La historia de Hari Budha Magar es uno de los pequeños regalos que siempre hace el deporte en forma de relatos de incalculable valor. Su ejemplo es una lección de vida y de superación. Al menos, en lo que se refiere a su relación con el alpinismo, morada de su último gran reto.
Este antiguo soldado del ejército británico y que nació Nepal quiere ser estrella en su tierra. Sueña con hacer cima en el Everest. Este reto, por sí solo, parece no tener un gran mérito más allá del reto personal que supone. Sin embargo, cuando cientos y cientos de personas lo consiguen en cada temporada de escalada, pierde algo de notoriedad.
Pero si Hari Budha Magar lo consigue, habrá hecho historia. De conseguir llegar hasta el punto más alto del planeta, este antiguo soldado del ejército británico se convertiría en la primera persona con una doble amputación por encima de la rodilla en conseguir hollar la cima del coloso montañoso más elevado del mundo.
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De conseguirlo, Budha Magar no solo rompería límites deportivos y personales, sino que también acabaría con una serie de trabas legales que le ponen problemas para conseguirlo su gran reto. A sus 43 años, este soldado retirado del ejército británico y que perdió sus dos piernas en combate, se ha propuesto desafiar las leyes de la naturaleza y hacer historia.
"Saldré de Katmandú a la región del Everest este miércoles, los preparativos han finalizado", decía en declaraciones recogidas por EFE antes de iniciar su espeluznante aventura. Su objetivo es mayúsculo, pero más aún cuando se conoce que su velocidad de avance, por culpa de sus prótesis, es tres veces más lenta que la de un escalador sin discapacidad y en condiciones normales.
La vida de Hari Budha Magar ha estado siempre marcada por la guerra. Sin embargo, su batalla ahora será otra muy diferente, pero en la que también puede perder la vida o sufrir algún tipo de accidente: "Mi plan para coronar el pico de 8.848,86 metros está fijado provisionalmente para la primera o la segunda semana de mayo, dependiendo del tiempo".
De la pobreza al alcoholismo
Cargado de emoción y de responsabilidad, así ha partido rumbo a lo desconocido este soldado que perdió sus dos piernas tras sufrir la explosión de una bomba en Afganistán. Sin embargo, a lo largo de su vida siempre ha estado acostumbrado a superar todo tipo de trabas y contratiempos. Nació en Mirul, una aldea del distrito de Rolpa situada en el noreste de Nepal y siempre vivió rodeado de pobreza.
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Durante la presentación de su hazaña, siempre narra la historia de que tenía que andar unos 45 minutos cada día para ir hasta la escuela más cerca y lo hacía descalzo debido a que su familia no podía comprarle unos zapatos. Y al llegar allí, tenía que recibir clases en un centro en el que no había ni papel ni bolígrafos. Esas dificultades le hicieron convertirse en una persona de fuerte carácter y de marcados principios que siempre consigue lo que se propone. Incluso aunque sea escalar el Everest sin piernas.
Aunque le encantaba ir a la escuela, tuvo que detener sus estudios cuando fue obligado a contraer matrimonio a los once años. Además, vivió su adolescencia en mitad de la guerra entre maoístas y el Gobierno, la cual finalizó en el año 2006 dejando más de 17.000 muertos.
"Todo cambió en un instante". Después pasó los siguientes tres años en un centro de rehabilitación del Reino Unido aprendiendo a rehacer su vida y a hacer frente a su discapacidad. "Pensé que mi vida se había acabado. Pensé muchas veces en suicidarme. Empecé a beber demasiado, me convertí en un alcohólico".
Cuando había tocado fondo, se dio cuenta de que a su lado seguían esperándole su mujer y sus tres hijos que debía seguir dando la vida por ellos. Sin embargo, el soldado no consiguió salir del agujero hasta que recibió una propuesta para hacer salto en caída libre. "Me di cuenta de que podía hacer todo lo que la gente normal hace".
La nueva vida de Hari
Desde entonces, descubrió su amor por los deportes extremos y ahora es un increíble atleta que practica esquí, piragüismo, escalada o baloncesto. En el año 2017 se convirtió en el primer doble amputado por encima de la rodilla en coronar el Mera Peak, de 6.476 metros. En ese momento pensó a lo grande: "Entonces pensé en el Everest. Quería enseñarle al mundo que la discapacidad no es una barrera para lograr cosas increíbles".
Sin embargo, en ese momento comenzó una importante batalla legal, ya que una ley del Gobierno de Nepal impedía a los doble amputados y a los ciegos escalar la cordillera del Himalaya: "Consultamos con el ministro de Turismo, los embajadores británicos y estadounidenses y muchos altos funcionarios. Pero nadie nos escuchaba".
Junto con el apoyo de otros alpinistas con discapacidad, consiguieron llevar la causa hasta el Tribunal Supremo y en el año 2018 se suspendió dicha normativa. Desde ese momento, y hasta ahora, ha estado intentando reunir los cerca de 150.000 dólares que le costará su aventura. Con ese dinero ha tenido que hacer frente a la compra de trajes especiales, al alquiler del equipo de sherpas y unas prótesis especiales para poder escalar montañas.
"Un montañero estadounidense las inventó en su garaje, son muy útiles. Estoy completamente preparado. Espero completar esta misión con éxito, pero nada está garantizado". Hari Budha Magar pone ahora su plan en marcha después de haberlo tenido que aplazar unos años por culpa de la pandemia.