En Francia han destapado un caso de drogas en el mundo del rugby. Algo que no es de hoy, sino que se viene arrastrando a lo largo de los últimos años. Tal y como revela L'Équipe "la cocaína se ha vuelto un lugar común". Los profesionales pasaron de fumar de vez en cuando un porro de marihuana a ser consumidores de cocaína. Entonces, ¿cómo es posible saltarse los controles de dopaje?
La respuesta va implícita en el modus operandi de la Federación Francesa de Rugby (FFR). Los controles antidopaje están a la orden del día durante los partidos. Pero no durante las semanas de entrenamientos. La droga dura 48 horas en el organismo, por lo que si lo toman a principios de semana, para cuando llegan los partidos, su sistema está limpio, según destacan desde la propia Federación.
El problema es pasado y presente del rugby. Y, probablemente, también futuro. Desde hace décadas el polvo blanco entró de lleno en este deporte. Algo que se confirma en este citado informe del medio francés en el que prestan testimonio incluso varios jugadores del Top 14. De una de las declaraciones más demoledoras no se conoce el nombre del autor, pero dice lo siguiente: "La adrenalina la encuentras con la cocaína".
"Deseo que cualquier hombre promedio sea un deportista profesional algún día, gane mucho dinero y esté bajo presión de la mañana a la noche. Es complicado vivir al día. Nadie puede entenderlo hasta que lo ha vivido, jugado y sido aplaudido por miles de personas. Cuando tienes que comer bien toda la vida, entrenar, hacer todo lo que te digan, estar al 800 por ciento de la mañana a la noche, los siete días de la semana, en algún momento tienes que salir, divertirte, relajar la presión. Algunos caminan, otros se drogan. Lo mismo cuando te encuentras en la grada y no juegas: esa adrenalina la encuentras con la cocaína", señala este jugador con identidad oculta.
Consumo común
El prestigioso medio galo destaca que los casos conocidos, como el de James Maloney, no son situaciones aisladas en este deporte. De ahí la oración ya señalada antes, cuyo autor tampoco se conoce: "La cocaína se ha vuelto un lugar común. Cuando empecé, algunas personas fumaban su pequeño cigarrillo de cannabis. Eso fue reemplazado por la cocaína".
Una línea que mantiene otro de esos jugadores que prestaron testimonio: "Tomé un poco de 'coca', ¿y qué? No tengo nada que ocultar. No es nada excepcional. Todo el mundo lo consume en el medio. Los jugadores del Top 14 actualmente activos están tomando". Anónimos todos ellos en lo que se refiere al informe, pero que en el rugby francés todos conocen quiénes son, quiénes consumen.
Un consumo normalizado, en parte por la trampa que ahí detrás del seguimiento de los controles contra el dopaje. Así lo explica Christian Bagate, una de esas personas que están detrás de esta lucha en la Federación Francesa de Rugby: "La cocaína solo permanece en la orina un máximo de 48 horas. Los jugadores la toman al inicio de la semana. Ya no hay rastros de drogas en los días de partido. Tampoco hemos tenido ningún caso de control positivo por cocaína en competición, aunque sabemos muy bien que los jugadores la toman. Incluso es cada vez más probable".
Problema profesional y también en el plano amateur del rugby. Tal y como desvela la Agencia Francesa para la Lucha contra el Dopaje (AFLD), han llegado a recibir hasta siete expedientes, con pruebas incluidas, sobre el consumo de esta sustancia. Un jugador de la segunda división, Pro D2, no quiere desvelar su identidad, pero confirma que "en algunos rincones de Francia, después de un partido, es la fiesta de la cocaína".
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