Ilia Topuria (Halle, Alemania; 1997) es un tío feliz. Vive el presente, no piensa demasiado en el pasado y se ha preparado para que hacerlo sobre el futuro no le haga sucumbir al ansia. La batalla más larga de su vida no se lleva a cabo dentro del octógono sino de su cabeza. Siempre supo que iba a ser campeón del mundo [ya lo decía en una entrevista con este medio en 2022], pero tenía que esperar pacientemente a que ese día llegara.
Desde el pasado 17 de febrero es el rey del peso pluma de la UFC, la mayor empresa a nivel global de las MMA (artes marciales mixtas). Su victoria se vivió como una gesta heroica tanto en Georgia -país en el que nacieron sus padres y donde pasó su infancia- como en España -a donde llegó con 15 años, afincándose en Alicante hasta el día de hoy-. Escribió historia y, como le gusta decir, ahora es el momento de forjar la leyenda.
Se prepara para volver a pelear en otoño. Será su primera defensa del cinturón y sólo se enfrentará a Max Holloway si el hawaiano se juega también su propio título BMF. "Si no, es que es una auténtica gallina", dice. Ilia no pelea con gallinas. El otro combate que tiene en mente es el del Santiago Bernabéu, en el primer evento de UFC en España, y da varios detalles: será en el primer trimestre de 2025, será nocturno y, lo más importante, será el más grande de la historia. "Protagonizado por mí", puntualiza con una sonrisa. Tiene dos posibles rivales para ese combate: Sean O'Malley y Conor McGregor, para quien no le conozca, una de las mayores leyendas del negocio.
[Ilia Topuria, la 'máquina perfecta' de las MMA: radiografía del primer español campeón en la UFC]
Ilia habla despacio, con tranquilidad, pero su mensaje nunca va vacío. "Flota como una mariposa, pica como una abeja", como dice la frase más mítica de Muhammad Ali. Dentro de la jaula en la que compite es también así. Siempre lo tiene todo bajo control y fluye hasta que encuentra el momento adecuado para asestar el golpe final (o someter al rival). Nueve de sus quince peleas se acabaron en el primer round y sigue sin perder una de ellas.
Cita a EL ESPAÑOL en un lujoso hotel de Madrid. Subimos a la azotea. Primero las fotos, luego algunas bromas con las personas que le acompañan y ya toca la entrevista. La conversación dura casi una hora y en ningún momento mira el reloj. Cuando hace algo, le gusta entregarse al máximo e intenta tratar a todo el mundo bien. ¿Por qué le tendrían que pasar cosas malas si él es así? Lo repetimos, Ilia es un tío feliz.
P.- ¿Cómo ha cambiado tu vida desde que eres campeón?
R.- Me encuentro súper bien. No sé si mi vida ha cambiado. Ha aumentado la cantidad de gente que sigue mi deporte, pero dentro de mí, en mi interior, no ha cambiado nada. Siempre me he sentido como el mejor del mundo. Estaba ya acostumbrado a ese sentimiento. Lo único es que lo he traído a la realidad, pero sigo siendo el mismo.
P.- Apenas has parado. El saque de honor en el Bernabéu, el recibimiento de Pedro Sánchez y el del primer ministro de Georgia... Se ha sentido tu victoria como algo verdaderamente grande. ¿Realmente te lo esperabas así?
R.- Para serte totalmente honesto, sí me lo esperaba. Aunque ha superado todas las expectativas que yo tenía, pero no por la cantidad de personas que se han involucrado en este proyecto, sino por el cariño y por el amor que he recibido durante todo este tiempo. Desde que he vuelto, la ilusión que he visto en los ojos de todas las personas a las que me he encontrado ha sido algo maravilloso de vivir. Y eso uno no lo puede fingir. Estoy viviendo todos esos momentos desde el agradecimiento.
P.- ¿Cuál ha sido para ti el momento más especial?
R.- Mira, todos esos momentos han sido súper especiales, pero cuando dije "guau" fue en el momento en el que volví a casa, me senté en el sofá y me puse a ver mi combate repetido. Lo he visto una y otra vez. Un día lo soñé y ahora puedo repetirlo todas las veces que quiera. Lo he conseguido. Lo he hecho. Fue un momento maravilloso sentarme y pensar: está grabado y puedo verlo las veces que quiera.
"He visto mi combate una y otra vez. Un día lo soñé y ahora puedo repetirlo todas las veces que quiera"
P.- Fue tu momento de paz y soledad como campeón.
R.- Claro. Los sueños se cumplen. Yo soñé este momento y mira, aquí está. Ya lo puedo ver siempre que quiera.
P.- Hasta has conocido a Messi. ¿Cómo se siente que figuras así, idolatradas mundialmente, sean admiradores de lo que haces?
R.- No me fijo tanto en si son admiradores o no. En este caso, era algo que yo personalmente quería hacer: Messi era uno de los deportistas que siempre quise conocer. Si le hubiera visto en cualquier parte, él es de las pocas personas por las que me hubiera levantado y le habría pedido hacernos una foto.
Es un placer y un honor. No digo que con otros no lo sea, pero él ha sido, como tú has dicho, alguien al que hemos idolatrado todos. Yo personalmente desde que era pequeño, porque ha hecho cosas muy grandes en el deporte que muy pocas personas podrán hacer. Se merece el respeto. Y la verdad que a uno le sienta bien poder compartir con él un rato para hablar e interactuar. Sienta realmente bien. Te das cuenta de que la vida es bella (risas).
P.- Siendo tan especial para ti, ¿qué le dijiste a Messi?
R.- Le invité a ir a verme a pelear. Me dijo que él encantado. Es una persona que tiene una agenda bastante apretada; pero me dijo que si en algún momento se lo podía permitir, lo haría.
P.- También te hacen canciones. La última de tu amigo Omar Montes y Saiko: 'Yo lo soñé'. Hay una frase que canta Omar que dice: "Vine para ser leyenda, todos me van a recordar". ¿Qué tiene Ilia Topuria para poder ser una leyenda?
R.- Ilia Topuria lo tiene todo (ríe). Tiene a Dios en su corazón y con eso puede conseguir cualquier cosa en esta vida. Tengo la fe inquebrantable, tengo la constancia y tengo todos los modales y valores necesarios para alcanzar lo que me propongo. Lo he demostrado y estoy aquí para seguir demostrándolo una y otra vez.
P.- Llegaste a España con quince años, sin saber el idioma y sin nadie más que tus padres y tu hermano Alex. ¿Fue difícil dejar atrás tu vida en Georgia?
R.- No, la verdad que no me costó nada. Me había separado de mis padres a los ocho años o así. A los quince tuve la oportunidad de volver a reunirme con ellos. Entonces, no. No me costó prácticamente nada porque me acuerdo bien del momento en el que ellos se tuvieron que marchar. Yo tenía ocho años y para cualquier niño de ocho años sus mayores héroes son sus padres. Yo me quedaba sin mis héroes.
En el momento que Dios me brindó la oportunidad de volver a reunirme con ellos, me daba igual en qué parte del mundo estuvieran. Yo quería estar con ellos y no me costó nada venir a España. Al revés, yo estaba súper impresionado de venir. Siempre me hablaban maravillas de España y siempre supe que iba a estar todo bien.
P.- Unos días después de ganar el cinturón entrevisté a uno de tus entrenadores, Jorge Climent. Me contó cómo llegasteis los Topuria a su gimnasio y lo rápido que os enganchasteis a las MMA. Tanto que decidisteis dejar el instituto para pasaros las 24 horas allí. ¿Cómo se recibe en casa que los dos hijos quieran dejar los estudios para entrenar?
R.- El deporte siempre estuvo en nuestras vidas desde pequeños. Cuando llegamos a España, ellos sabían que nosotros queríamos seguir el camino del deporte. Era lo que realmente nos apasionaba y no era muy difícil poder detectarlo. Descubrimos las artes marciales mixtas y nos enamoramos. Ellos percibieron esa pasión que nosotros teníamos por el deporte y fue solamente cuestión de una conversación, a lo mejor unas horas de tensión, pero después todo fue hacía donde tenía que ir. Nos apoyaban porque veían el trabajo que conllevaba.
Desde pequeño nunca me hizo falta que nadie me tocara la puerta, me despertara y me obligara a ir a los entrenamientos. Era algo que yo hacía por mi cuenta a los quince años, y a los ocho cuando ni siquiera mis padres estaban. El deporte lo descubrimos mi hermano y yo... Bueno, realmente él. Nuestro profesor de lucha grecorromana era nuestro profesor de educación física y en uno de los recreos vio a mi hermano hacer un par de movimientos. Lo invitó a practicar la lucha. Yo fui junto a mi hermano y desde ahí...
"Me separé de mis padres a los ocho años y me quedé sin mis héroes; no me costó nada venir a España después"
P.- Habéis sido dos guerreros desde muy pequeños.
R.- Totalmente. Es que se nos notaba. Nosotros hacíamos mucho sacrificio, ¿sabes? Nuestros padres nos daban un techo, un hogar, pero mi hermano y yo después trabajábamos para poder llevar nuestra carrera deportiva hacia adelante. Aparte de entrenar a un máximo nivel, trabajábamos en varios sitios [Ilia trabajó a la vez de hamaquero, cajero y portero] para poder sostener nuestra carrera deportiva, para ser nuestros propios sponsors. Ellos lo único que tuvieron que hacer es dejarnos fluir porque todo lo demás lo asumimos mi hermano y yo. Es de lo que más orgulloso me siento y, por eso mismo, siempre digo que 'el que quiere puede'.
P.- Hablemos del miedo. Tu 'relación' con él es brillante, lo proyectas para centrarte en lo que hay más allá. Pero habrá habido un proceso, ¿no? En tu vida, en tu desarrollo como persona, ¿hay una situación concreta en la que tuvieras que mirar al miedo a la cara para llegar a este punto?
R.- Yo creo que es sólo la madurez. Darte cuenta de que el miedo es algo natural en nuestros cuerpos. No podemos combatir contra él, no podemos intentar no sentirlo. Es inevitable. Si yo te pincho ahora con una aguja, siempre te va a doler. Hay situaciones en las que siempre vas a sentir miedo. Da igual las veces que lo hayas practicado, siempre vas a sentir esa responsabilidad, esas hormigas dentro de tu corazón. Por eso yo me preparo ante cualquier situación de miedo que pueda llegar a sentir. En el momento que yo vaya a tener una conversación conmigo mismo, tengo que sentir que puedo, que me lo merezco, porque me lo he trabajado.
Y lo mejor de todo es que me preparo de tal forma que, pase lo que pase, no voy a quedarme con ningún sentimiento de arrepentimiento y voy a dormir en paz y en calma conmigo mismo. Siempre sabré que hice todo lo que estaba en mis manos y no tendré ningún sentimiento de arrepentimiento, porque no hay nada peor que tener una oportunidad en la vida, cualquier proyecto o cualquier objetivo, que sabes qué día y a qué hora te va a llegar, y que te quedes con la sensación de haber podido hacer más.
P.- Casi que dolería menos que te clavaran un puñal.
R.- Y a mí no me ocurrirá. Por eso mismo, siempre puedo vencer el miedo y lo aprovecho a mi favor. Yo he dado mi máximo; si Dios no quiere algo para mí y arruina mis planes es porque mis planes me podrían arruinar a mí. Y no hay mal que por bien no venga. Confío en Dios, confío en mi destino y siempre confío en que todo lo bueno me va a pasar porque realmente lo merezco. Tengo claro que todas las cosas buenas están al otro lado del miedo.
Más miedo me da el no conocer una versión mejor de mí. Eso me da mucho más miedo que intentarlo, esforzarme y poder conocerlo. Lo más importante para mí y lo que más me llena siempre de orgullo no es el resultado que he obtenido, sino en quién me he tenido que convertir para obtenerlo. Esa es mi mayor riqueza porque nada de lo que tengo me ha venido regalado. No he comprado ningún boleto, he trabajado mucho. Me puedes quitar todo lo que tengo ahora y lo volveré a construir porque los conocimientos viven dentro de mí.
P.- Eres padre de un niño y en unos meses lo serás de una niña. ¿Puede llegar a asustar más ser padre que subirse a un octógono?
R.- No pienso en ese tipo de cosas. Lo único que está en mis manos, y te lo digo de verdad, es que yo a los hijos de los demás siempre los trato bien. A todo el mundo lo intento tratar bien. ¿Por qué me tendrían que pasar cosas malas si yo a todo el mundo lo trato bien?
P.- Cuando piensas en el tiempo que quieres alargar tu carrera, pensarás también en tus hijos, en tu pareja. ¿Hasta qué edad te ves metiéndote en la jaula?
R.- Tal vez hasta los 32 años, y después retirarme (suspira). El deporte es muy exigente. Para estar al máximo nivel te tienes que exigir constantemente, y te desgasta mentalmente. Físicamente tampoco puedes estar siempre a tu máximo. Todo tiene su momento y hay que saber retirarse a tiempo. Nadie se puede mantener por una eternidad ahí arriba, ¿no?
Hay otras cosas buenas que uno puede hacer. No todo en la vida es el deporte. Me ha dado muchas enseñanzas, que si crees en algo y lo visualizas, lo puedes hacer realidad; por lo que tengo muchos objetivos más en la vida. Tengo un hijo, otra nena en camino y también quiero dedicarme más a construir una vida profesional a nivel empresarial y seguir otro camino; aunque el deporte siempre va a estar en mi vida. A mí me gusta cuidar de la casa en la que habito, que es mi cuerpo, claro, y ese respeto nunca se lo puedo faltar. Lo más importante es la salud y lo que me hace obtener el deporte no lo consigue nada más.
P.- Parece que Max Holloway tiene que ser tu próxima rival. ¿Está decidido ya?
R.- No parece que tenga que ser mi rival. Yo estoy intentando que sea mi rival porque tiene ahora algo que es lo único que lo hace relevante, que es ese cinturón BMF (siglas de Best Mother Fucker). No hay ninguna otra razón por la que él merezca esa pelea por mi título. El tipo que acabo de vencer en el último combate [Volkanovski] ya le ganó no una ni dos sino tres veces.
Mucho antes que él, la pelea por el título se la merecería más Volkanovski. Después tenemos a Brian Ortega, por ejemplo, que estuvo mucho más cerca de finalizar a Volkanovski en una pelea. Holloway no estuvo ni una vez cerca de de terminarlo; por lo que si él ahora mismo se pone como una diva y no quiere apostar su cinturón, le daré la oportunidad a otro y él se tendrá que poner a la cola y remar.
"Lo único que hace relevante a Holloway es su cinturón BMF. Sin él, no es nadie"
Va diciendo que es el verdadero BMF, que pelea cuando, donde y con quien sea. ¿Y qué pretende? ¿Venir a pelear conmigo y jugarse el honor, pero guardarse su cinturón? Eso no lo hace un verdadero BMF. Un verdadero BMF pone en el medio lo que tiene y si no, lo que eres es una auténtica gallina, Como te he dicho, lo único que lo hace relevante para mí es ese cinturón. Sin ese cinturón, para mí no es nadie.
P.- Hoy te has despertado y lo primero que has hecho es colgar en tu Instagram una foto de Holloway sangrando. ¿Es eso un spoiler de lo que pasaría si os enfrentáis?
R.- Lo acabaría en los dos primeros asaltos. No tengo ninguna duda. Ahora todos son sabios, ¿sabes? Todo el mundo entiende ahora el deporte. Ves gente que nunca pisó un gimnasio en su vida y que dan favorito a uno o al otro. Chicos, tranquilos, no sabéis nada. Yo te digo que sería una de las peleas más fáciles que haya tenido en mi vida. Lo único cuestionable en ese combate es si lo voy a someter o lo voy a noquear.
P.- ¿Cuándo se puede dar tu siguiente combate? Se habla mucho de que pueda ser en La Esfera de Las Vegas, en el UFC 306 de septiembre.
R.- Así es, porque el evento de UFC en España sucederá en el primer trimestre del próximo año. Pero yo me quiero mantener activo. Quiero hacer una pelea antes porque quiero aprovechar estos meses. Me siento joven, en una forma física estupendamente buena y quiero aprovechar el tiempo. Me gustaría pelear en septiembre, en octubre, en noviembre, cuando tenga sentido. Y adelante. Este es mi negocio, el negocio de las peleas: quien sea, cuando sea y donde sea.
P.- Hablas del evento de UFC en España para el primer trimestre de 2025. ¿Lo ves ya seguro? ¿En el Bernabéu?
R.- Seguro. Seguro que va a suceder en 2025. Para hacerlo bien se necesita tiempo y hay muchísimas cosas que llevar a cabo. Más que nada es por el tema los pagos por evento, lo que le llamamos el payperview (PPV). Vamos a tener que hacer el evento tarde. Seguramente la pelea principal sea a las cuatro o cinco de la mañana. Será un evento nocturno. Y sí, va a ser un gran espectáculo. Yo creo desde el fondo de mi corazón que va a ser el evento más grande de la historia. Protagonizado por mí (risas).
P.- Cuando hiciste el saque de honor en el Bernabéu, ¿ya te imaginaste peleando en el centro del estadio del Real Madrid?
R.- Obviamente. Cuando llegas ahí no puedes no visualizarlo (sonríe). Cuando estaba en el túnel, donde se concentran los jugadores antes de saltar al campo, yo ya estaba visualizando mi salida. Estaba visualizando todo. Creer crea realidades. Muchos necesitan ver para creer, pero yo me lo creo y después lo veo. Si alguien como tú o yo, de carne y hueso, un día llegó a la Luna, ¿cómo va a ser imposible ganar a una persona peleando? Lo imposible es lo que tú digas que es imposible.
P.- Está en los límites que cada uno se ponga, ¿no?
R.- Exactamente, y yo no me pongo ninguno. He escrito historia y ahora es el momento de forjar la leyenda.
P.- En tu bio de Instagram has puesto una frase parecida: "Una leyenda que no volverá a nacer". ¿Qué te queda por hacer para que se te reconozca como tal?
R.- La paciencia es lo único que me queda, y disfrutar del proceso. Yo siempre digo que en la vida todo se consigue paso a paso. No hay ascensores.
"El evento del Bernabéu va a suceder en el primer trimestre de 2025 y será el más grande de la historia. Será nocturno"
P.- Te saco otro nombre: Conor McGregor. Vuelve al octógono [29 de junio, contra Michael Chandler]. ¿Qué esperas de su pelea?
R.- Yo confío en que si él gana su combate, esa sea seguramente la pelea que tenga en el Bernabéu. Yo veo ahora mismo dos posibles peleas en el Bernabéu: una es la de Conor y la otra es la de Sean O'Malley, en caso de que defienda el título...
P.- Que no lo va a tener fácil [O'Malley peleará, a falta de confirmarse, contra el georgiano Merab Dvalishvili].
R.- Para mí lo tiene muy, muy complicado, porque Merab es una auténtica bestia. Entonces lo veo complicado. Pero vamos a tener una gran pelea en el Bernabéu.
P.- Volviendo a Conor. ¿Cómo te sientan esas comparaciones que te hacen con él, cuando se habla del trashtalking, y con todas sus polémicas?
R.- Tú te dedicas al periodismo. ¿Quién es para ti uno de los mejores periodistas de todos los tiempos?
P.- Jesús Quintero. ¿Por dónde quieres ir?
R.- Por donde quiero ir es si, ponte en el caso que hubiera sido alguien polémico, te molestaría que te compararan con Jesús Quintero.
P.- Para nada.
R.- Pues ahí lo tienes. A Conor no le pueden quitar su mérito. Ha sido un grande. Después, lo que haya hecho en su vida personal lo ha hecho en su vida personal; pero el hecho de que me estén comparando con uno de los mejores de siempre que haya pisado el octógono... Y no solamente a nivel de pelea. El tío cada vez que entra dentro de un octógono te garantiza el espectáculo. Puede ganar o puede perder, lo que sea, pero sabes que no se va a rendir. Es un tío que regala espectáculo. Si me comparan con él, bienvenido sea.
¡Si mi objetivo nunca ha sido ser el mejor de todos! A mí ya con ponerme en una lista de deportistas junto a Conor o gente como pueden ser Messi o Michael Jordan ya me llenará de orgullo. Si me comparan con uno de ellos, estoy orgulloso. Cómo voy a decir que no quiero que lo hagan con Conor. Na, es un fenómeno.
P.- Hace unos días Juan Espino [expeleador español de UFC] comparó tu caso, por ser georgiano y español, con el de Fabricio Werdum [el brasileño ganó un título de UFC teniendo el pasaporte español]. Dijo que tendrías todo el derecho de un día dejar de sacar la bandera española, pero añadió que "hay que apoyar a los nacidos en España", como Joel Álvarez o Dani Barez.
R.- Él tiene su opinión y yo la respeto. ¿Hay que apoyar a los nacidos en España? Por supuesto que sí. Yo he representado a España mucho, mucho antes de tener cualquier nacionalidad. ¡Si me acaban de dar el DNI y el pasaporte una vez convertido en el mejor del mundo! Yo no tenía por qué subir ahí con la bandera española y lo hice desde el agradecimiento, porque España nos extendió la mano a mí y a mi familia cuando llegamos aquí para buscar una vida mejor.
Yo soy el primero que apoya a Dani Barez o a Joel Álvarez, porque lo único que hago es empujar por el deporte. Si él se refiere a que los medios se tendrían que involucrar... Cada uno tendrá lo que merezca tener, la exposición que necesite y todo lo que busque. Mis respetos a Juan Espino por todo lo que ha hecho, no tengo ningún problema con él. ¿Qué te puedo decir? Está bien. Mi trabajo es empujar y apoyar el deporte; y no paro de hacerlo, no hace falta ni que lo diga.
P.- Estás en una parte de tu carrera en la que creo que se trata de disfrutar. Estás justo donde siempre quisiste estar. ¿Qué ha sido lo más difícil hasta llegar ahí?
R.- Lo más difícil, como te decía, ha sido tener paciencia. Sabía que este día iba a llegar, a veces somos bastante ansiosos porque lo queremos ya. Pero bueno, ¿cómo se dice? Si te vas al pasado, eres un depresivo. Si te vas al futuro, eres un ansioso. Si vives en el presente, eres un tío feliz.
P.- Y eso proyectas, que eres un tío feliz.
R.- Vivo el presente, disfruto de cada momento que la vida me regala. Cada día que tenemos es una bendición que Dios nos da. Ahora mismo habrá alguien en el hospital rogando por tener la oportunidad que yo tengo. ¿Cómo no la voy a aprovechar? Lo haré al máximo y me sentiré orgulloso de superar todas las dificultades, porque me hace llegar a otro nivel.
P.- Si pudieras estar en una habitación a solas con un personaje histórico, ¿quién sería?
R.- Mmm (se toma unos segundos). Mira, yo siempre tuve como objetivo conocer a dos personas desde pequeño. No me preguntes por qué, pero era un deseo. Uno ya lo he conocido, que es Messi, y otro es Michael Jordan. Sí, me gustaría estar en una habitación junto a Messi y Jordan teniendo una conversación. Me encantaría.
P.- ¿Y de qué hablaríais los tres?
R.- Hablaríamos sobre sus experiencias. Les preguntaría muchísimas cosas porque siento que mi puesto está ahí, ¿sabes? Siento que un día voy a estar a esa altura y lucho mucho todos los días para estar ahí. No puedo decir ya que sacrifico cosas porque ya no lo veo como un sacrificio.
P.- Lo que decíamos justo ahora. Se trata ya de disfrutar, ¿no?
R.- Es una bendición poder tener esta oportunidad. Y volviendo a qué hablaría con Messi y Jordan. Que me dieran consejos, que me contaran cosas que me fuera a encontrar en el camino, porque estoy seguro de que han experimentado muchas cosas que a mí me faltan por experimentar.
Se aprende mucho cuando vas subiendo escalones y vas conociendo a más gente. Vas entendiendo mucho sobre la vida y aprendes a verla desde una perspectiva diferente. Y llegas a la conclusión de que no puedes basar tu bienestar en la vida de quien sea, como si es tu mamá, tu papá o tu hermano. Todos se pueden volver locos en algún momento, pero al que necesito a tope en todo momento es a mí mismo. Soy con quien más hablo y con quien más tiempo paso. Soy con quien hago planes de futuro, con quien hablo del pasado y con quien disfruto del presente.