parecen haber dado un paso hacia delante para aclarar la situación y cada vez hay una tendencia más extendida de que el asunto se terminara diluyendo sin consecuencias. Por lo tanto, el 'caso Peng Shuai', que tiene muchos cabos sueltos e incógnitas por resolver, sigue abierto a pesar de su reaparición.
[Más información: Los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, en riesgo por las violaciones de los derechos humanos]