El Clermont Foot 63 no es uno de los clubes más famosos de la Ligue-1. Alejado de esos grandes nombres que suponen el Paris Saint-Germain, el Olympique de Lyon, el Olympique de Marsella, el Rennes o el Mónaco, este humilde equipo fue testigo directo de la mejor actuación conjunta de Mbappé, Messi y Neymar esta temporada.
Después de las 31 primeras jornadas de la liga francesa, el Clermont se sitúa justo por encima de los puestos de descenso. Siete victorias, siete empates y 17 derrotas para sumar un total de 28 puntos a estas alturas de la campaña. Uno más que el Saint-Étienne, dos por encima del Bordeaux y cinco más que el Metz.
Aunque si por algo destaca el Clermont es por tener un proyecto de lo más atípico dentro de las grandes ligas del fútbol europeo. ¿Por qué? El motivo no es otro que su postura cuando se habla del mercado de fichajes. El club no compra. Ni caro ni barato. Todos los jugadores que llegan a su disciplina lo hacen a coste cero.
Otra pregunta que puede venir a la mente es la siguiente: ¿puede un club con esta política asentarse en una de las cinco grandes ligas de Europa? Pues bien, el Clermont es por lo que está luchando. Fue al termino de la pasada temporada 2020/2021 cuando logró el ascenso de la Ligue-2 a la Ligue-1. Y todo ello con un presupuesto de tan solo 20 millones de euros. Una cifra muy lejana a los más de 600 millones del PSG, por ejemplo.
Otro tipo de modelo
Creado en el año 1990, se puede decir sin rodeos que el Clermont Foot 63 es un club relativamente recién nacido, con sus casi 32 años de vida. En la ciudad, no es un equipo que atraiga masas. Y no por sus orígenes humildes, sino porque en esa zona de Francia, el rugby manda. Pese a todas las piedras en el camino, el equipo de fútbol ha ido haciéndose un hueco en el corazón de los aficionados y del país también.
Aunque de entre todas sus características, si por algo llama la atención tanto dentro como fuera de las fronteras galas es por ese modus operandi de no pagar nada por los traspasos. Eso sí, como toda norma, también aquí se haya una excepción. De cara a la temporada 2016/2017, el Clermont desembolsó 380.000 euros por el delantero centro senegalés Famara Diédhiou.
Estos 380.000 euros marcan un récord dentro de la entidad francesa. Ni antes ni después han vuelto a poner dinero sobre la mesa para hacerse con el fichaje de un jugador. Y sí. Es posible sobrevivir así. No solo eso, sino ir quemando etapas hasta llegar a la categoría de oro del fútbol galo y estar luchando por la permanencia con clubes como el Bordeaux, Metz o Saint-Étienne.
Futbolistas libres y un gran despliegue de escuelas de fútbol. En especial, en el continente africano. Países como Sudáfrica o Malí se convierten en núcleos para el Clermont Foot 63 gracias a figuras como la de Jean-Marc Guillou. Gracias a su trabajo de captación, hasta este humilde club francés llegan figuras de la talla de Mohamed Bayo, quien el pasado curso se proclamó pichichi de la Ligue-2 y en la Ligue-1 es una de las revelaciones de la 2021/2022.
También 'se habla español' en el vestuario. Oriol Busquets salió de la cantera del Fútbol Club Barcelona rumbo al Clermont Foot 63 el pasado verano. Lo hizo, por supuesto, gratis y firmando hasta junio de 2024. Aunque apenas ha gozado de oportunidades hasta el momento el futbolista catalán.
Apenas 130 minutos en los siete partidos que ha disputado entre la Ligue-1 y la Coupe de France. Precisamente, jugó contra el PSG de Mbappé, aunque bien es cierto que su papel fue tan solo testimonial con los seis minutos que estuvo dentro del terreno de juego. Antes que él también tuvo un breve paso por este equipo el burgalés Mario González procedente de la cantera del Villarreal. Ahora juega en el Braga luso.
Como una última anécdota, el Clermont se convirtió en el primer equipo masculino de fútbol profesional en apostar por una mujer en el papel de entrenadora. Fue en 2013 cuando apostaron por Helena Costa, aunque no pudo llegar a debutar en el banquillo por culpa del machismo. Pese a ello, hicieron frente al problema y nombraron a Corinne Diacre como la técnica principal, cargo en el que estuvo durante tres temporadas (con un 47 por ciento de victorias) antes de tomar las riendas de la selección francesa de fútbol femenino.
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