La historia de Hilaree Nelson ha paralizado el mundo del alpinismo en los últimos días. Esta esquiadora y especialista en la montaña tenía como objetivo hollar la cima del Manaslu junto a su pareja para después descender esquiando una de las montañas más peligrosas del planeta. 

Consiguió cumplir con el primer objetivo, pero no con el segundo. Una caída después de haber hecho cima en los 8.163 metros de esta colosal montaña del Himalaya provocó una avalancha que sepultó durante días a la escaladora estadounidense. Hilaree se encontraba en ese momento con su pareja Jim Morrison, quien la vio caer y desaparecer en una zona de difícil acceso, especialmente por el mal tiempo que hacía. 

Después de lo sucedido, Jim tuvo que participar en el complicado dispositivo de búsqueda que se puso en marcha para intentar encontrar el cuerpo de Hilaree. Él tenía la esperanza de que fuera con vida, aunque todos los expertos indicaban que era prácticamente posible. Morrison había sido el único que podía cercar una zona más o menos pequeña para buscar el cuerpo de su compañera sentimental. 

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De hecho, él mismo fue quien se tuvo que subir a un helicóptero para peinar la zona y poder dirigir las labores de rescate hasta que dio con el cadáver de Nelson, el cual recogió con sus propias manos entre montañas de viene. 48 horas de angustia, dolor y sufrimiento en las que Jim ha vivido un auténtico calvario, casi una muerte en vida. 

Jim Morrison, junto a un compañero, se abraza frente al helicóptero que traslada a Hilaree Nelson AP

Ese mismo lunes habían hecho cima juntos en el Manaslu y desde allí emprendieron el descenso, cambiando la escalada por el esquí. Sin embargo, la caída de Nelson y la posterior avalancha lo cambió todo. Morrison comprobó de inmediato que no podía descender hasta el lugar en el que había quedado atrapada y por eso realizó un descenso de vértigo a toda velocidad hasta llegar al campo base. Desde allí consiguió organizar los diferentes equipos de rescate.

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La despedida de Morrison

Después de tener que detener la búsqueda en varias ocasiones por el mal tiempo, y de haber visto restos del equipo de Hilaree por la montaña, consiguió rescatar su cuerpo para poder llevarlo a Katmandú antes de ser trasladado. Horas después, Jim quiso despedirse de su pareja con un sentido mensaje a través de sus redes sociales.

"No existen palabras para describir mi amor por esta mujer, mi compañera de vida, mi mejor amiga y mi cordada en la montaña. Ella ha sido el faro que ha iluminado mi vida día tras día. El 26 de septiembre a las 10:42 horas, alcanzamos la cima verdadera del Manaslu en condiciones duras. Rápidamente hicimos la transición de escalar a esquiar, con frío y viento, con el plan de dar la vuelta a la esquina (para evitar una banda de rocas) y reagruparnos con nuestro equipo de sherpas".

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Morrison continúa y explica así cómo se produjo todo: "Yo esquié primero y tras unos pocos giros, Hilaree me siguió y desencadenó una pequeña avalancha. Ella perdió pie y se vio arrastrada por una estrecha ladera nevada hacia el lado sur (el opuesto a la ruta de ascenso) de la montaña, cayendo más de 1.500 metros. Yo hice todo lo que pude por localizarla, pero fui incapaz de descender por aquella vertiente, aunque esperaba encontrarla con vida y vivir mi vida con ella".

Tras fracasar en su primer intento, fue momento para pasar a un rescate que se prolongó durante 48 horas sin descanso: "Me he pasado los dos últimos días buscando desde el aire en un helicóptero. Hoy, con la ayuda de Surendra Paudel, un piloto increíblemente hábil, fuimos capaces de aterrizar a 6.700 metros y buscarla. Nims Dai fue fundamental ayudando a organizar el mejor equipo y los recursos posibles y yo encontré su cuerpo con la ayuda de Mingma Tenzi Sherpa a las 10:30 horas".

"Me encuentro en Katmandú con ella y su espíritu. Mi pérdida es indescriptible y estoy centrado en sus hijos y sus próximos pasos. Hilaree Nelson fue la persona más inspiradora en vida y ahora su energía guiará nuestras almas colectivas. Paz para todos nosotros. Rezad por su familia y comunidad, que se encuentra ampliamente extendida por todo el planeta. Estoy devastado por haberla perdido". Un triste final para una historia que ha conmocionado a todo el universo del alpinismo y el esquí.