El pasado 28 de abril se hacía oficial la decisión de World Rugby que dejaba a España fuera del Mundial del año 2023. El XV del León había peleado durante 24 años por ganarse una plaza en el torneo más importante para ver como una decisión no deportiva rompía su sueño. Un premio que había llegado después de muchos intentos fallidos y de muchas ilusiones rotas.
Sin embargo, la Selección fue sancionada debido a que se había cometido una falta grave de alineación indebida. El llamado como 'caso Van den Berg'. Gavin, de origen sudafricano, había disputado dos partidos con España que se saldaron con victoria para el combinado nacional cuando este no podía haberlo hecho por normativa.
Durante la pandemia, pasó más días fuera de España de los que están permitidos para los jugadores foráneos. Una cifra que tiene un límite de 60 y que él excedió ocasionando un grave perjuicio para todos sus compañeros y también al rugby nacional. La Federación Internacional se mostró inflexible y, al dar por perdidos los dos encuentros a España, la dejó fuera del evento que se disputará en Francia.
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Una decisión histórica que, por consiguiente, traía la clasificación de Rumanía y una plaza en la repesca para Portugal tras el movimiento de piezas. España había obtenido su pase de manera directa al terminar segunda en el Seis Naciones de categoría B. En aquella ocasión fue Rumanía quien denunció para que les fueran dados como derrotas a España los partidos que había ganado en el campo. Y ahora, en lo que podría ser una especie de venganza por aquello, ha sido España quien ha denunciado una situación similar en el equipo rumano.
El 'caso Jason Tomane'
Jason Tomane es el nombre del jugador que podría convertirse en el Gavin Van den Berg de Rumanía. En su caso, tiene origen neozelandés y al parecer, tal y como ha denunciado la Federación Española de Rugby, habría incumplido también la normativa que impide a los jugadores extranjeros abandonar su nuevo país durante más de dos meses.
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Durante esta semana, la FER ha presentado dicha denuncia tras haber estudiado el caso de Tomane y tener la certeza de que, efectivamente, había excedido el límite de días que podría haber pasado fuera de Rumanía. Además, en el caso de Jason, disputó hasta cuatro partidos con el combinado rumano, dos más de los que en su día había jugado Gavin con España.
En el caso del sudafricano afincado en España fueron un total de 127, por lo que su falta fue realmente importante al superar en más del doble de días los permitidos por el reglamento de World Rugby. La investigación llevada a cabo por la FER tiene su punto álgido en una serie de descubrimientos realizados a través de las redes sociales del entorno del jugador.
Al parecer, la esposa de Jason Tomane mostró su felicidad por la gran hospitalidad que se encontraron tanto ella como el jugador rumano durante un viaje realizado a Hungría y que habría durado, al menos, tres meses. De ser ciertas estas cifras, se volverían a superar esos 60 días que un jugador extranjero tiene como máximo para estar fuera del país en un periodo de tres años. Así pues, la vía que hace tres meses le dio la victoria a Rumanía sobre España, ahora podría quitársela.
La duda ahora está en saber si Tomane tenía una autorización expresa para poder saltarse esa norma, ya que a veces, si hay causas justificadas, se ofrecen una serie de permisos por parte de la Federación Internacional. No hay constancia de la misma, aunque el combinado rumano afirma que sí existe y que por eso están tranquilos ante el posible veredicto.
Otro cambio de escenario
España ha elevado esa denuncia a World Rugby, quien tiene que estudiar el caso como en su día ya sucedió con el de Gavin Van den Berg y que, de momento, dejó a España fuera de la cita de Francia. Ahora, lo que iba a ser el regreso de la Selección a un Mundial 24 años después y que se convirtió en una pesadilla, podría volver a ser una vía para acceder al torneo.
En caso de que la Federación Internacional aceptara el recurso de España, Rumanía tendría que ver como los cuatro partidos en los que participó Jason cambian de ser victorias a ser derrotas. Por consiguiente, perderían su plaza de clasificación directa, como en su día le pasó a la FER, y sería Portugal quien accedería al evento.
El siguiente paso sería que España volvería a tener opciones de ir al Mundial porque ganaría un puesto para pelear en la repesca. No es el premio que el equipo nacional merecía y se había ganado en el campo, pero al menos sí es tener una esperanza de luchar de nuevo por su sueño.
A pesar de que en la FER mantienen vivo este hilo de esperanza de recuperar algo de terreno, España también está pendiente de lo que suceda con el caso de Gavin Van den Berg, el cual no está cerrado todavía. De momento, se mantiene abierto un proceso de apelación cuya vista se produjo el pasado jueves 16 de junio.
Una sesión interminable que duró varias horas y en la que España expuso su recurso, asegurando que la contribución de Van den Berg a las dos victorias contundentes del equipo fue residual. Por lo tanto, la sanción sería totalmente desproporcionada. La Selección venció sus encuentros por un margen de más de 40 puntos.
El gran problema en este asunto es que España es reincidente en estas situaciones, ya que el XV del León también se perdió el Mundial en 2018 por un caso similar. Esto llevó a la junta directiva de la FER a anunciar su dimisión tras el estallido del 'caso Van den Berg'. La decisión de World Rugby ya debería haber llegado, pero la demora se interpreta como algo positivo porque referencia que, al menos, hay debate. Y España, mientras tanto, apura todas sus opciones de estar en el Mundial o en la repesca.