Hilaree Nelson ya tiene su despedida. La esquiadora extrema estadounidense fallecida hace unos días en el monte Manaslu recibió este domingo la cremación sherpa. Fue en un acto al que asistieron sus seres queridos como su pareja Jim Morrison, sus familiares y también funcionarios gubernamentales.
La norteamericana recibió su último adiós en Nepal en una ceremonia emotiva en la que se siguió el ritual sherpa. Su cuerpo fue trasladado hasta los campos de cremación en Katmandú en un camión con la parte trasera abierta decorado para la ocasión. Un cartel con la figura de la propia Nelson y unos adornos con guirnaldas de flores acompañaron el cuerpo de la deportista en este viaje.
Durante el funeral, se ofrecieron flores y pañuelos que fueron depositados sobre sus restos. Después, su cuerpo fue depositado sobre una pira de madera que fue encendida por los monjes budistas mientras que tocaban instrumentos y cantaban diferentes oraciones. Los asistentes, por su parte, encendieron incienso para despedir a la esquiadora.
Dos días desaparecida
Hilaree Nelson se había marcado como propósito hollar la cima del monte Manaslu y, posteriormente, emprender el descenso por la cara contraria esquiando. Una peligrosa aventura que emprendió junto a su pareja, Jim Morrison, también habituado a este tipo de desafíos extremos. Ambos consiguieron la primera parte de su propósito, llegar a la cima a 8.163 metros sobre el nivel del mar, pero después, aquel 26 de septiembre, se desencadenó la tragedia.
En ese descenso, Hilaree Nelson perdió el equilibrio y después se sucedió una avalancha que resultó fatal. La caída de más de 1.500 metros fue determinante y además su cuerpo terminó en una zona de difícil acceso. Todo ello lo vio en primera persona su pareja, Jim Morrison, que inmediatamente avisó a las autoridades y emprendió una búsqueda que duró un par de días.
"Hice todo lo que pude por localizarle, pero fui incapaz de descender por aquella vertiente, aunque esperara encontrarla con vida y vivir mi vida con ella", expresó Morrison. Tras más de 48 horas de búsqueda, su cuerpo fue localizado pero ya nada podía hacerse por evitar el fallecimiento de Hilaree Nelson.
En aquellas labores de búsqueda y rescate también influyó el mal tiempo. El cuerpo cayó a una zona a la que era complicado acceder pero el mal tiempo impidió que los equipos de socorro pudieran acercarse. De hecho, el día de la caída de Nelson también se produjo otra avalancha que terminó con la vida de un nepalí e hirió a otros escaladores.
Nelson y Morrison ya tenían experiencia previa en el asalto a las cimas más altas del mundo. En 2018 lograron subir hasta la cumbre del monte Lhotse, aunque la desgracia se cebó con ellos en el Manaslu.
Estas muertes han vuelto a poner sobre la mesa el debate de la explotación que estas cimas experimentan ante las multitudinarias peticiones de escalada que reciben. De hecho, durante la temporada de otoño de este año, el gobierno nepalí ya ha concedido más de medio millar de permisos, algo que aumenta exponencialmente las posibilidades de que este tipo de desgracias se sigan produciendo.