Nikoloz Sherazadishvili (Tiflis, 1996), más conocido para todos como 'Niko Shera', sigue siendo la gran estrella del judo nacional. Sin embargo, su carrera deportiva ha estado marcada por los duros golpes que ha recibido en los últimos años. El judoka nacido en Georgia y afincado en Brunete ha estado en una montaña rusa de sentimientos y resultados que han marcado de manera inequívoca su destino.
Tras proclamarse doble campeón del mundo en los años 2018 y 2021, algo que no había conseguido nadie en la historia, se consolidó en la posición número uno del ránking en la categoría de -90 kilos. En ella se convirtió en el dominador absoluto. Sin embargo, sus enormes cualidades físicas, su altura y envergadura y su potencia muscular le hacían vivir un calvario para poder ganarle la batalla a la báscula en cada competición.
Después de acumular una infinidad de horas de entrenamiento mientras pasaba hambre para apurar hasta el último gramo, decidió dar el salto a la categoría de -100 kilos. Un paso que para él era natural y casi obligado. Sin embargo, este llegaría tras los Juegos Olímpicos de Tokio. Aterrizó como máximo candidato al oro al Nippon Budokan de la ciudad nipona y allí vivió el primero de sus grandes golpes con una dolorosa, prematura e inesperada derrota que le dejó sin medalla y que le provocó una profunda crisis mental.
Tras unos meses apartado del judo y refugiado en su familia, se armó de valor y de nuevas ilusiones para emprender su complicado viaje hacia la categoría de -100 kilos en la cual ha peleado durante todo el 2022. Un duro trabajo de adaptación que no ha terminado todavía y que ha dejado derrotas, pero también victorias importantes y algún éxito clave como la medalla de bronce conseguida en el Europeo de Sofía. Una de esas alegrías necesarias para recuperar la confianza y seguir construyendo en positivo.
Sin embargo, el 2022 terminó de la peor manera posible. En el Masters de Jerusalén disputado a finales de diciembre, Niko sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, una lesión de la que él mismo ni se había dado cuenta. Sin embargo, el pupilo de Quino Ruiz se vio obligado a regresar a Madrid y a pasar por el quirófano. Ahora, habla con EL ESPAÑOL inmerso en las primeras semanas de su recuperación mientras visualiza ya su vuelta, la cual podría llegar en seis o siete meses, y no pierde de vista los Juegos Olímpicos de París 2024, su gran reto a largo plazo.
¿Cómo va esa rodilla?
Muy bien. No me molesta nada. Son las primeras semanas que son las más duras porque tienes que estar casi 24 horas tumbado. Pero bueno, ya llevo unos días que me pongo de pie, empiezo a andar un poco y ya estoy mejor, pero la primera semana tenía que estar siempre tumbado. Nunca me ha molestado la rodilla, la verdad, pero solo el hecho de estar en la cama era lo que me cansaba.
Hablaremos más adelante de la rodilla. Ahora vamos a echar el tiempo hacia atrás, concretamente hasta los meses de julio y agosto del año 2021. ¿Has superado ya lo que pasó en Tokio o esa herida se cerrará si consigues llegar a París 2024?
Es un aprendizaje que llevo. Por lo menos, espero haber aprendido algo que me sirva para estar en los Juegos Olímpicos de París mucho mejor.
¿Cómo fueron los meses después de aquel de aquel golpe y cuánto tiempo te costó pasar página?
Han sido unos meses. Me ha ayudado un montón estar con mi familia. Es la primera vez que paraba sin hacer nada de deporte tanto tiempo. Fue un momento duro después de los Juegos Olímpicos, quería desconectar. Quería estar con mi familia que no había podido estar con ellos y me ayudaron muchísimo. No hablaba de judo, solo quería disfrutar, estar con ellos y nada más. Ellos han conseguido que vuelva a tener ganas. Todo eso hizo que poco a poco empezara a competir, aunque siempre tenía el pensamiento de lo que pasó en los Juegos. Iba a cualquier competición y tenía los Juegos ahí porque al final es la competición más importante. Ahora vienen los siguientes, así que ya no estoy pensando en lo que pasó en Tokio y sí en París.
Tras aquello tu vida no ha dejado de cambiar porque después vino el salto de categoría que ya tenías previsto. ¿Cómo fue tu adaptación al nuevo peso para preparar el 2022?
Yo pienso que sigo en ese proceso de adaptación. Ahora he tenido una lesión, pero este año he conseguido cinco medallas, una en el Campeonato de Europa de bronce y el resto han sido finales en Grand Slam. Para empezar no ha estado mal menos la última competición en la que me lesioné. Hay que seguir en ese proceso de adaptación ya que cada vez me encontraba mejor. Este parón de la lesión me hará volver más fuerte.
¿En algún momento tuviste dudas de si habías dado el paso correcto con el cambio de peso teniendo en cuenta que eras el mejor en la otra categoría?
Yo en este caso siempre he estado seguro. Al principio siempre se pueden tener dudas, pero no ha sido mi caso porque no he hecho el cambio porque me apetecía, si no porque lo necesitaba por mi peso, para poder estar más años en activo y por mi salud. Así lo decidí y estoy contento de esa elección. Puede que ahora no sea lo mismo que cuando estaba en -90, pero pronto lo va a ser. Entonces no dudo de que voy a volver a ser el número uno igual que lo era antes.
¿Cómo de importantes fueron los éxitos que conseguiste en Turquía y la medalla en el Europeo para recuperar esa confianza?
Al principio empecé muy mal. Luego, a partir de Turquía, fui sacando resultados. Pero aún así yo sentía que todavía me faltaba algo, sobre todo coger más peso. Pasaba los 97, 98, 99, 100... pero aún así hay que estar un poco por encima y luego bajar el día antes de la competición. Yo estaba en ese proceso de adaptación y ganar una medalla europea el mismo año de haber hecho el cambio está muy bien, pero yo siempre me exijo lo máximo.
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Después de esos éxitos vino otro pequeño golpe como fue el Mundial de Tashkent. ¿Te hizo eso revivir algún fantasma del pasado?
No porque perdí con un canadiense que era el número tres. Tenía posibilidades y fuimos a técnica de oro. Se nos alargó el combate y me ganó. Yo notaba que todavía no estoy a ese nivel. Podía haberlo hecho mejor, pero al final tengo un hándicap porque ahora compito contra gente que no conozco tanto. Puedo llevar una táctica en la cabeza antes, pero hasta que no lo siento no es lo mismo y eso es otro factor importante. Tampoco puedo plantear bien los combates. En este caso me ganó. Después de eso he competido dos veces contra él, en el Grand Slam de Abu Dhabi y en el último Másters, y le gané. Para mí esas cosas son las importantes, competir contra ellos y después volver a hacerlo y ganarles. Poco a poco he ido haciendo esto, cada vez que perdía con alguien a la siguiente remontaba.
¿Qué fue lo que pasó en Abu Dhabi con aquella descalificación tan extraña y polémica?
Son normativas nuevas que se van añadiendo. Lo que piensan y lo que quieren hacer es que no toquemos con la cabeza en el tatami en las acciones. Es verdad que han echado a la gente por eso. Ahora han cambiado las normas y son ellos los que mandan. Nosotros tenemos que cumplir si queremos seguir. Pero es complicado seguir cumpliendo las normas cuando cambian así muy rápido. Si yo llevo toda la vida haciendo esto, cambiarlo así de repente no es fácil. Ahora mismo no hay que tocar la cabeza cuando hagas una técnica y hay que cumplir porque si no nos van a echar siempre.
Ahora que ya llevas más de un año después de haber cambiado de categoría, ¿te ves en proceso de volver a conseguir ser dominador y ser el mejor del mundo que era el estatus que tenías?
Yo estoy convencido y segurísimo de que voy a llegar a dominar como lo hacía en -90 e incluso tengo la esperanza de que voy a sacar mejores resultados de los que tenía en la otra categoría. Esa es mi idea. Si no, no estaría ni compitiendo.
Ahora sí te pregunto por lo que pasó en Jerusalén. ¿Cómo recuerdas el momento de la lesión y cuándo te das cuenta de que te haces daño de verdad?
Yo me hice daño en el segundo combate y noté un dolor extraño, pero no era muy fuerte para lo que luego supe que tenía. Salí del combate y decía que se me había quedado pillada la rodilla, se lo conté a mi entrenador y mientras iba andando se me fue dos veces la rodilla desde que salí del tatami hasta que llegué a la sala de calentamiento donde estábamos. Ahí me examinó mi entrenador la rodilla y me hizo la prueba del cajón para probar si el cruzado estaba roto porque aunque él no es médico sí tiene mucha experiencia con lesiones de rodilla. Él notó que era algo grave ya porque cuando se te va la rodilla y te provoca inestabilidad suele ser el cruzado anterior. Cuando me hizo el cajón se me movía bastante la rodilla.
Entonces cambiamos los billetes en ese mismo momento y nos vinimos directamente a Madrid, hicimos una resonancia y salió que tenía el cruzado anterior roto. A la semana me operé porque antes de la operación tienes que tener la extensión completa de la rodilla y no tiene que estar hinchado, eso es importante. El 3 de enero me operé de la rodilla, pero yo es que no había notado la gravedad de la lesión porque el cruzado normalmente suena muchísimo cuando se rompe como si fuera una cuerda. Yo he escuchado muchos cruzados porque en el judo suele pasar, como en todos los deportes de contacto, y suena mucho más fuerte. Yo no lo escuché y por eso no pensaba que sería tan grave, pero bueno, es lo que hay. Ahora vamos a por la recuperación y yo creo que en siete u ocho meses empezaremos a competir.
¿Has recibido algún mensaje que te haya hecho especial ilusión o que te haya sorprendido durante estos días?
Lo que más me ha sorprendido es que me ha escrito muchísima gente y que hay muchas personas que están conmigo y que me están apoyando. Mis amigos han venido a verme todos los días y me han ayudado también a empezar la recuperación para que en esos meses empecemos a competir. Lo único malo es que el Campeonato del Mundo es en mayo y nos lo vamos a perder. Pero llegaremos a algunos Grand Slam y al Campeonato de Europa. Aunque ahora lo más importante es la rehabilitación.
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¿Se podría decir que tienes el Campeonato de Europa como el primer gran objetivo después de tu vuelta?
Sí, ese es mi objetivo deportivo. Pero mi objetivo principal es la rehabilitación. Y luego cuando ya vuelva será el Campeonato de Europa. Estaremos ahí esos siete u ocho meses y después nos da tiempo a llegar a esas competiciones.
¿Cómo es ahora tu día a día y cómo va a ser el plan de estas primeras semanas de recuperación?
Para mí todo es nuevo. No sé al 100% cómo lo vamos a hacer. Los primeros cuatro o cinco días era estar en la cama todo el rato y sólo podía hacer ejercicios de doblar la pierna un poco e isométricos, apretar la pierna... Todo eso en la cama. Ahora ya empiezo a andar, hago un poco de físico. Voy a empezar a tratarme con los fisios y poco a poco empezaré a hacer ejercicios. Pero me lo irán marcando porque para mí todo esto es muy nuevo.
Ahora voy a juntarme también con el equipo para tenerlo todo organizado y saber lo que voy a hacer. Yo cuando entreno sé lo que tengo que hacer y lo tengo organizado. En este caso me irá marcando el médico que le veo esta semana para quitarme los puntos y me dirá lo que puedo ir haciendo al igual que el fisio. Según esas directrices nos iremos organizando. Tengo un gran equipo y confío en ellos para estar bien muy pronto.
¿Crees que durante la recuperación va a ser más duro el aspecto mental que el físico?
Yo no me lo tomo así. Va a ser duro porque son más de seis meses sin poder competir y la cabeza siempre va a estar pensando si vas a volver a ser el mismo, si vas a regresar mejor o peor... Pero por ahora no estoy pensando eso, son cosas que pasan y es el deporte, es parte de nuestra vida. Las lesiones, nos guste o no nos guste, son parte de esto. Yo lo veo de esta forma y tiraré hacia delante siempre.
Al hacer el cambio de categoría y teniendo en cuenta que la pandemia retrasó los Juegos Olímpicos de Tokio y que ahora ha venido la lesión, los cuatro años que deberías haber tenido para preparar París 2024 se van a quedar en poco más de dos. ¿Te condiciona mucho esta situación o tienes la confianza de poder llegar preparado?
No, tengo confianza plena. Cuando me recupere tendré un año más para los Juegos Olímpicos y yo creo que llegaré en muy buen estado físico, mental y técnico.
¿Cómo te gustaría estar dentro de 365 días después haber vivido un final de 2022 y un inicio de 2023 tan complicados?
A mí me han dicho que son seis meses como mínimo, pero me gustaría empezar a competir antes. Aunque yo sé que estas lesiones si te dicen un plazo hay que cumplir eso porque necesita cicatrizar y todo. Me marcaré mis nuevos objetivos a partir de julio y agosto porque ahora sólo pienso en la rehabilitación.