El boxeo en Cuba vuelve a ser profesional: fin a la ley de Fidel Castro que provocó huidas a España

Los vestigios del comunismo de Fidel Castro siguen teniendo cierta presencia en Cuba. El país no ha permitido a muchos de sus deportistas ser profesionales a lo largo de la historia por la usura del liberalismo que se rechazaba en la isla. Antes tenían que renunciar a la bandera. Esa realidad han vivido los boxeadores, cuando algunos preferían seguir por la patria y otros miraban por sí mismos. Eso repercutió sobre el boxeo en España, que ha recibido púgiles de esta isla. Ahora ya no tendrán que hacerlo.

Cuba fue en la década de los 50 una eminencia en el boxeo. Son varios los nombres en la historia que sobresalieron en peleas por los grandes cinturones. Pero, tras la revolución de Castro, se abolió el deporte profesional en 1962. Eso supuso que los boxeadores solo tenían dos opciones: seguir luchando en el país y optar, por ejemplo, a las medallas en los Juegos Olímpicos. O 'traicionar a la patria', exiliarse y pelear por otra nación. Eso ya no volverá a ser así.

El presidente de la Federación Cubana de Boxeo, Alberto Puig, hizo oficial el anuncio: "Desde hace tres años y medio estamos trabajando en un contrato que realmente se corresponda con la filosofía del deporte cubano, en el caso de la inserción de nuestros boxeadores al boxeo profesional". La FCB firmó un "contrato de representación" con la empresa mexicana Golden Ring para tener en mayo los primeros combates en México.

De esta manera, grandes púgiles como Julio César La Cruz, doble campeón olímpico y campeón del mundo amateur en cinco ocasiones, Arlén López, Roniel Iglesias y Andy Cruz podrán debutar en el boxeo profesional. Ellos permanecieron bajo la bandera cubana. No hicieron lo mismo boxeadores como Emmanuel Reyes Pla, que ahora defiende los intereses de España y que espera pasar pronto al profesionalismo. Allí se podría dar un nuevo encuentro como el de los pasados Juegos Olímpicos.

El paso al profesionalismo

Durante los años oscuros en los que los cubanos no podían ser profesionales, muchos huyeron para hacer su carrera sobre todo en Estados Unidos. No fue el caso de Teófilo Stevenson, uno de los mejores boxeadores de la historia de Cuba. En 1976, Muhammad Alí ya tenía 34 años y su mejor forma y condición habían pasado hacía rato. Su carrera estaba inmersa en un interrogante, pese al magnetismo que todavía generaba. Pero Don Nelson, el promotor del legendario púgil, quiso dar un golpe encima de la mesa enfrentándolo al caribeño.

"No dejaré mi país por un millón de dólares ni por mucho más. ¿Qué significa un millón de dólares comparado con el amor de ocho millones de cubanos?", esa fue la respuesta de Teófilo. Ni Nelson, ni Bob Arum pudieron convencerle. Unos años antes, cuando Stevenson causaba furor entre los amantes del boxeo, la revista norteamericana Sports Illustrated le dedicó una portada a Stevenson con el título "Antes rojo que rico" y un artículo en el que decía: "Démosle dos, quizá tres años más, y probablemente tendremos en él a un campeón mundial de los pesos pesados del boxeo profesional...". Nunca sucedió.

El boxeo pudo debutar en 2014 en competencias de nivel semiprofesional a través del equipo local 'Dompteurs de Cuba' que participa en la Serie Mundial de Boxeo (WSB). Este equipo ganó tres de las cinco ediciones en las que participó, la última en 2018. Ahora llegará el debut profesional de los peleadores cubanos. Este será a seis rounds y en los próximos días se hará un anuncio respecto a sus rivales. Se esperan al menos cuatro carteleras en las que tengan acción.

Sobre el cuadrilátero, la isla del Caribe ha sido imbatible por mucho tiempo en la categoría de aficionados, con 80 títulos mundiales y 41 olímpicos, incluso cuando, con el pasar de los años, sufrió numerosas deserciones de boxeadores que se fueron en busca de un mejor futuro. "Ahora participar en las ligas profesionales va a aumentar nuestro nivel competitivo, ya que vamos a enfrentarnos a boxeadores de alto nivel, como nosotros, y eso nos permitirá seguir en la élite del boxeo", explicó el púgil cubano La Cruz.

Los exiliados en España

El ejemplo más reciente es el de Emmanuel Reyes Pla. El bronce mundialista y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 nació en La Habana y llegó a España hace ya casi cinco años. Hizo una dura travesía desde Cuba por varios países hasta llegar a nuestro territorio. Fue detenido en la frontera entre Alemania y Francia y pasó por otros momentos de pesadilla. Pero llegó a La Coruña y empezó a vivir la vida que siempre quiso junto a su familia.

En EL ESPAÑOL explicaba, tras el caso de Jordan Díaz, por qué fue la mejor decisión de su vida: "Todo cubano que se va es para luchar por su familia y tener una vida mejor. Allí tus logros no son recompensados como para poder darle cosas a tu familia. Si eres campeón, te quitan mucho dinero y te dan lo que les da la gana. Igual un coche o una casa, pero después te tienes que ir pagando tú los gastos. Lo poco que te queda se te va en eso, que encima es viejo".

Pero antes de Reyes Pla, estuvo José Legrá. 'El puma de Baracoa' fue un increíble peso pluma cubano, nacionalizado español. Con un récord de 133 victorias, 50 por KO, pasó a la leyenda del boxeo nacional a la altura de los Velasco, Urtain y Velázquez. Tenía un estilo que gustaba, muy técnico y vistoso por lo que junto a su arrogancia y ser un poco bocazas, fue bautizado en muchos sitios como 'El pequeño Cassius Clay'.

Cuba busca reeditar ahora las historias de los Gerardo 'Kid Gavilán' González, Benny Paret y Eligio 'Kid Chocolate' Sardinas. Eso sí, todavía se desconoce cómo el gobierno cubano manejará el tema de las bolsas que ganarán los púgiles. En cualquier caso, es un paso más para que el deporte cubano tenga las mismas oportunidades que en el resto del mundo de hacer historia como deportistas profesionales. El próximo campeón de los pesos pesados podría ser de Cuba.

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