A lo largo de la historia han sido varios los deportistas cubanos que se han nacionalizado españoles. El último ha sido Jordan Díaz, gran promesa del atletismo mundial que aspiraba, incluso, a llevarse medalla en Tokio 2020. Iba a competir representando a Cuba, pero un mes antes decidió cambiar su vida y fugarse de la expedición de su país que se preparaba para unos torneos en España.
Este martes, Jordan Díaz obtuvo la nacionalidad española. Le llegó solo siete meses después de tomar una decisión que otros compatriotas suyos tomaron antes. Él les siguió sin saber muy bien por lo que tendría que pasar. Se escondió en Zaragoza un tiempo, pero encontró un 'ángel de la guarda', la saltadora Ana Peleteiro, que instó al CSD a tratar su caso y le llevó a Guadalajara a entrenar con su equipo.
La aventura de Jordan tendrá final feliz. Lo tendrá una vez pueda competir en París 2024 representando a España. Y lo tendrá como lo tuvieron la de otros como el saltador Orlando Ortega, plata olímpico con España en Río 2016, o el boxeador Enmanuel Reyes Pla, bronce mundialista en 2021. Ellos también se nacionalizaron españoles siendo de Cuba.
Enmanuel se enteraba del caso de Jordan Díaz este miércoles, como reconoce a EL ESPAÑOL. Es nacido en La Habana, como él, y llegó a España hace ya casi cinco años. Cada uno tiene su historia y la del púgil le llevó a realizar una dura travesía desde Cuba por varios países hasta llegar a nuestro territorio. Fue detenido en la frontera entre Alemania y Francia y pasó por otros momentos de pesadilla. Pero llegó a La Coruña y empezó a vivir la vida que siempre quiso junto a su familia.
"Fue la mejor decisión que he tomado. No me arrepiento de todo aquello y lo volvería a hacer. Mi vida y la de mi familia ha cambiado. Ahora es una vida decente", cuenta. Se fue de Cuba por lo que había allí para deportistas como él, que veía cómo las oportunidades iban siempre para los mismos y cómo púgiles de otros países a los que había ganado tenían una mejor vida que él.
"Todo cubano que se va es para luchar por su familia y tener una vida mejor. Allí tus logros no son recompensados como para poder darle cosas a tu familia. Si eres campeón, te quitan mucho dinero y te dan lo que les da la gana. Igual un coche o una casa, pero después te tienes que ir pagando tú los gastos. Lo poco que te queda se te va en eso, que encima es viejo", denuncia.
¿De qué sirve ser campeón olímpico en Cuba si acabas mendigando en la calle?
La realidad en Cuba
La realidad allí es muy diferente de lo que se vive en Europa o en Estados Unidos: "¿De qué te sirve ser campeón olímpico en Cuba? Te dan un salario de 300 de por vida, pero tienes que alimentar a tu familia o vestirte. Eso no es dinero para un tipo que ha luchado así cinco, ocho o 20 años de su vida. Los que han sido deportistas grandes, cuando terminan en el deporte, se ponen a mendigar en la calle a pedir favor a la gente. Esa es la realidad del deportista cubano".
"Todo en Cuba acaba en represión", lamenta Enmanuel. Actos intrascendentes, a priori, como irse de vacaciones a otro país o casarse con una persona extranjera puedan acabar señalando a un deportista cubano como posible desertor.
A Enmanuel le han tratado de desertor desde que decidió venir a España: "Así nos llaman a los que nos quedamos. No somos eso. Somos personas que tratamos de buscarnos la vida, que queremos prosperar y ser alguien mejor, con nuestro trabajo y nuestro sudor", reclama.
Niurka, Lino, Ortega...
Enmanuel, como Jordan, siguió el camino que otros iniciaron antes. De los primeros casos fue el de la saltadora de longitud Niurka Montalvo (La Habana, 1968). Obtuvo la nacionalidad española en 1999, pero la Federación Cubana, amparada por la norma que impide a los atletas de un país participar con otro hasta pasados tres años de su nacionalización, le dejó sin competir con España en Sídney 2000. En 2007 entró en política y en 2013 fue imputada en el caso Gürtel.
Joan Lino (La Habana, 1978) fue otro saltador de longitud que nacionalizó español y rascó bronce olímpico en Atenas 2004. Metal olímpico también cazó Orlando Ortega (La Habana, 1991), pero siendo plata y en Río 2016. El caso de Jordan Díaz recuerda al del vallista, que era el relevo del campeón mundial Dairon Robles, pero decidió competir con España siendo aquellos JJOO su primer certamen representando al país.
Crecen las salidas de Cuba
Los casos crecen con los años: "La gente accede a las redes, han dejado acceso a Internet en Cuba y los deportistas ven a otros peores que ellos ganar mucho más. La gente se está quitando la venda de los ojos y los deportistas cubanos están saliendo porque saben que donde van a lograr cosas no es fuera, sin represión por lo que diga o por lo que haga".
La misma semana que Jordan Díaz desertó, como llama a esto el oficialismo, se dio también el caso de un jugador de baloncesto cubano, Raudelis Guerra, que abandonó el equipo de su país en Madrid, mientras hacía escala rumbo a El Salvador de cara al torneo clasificatorio para el Mundial. Semanas antes fueron cuatro miembros del equipo nacional de béisbol los que hicieron lo mismo.
Obviamente, los hay que se quedan en Cuba: "Hay gente que está de acuerdo con esa política. Es su deseo y eso no se le puede negar a nadie. Seguirán igual. Yo aplaudo al que dio el paso como lo dí yo, como lo dio este muchacho (Jordan Díaz). Es por su familia y por ser alguien, ser persona. Allí no puedes serlo", sostiene Enmanuel en declaraciones a este diario.
La gente no se va de Cuba por ser bueno o malo, se va porque quiere prosperar
Enmanuel encontró su casa en España, un lugar en el que criar a su hijo. El idioma es lo que hace todavía más atractivo para deportistas cubanos trasladarse hasta aquí. "El que se queda aquí es porque se siente cómodo. Es el mismo idioma y te van a recibir bien si vienes con deseo de trabajar y de triunfar", dice el púgil. Y añade: "España me abrió las puertas desde que llegué y me ha hecho aprender y conocer cosas que no podía conocer estando en Cuba, como visitar otros países. Estoy logrando cosas que no iba a lograr en ese país".
Enmanuel ya sabe lo que es competir en unos JJOO, los de Tokio, representando a España y el 2021 lo cerró con un hito histórico al conseguir un bronce en un Mundial, lo cual no se lograba desde hacía casi 50 años. "A veces me dicen que me fui porque era malo. La gente no se va de Cuba por ser bueno o malo, se va porque quiere prosperar", defiende. Jordan Díaz, la gran promesa del atletismo mundial, quiere tambiémn lograr sus metas bajo la nacionalidad española.
[Más información: Jordan Díaz, la gran promesa del atletismo que se escondió en Zaragoza y España ha nacionalizado]