La división que vive el universo del pádel en los últimos tiempos ha sumido al deporte del 20x10 en una situación de guerra continua que no favorece a nadie. Ni a los jugadores, ni a los torneos ni a los patrocinadores que intentan hacer crecer una disciplina que va camino de superar al tenis a nivel mundial en términos de popularidad, importancia o participación.
La llegada de Qatar y de su nuevo circuito, Premier Padel, ha supuesto el principio de un caos que ahora mismo parece no tener fin. QSI, el fondo de inversión público que lidera el empresario Nasser Al-Khelaifi, conocido por ser el presidente del PSG de fútbol, ha llegado al universo del pádel con la intención de romper el orden establecido a golpe de talonario.
Los millones recibidos tras abrir el grifo del petróleo a medio planeta han permitido a Qatar Sports Investements crear su propio circuito mundial de pádel, el cual se está estrenando en 2022 y que tiene ya instaurados torneos en Italia, Francia, Argentina, México y, lógicamente, Qatar. El planteamiento es seguir creciendo en 2023, aunque lo que no va a terminar es la guerra abierta contra World Padel Tour, el circuito tradicional y que realmente guarda la esencia del deporte con mayor crecimiento del siglo XXI.
Esta lluvia de millones ha provocado que tanto la Federación Internacional de Pádel como la mayoría de los mejores jugadores del mundo, representados por la Asociación de Jugadores Profesionales (PPA), se posicionen del lado de Nasser Al-Khelaifi. Una agrupación que ha recibido numerosas críticas recientemente por guardar silencio ante lo que resulta un atropello total: la participación de Youssef Hossam en el NewGiza Premier Padel P1.
El torneo, que se está celebrando en Egipto, concretamente en la ciudad de El Cairo, ha acogido en su fase previa a un jugador local acostumbrado vivir en la ilegalidad y la polémica. Se trata de un estafador rebotado del mundo del tenis donde fue sancionado de por vida por la Unidad de Integridad tras verse envuelto en un escándalo de amaño de partidos. Sin embargo, Nasser Al-Khelaifi ha permitido su presencia en el nuevo circuito y los jugadores, acostumbrados a poner el grito en el cielo con cada fallo de World Padel Tour, han dado ahora la callada por respuesta a cambio de un silencio que vale mucho dinero.
El caso Youssef Hossam
En las rondas previas de un torneo, sea del deporte que sea, lo habitual es encontrarse a jugadores, equipos o selecciones poco conocidas y de poco nivel. Algo así es lo que ha sucedido en el NewGiza Premier Padel P1 que se está celebrando esta semana en El Cairo, Egipto.
El certamen, que tiene como enclave el lujoso y nuevo barrio de NewGiza, ha contado con la participación de varios jugadores locales. Una de las parejas más curiosas estaba formada por Ahmed Alaa Marzouk y Youssef Hossam. Ambos disputaron su partido de ronda previa frente a la pareja española formada por Pablo Cardona y José David Sánchez y apenas presentaron batalla. En 38 minutos estaban eliminados tras encajar una sonrojante paliza de 6-2 y 6-1.
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Hasta ahí se podría decir que todo es normal. Sin embargo, muchas son las críticas del universo del pádel que se han centrado en este partido. Especialmente en uno de los cuatro participantes. Se trata del jugador egipcio Youssef Hossam, quien tiene una escabrosa historia detrás que ni a Nasser Al-Khelaifi, ni a QSI, ni a Premier Padel ni a la organización del torneo de NewGiza parece haberles importado.
Este jugador de 24 años se dedica ahora al pádel de manera profesional, o al menos lo intenta, participando en el circuito promovido por Qatar. Sin embargo, sus inicios no están entre las paredes del 20x10, si no que están en una pista de tenis. Youssef era tenista como confirma su perfil en la ATP y los registros de sus resultados hasta el año 2019, cuando fue apartado de la práctica profesional por protagonizar un sonoro escándalo.
La Unidad de Integridad del Tenis le sancionó de por vida después de haber sido declarado culpable de múltiples delitos de amaño de partidos y de otros delitos de corrupción relacionados con el circuito ATP. Una amplia investigación determinó que el joven jugador, que por aquel entonces tenía solo 21 años, había cometido un total de 21 infracciones graves que violaban las normas anticorrupción entre 2015 y 2019.
Además, estaba considerado como el cabecilla de un gran trama que se estaba poniendo en marcha para llevar a cabo apuestas ilegales en los niveles inferiores del tenis profesional, donde todo es más difícil de controlar. En un primer momento fue culpado de ocho casos de amaño de partidos, seis de facilitación de apuestas y dos de solicitud a otros jugadores para que se dejaran perder. Una lista de delitos que fue en aumento.
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Al principio solo fue suspendido de manera temporal. Pero poco después, tuvo que colgar la raqueta para siempre tras ser catalogado como uno de los mayores fraudes de los últimos años en el deporte. Poco después fue declarado también culpable de tres incumplimientos de denuncia de planteamientos corruptos y de dos incumplimientos de cooperación con una investigación de la propia Unidad de Integridad del Tenis. Todo conformaba un historial a la altura de pocos delincuentes en la historia del deporte.
La TIU certificó su sentencia con este comunicado: "Como resultado de su condena, el Sr. Hossam queda excluido de forma permanente de competir o asistir a cualquier evento de tenis organizado o reconocido por los órganos de gobierno de este deporte". Así fue cómo se puso fin a una trayectoria profesional que en ese momento se encontraba en el puesto 820 del ranking ATP, aunque había llegado a tener la 291 como mejor posición en 2017, cuando todavía era considerado como una joven promesa.
El caso de Youssef Hossam se hace todavía más impactante y es que su hermano mayor Karim, que también se dedicaba al tenis profesional, fue expulsado de igual forma del tenis para siempre por haberse visto envuelto en una importante trama de amaños en el año 2018. Es decir, que los hermanos Hossam llegaron incluso a operar a la vez.
A pesar de este impresionante currículum, Youssef sigue ganándose la vida con el deporte, ya que ahora es jugador de pádel, aunque se desconoce si se sigue sacando un sobresueldo con las apuestas y los amaños. Qatar le permite jugar en sus torneos y, hasta el momento, nadie se ha quejado de esta situación. Algo especialmente llamativo porque si hay un colectivo reivindicativo ese es el de los jugadores profesionales de pádel.
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Grandes estrellas del circuito han tenido en el pasado importantes enfrentamientos con World Padel Tour por situaciones similares o incluso más leves en diferentes torneos. Y no han dudado en quejarse vehemente por lo que consideraban injusto hasta obtener una solución, aunque fuera mediante presiones y coacciones.
Sin embargo, ahora no les importa compartir circuito y torneos con un jugador que se ha reído de los valores del deporte, que ha sido apartado de por vida en otra disciplina y que está reconocido como un delincuente. Aunque quizás sea el poder de Qatar y de sus petrodólares lo que impide a la PPA quejarse ante este tipo de injusticias.
Conflicto con WPT en Miami
Cuando la soberanía y el mando único de Qatar no eran lo más importante como sucede ahora, los jugadores sí acostumbraban a quejarse, en algunos casos con razón, de lo que consideraban injusto en el circuito. Por ello, los conflictos que han ido deteriorando la relación de las estrellas mundiales con la organización de World Padel Tour eran habituales. Uno de los más sonoros se produjo a principios de año en Estados Unidos.
La temporada 2022 se abrió con el Open de Miami. Allí, el organizador del torneo, Wayne Boich, intentó realizar una jugada que terminó provocando un cisma importante entre World Padel Tour y algunos de los mejores jugadores del mundo. Esos que hoy forman una PPA que se mueve al son que marca Nasser Al-Khelaifi, algo respetable, pero que provoca que llame la atención la disparidad de criterios.
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Wayne Boich, gran aficionado al pádel y promotor del Open de Miami, decidió utilizar una de las wild card de su torneo, los pases para jugadores invitados, para participar él mismo en el certamen accediendo directamente al cuadro principal. Wayne, aunque es un gran amante de este deporte, no es jugador profesional y, lógicamente, no debería participar en este tipo de torneos.
Sin embargo, utilizó uno de esos habituales pases que suelen ir destinados para jóvenes promesas locales o para grandes leyendas ya en la recta final de sus carreras, para medirse a los mejores jugadores del mundo en su propia casa. La polémica fue tremebunda. A sus 47 años, en el momento en el que se disputó el torneo se situaba en la posición 1.053 del ranking porque estaba considerado como jugador amateur. No tenía ningún punto ni ningún partido disputado desde el año 2017. Pero en Miami participó de la mano del español Mario del Castillo, que en aquel momento era el 54 del mundo.
Aquella extraña situación supuso un grave peaje para la imagen de World Padel Tour ya que la mayoría de jugadores, que entonces sí tenían capacidad para salir a hablar y criticar, decidieron alinearse detrás de un comunicado de la PPA que criticaba esta cuestión.
"El espíritu de una wild card debe ser promocionar el pádel a nivel mundial, permitiendo que los jóvenes talentos locales se promocionen y se midan contra los mejores jugadores del circuito, no que estos wild cards se asignen a personas que lo practican de forma amateur y que además le quitan su lugar en el sorteo final a deportistas profesionales".
El caso de Wayne Boich abrió una nueva grieta entre los jugadores y la dirección de World Padel Tour, que asumió lo desagradable de la situación con humildad. Algunos de los jugadores, como sucedió con el caso de Alejandro Galán, decidieron publicar sus quejas también de manera individual, con un duro comunicado a través de sus redes sociales en el que hablaba además de faltas de respeto y de trato condicionado por parte de los aficionados y del speaker del torneo en favor del propio Wayne, conocido por muchos de los asistentes.
"Sufrimos innumerables faltas de respeto del público durante el juego. Se lo comunicamos al jugador que los conoce y sobre todo al árbitro, señalando quienes son, pero se mantienen y pedimos al árbitro y al WPT que antes de seguir jugando por favor tomen medidas para proteger a cualquier jugador de faltas de respeto y nos piden que nos aguantemos. Reanudamos el juego porque queremos seguir, sin ninguna solución. Tras una decisión del juego en la que se pide revisión de video, para más inri, un jugador local al que le han dado un wild card es quien vuelve a faltarnos al respeto repetidas veces y pedimos de nuevo al árbitro (que nos daba la razón, pero que no le dejaban tomar esas decisiones) y a la organización que pusiesen una solución. No la hay".
"Por desgracia el pádel no llena estadios de 80.000 personas, pero al no ser así es fácil identificar a la gente que insulta, que humilla y que falta el respeto. Por suerte son pocos y el pádel sigue siendo un deporte señorial, en el que nos respetamos todos y disfrutamos del espectáculo desde dentro y desde fuera. Por desgracia los jugadores no nos sentimos respaldados por quien tiene que tomar las decisiones y solucionar estos problemas, ya que dentro de la pista fue un gran partido y hubo fairplay de los 4 en todo momento".
"Añadir que el día anterior, en el partido del wild card (jugador local) las faltas de respeto a otros compañeros de profesión también fueron inadmisibles, en este caso no fue una parte del público hacia ellos, sino de la misma organización, permitiendo que el speaker estuviera completamente posicionado, celebrando y alentando al jugador local teniendo así todas las partes implicadas una neutralidad inexistente cuando creo que el WPT debe serlo hacia cualquier pareja y deberían predominar los valores del deporte. Por tanto, creo que WPT no ha estado la altura permitiendo que sucedan estos hechos tan desagradables".
"Y desde aquí, como jugador y amante de este deporte pido un cambio urgente y que estos desagradables acontecimientos no se vuelvan a repetir por el bien de nuestro deporte. Si no queremos que lo de hoy se repita, y queremos crear un deporte basado en la emoción, la competición y el respeto, situaciones como la de hoy no contribuyen a ello. Espero y deseo, que entre todos, podamos reflexionar sobre las cosas que están mal hechas y poder ponerles solución a futuro".
Así fue la queja de los jugadores hacia World Padel Tour, en este caso con la firma de uno de los mejores del mundo como 'Ale' Galán, quien también es el presidente de la famosa PPA. Sin embargo, lo que a principios de 2022 era conflicto, ahora se ha vuelto un silencio extraño, ya que el caso de Youssef Hossam merecía un plante igual o mayor que el conflicto que se generó con el caso Wayne Boich. No obstante, ahora reina el silencio que Qatar ha conseguido con su particular gestión.