España rescata un empate milagroso ante Suecia y entra con buen pie a la segunda fase del Mundial de balonmano

La selección española de balonmano está preparada para lo que se le ponga por delante en este Mundial de balonmano. Enfrentarse a Suecia siempre es un termómetro perfecto para medir las aspiraciones más ambiciosas de cualquier equipo, y la remontada milagrosa que consiguieron los hombres de Jordi Ribera es un síntoma tan esclarecedor como esperanzador.

España fue durante mucho tiempo un objeto en manos de los suecos. Hasta por seis tantos llegaron a perder los Hispanos en el transcurso del partido, una renta que en la segunda mitad parecía ya insalvable viendo la seguridad que desprendía el rival.

Sin embargo, la Selección se conjuró, creyó y nunca dejó de pelear. No hasta que la bocina atronó en el pabellón. Un tanto de Alex Dujshebaev en la última posesión española empató el partido (29-29) y su hermano Dani salvó sobre la bocina el gol de los suecos para amarrar el punto que mete a España invicta en la segunda fase del torneo.

De camino al milagro

Era la gran prueba de fuego de esta primera fase. Tras las amplias victorias ante Chile y Japón, estaba claro que el duelo con Suecia iba a elevar el nivel de exigencia varios peldaños. 

La prueba, en el inicio y se puede decir que durante muchos minutos, no salió nada bien. Tras unos diez minutos iniciales de igualdad en los que ningún equipo fue capaz de despegarse en el marcador, Suecia empezó a imponer su ley poco a poco.

Un parcial de 5-0 para los suecos, con fallos de los Hispanos desde los siete metros incluidos, abrió una brecha que parecía incluso definitiva. Era tan sólo el ecuador de la primera mitad, pero la imprecisión y las pérdidas de los de Jordi Ribera impedían cualquier atisbo de remontada.

Alex Dujshebaev, en acción. REUTERS

El resultado, un esclarecedor 16-11 al descanso con esos cinco goles de renta como barrera. Hubo poca reacción de los Hispanos o poco despiste de los suecos en el arranque de la segunda mitad, porque la brecha entre ambos conjuntos permanecía inamovible pese al paso de los minutos.

Incluso Sueca llegó a estar 6 tantos arriba (13-19) con el gol de Carlsbogar ante la poca resistencia de la defensa española. Esos 6 goles de diferencia vieron su último momento de vida a falta de 18 minutos para el final (16-22), un punto de inflexión en el partido.

Todavía con cierta comodidad se paseaba por el partido Suecia con su ventaja de 4 goles a falta de poco más de 10 minutos para el final, pero España empezó a creer. El gol de Garciandía, la parada de Gonzalo Pérez de Vargas y el posterior tanto de Javi Rodríguez redujeron la brecha a tan sólo dos tantos, y eso que quedaban aún 9 minutos por delante.

España tiró a la basura varias opciones de colocarse a tan sólo un gol, pero los nervios ya se habían apoderado de los suecos. El final iba a ser de infarto, y eso que tan sólo era un partido de la primera fase. 

Tarrafeta empató el partido (28-28) y puso todo patas arriba. Todavía hubo una última reacción sueca para ponerse por delante, pero España aún tenía una última oportunidad. No la desperdició. Alex Dujshebaev marcó un golazo y su hermano Dani evitó el tanto del rival en el último segundo. Una remontada milagrosa para firmar un empate que da mucha moral para la segunda fase del Mundial.