El ridículo que está haciendo España con el asunto de los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030 es uno de los más importantes de la historia reciente del país. Antes eran otros los que venían desde fuera a chafar nuestros proyectos. Ahora son las absurdas rivalidades que genera el independentismo y la inoperancia de algunos políticos las que ponen muy cuesta arriba que el Pirineo pueda optar a organizar esta competición. A más de uno se le ha olvidado que se trata de deporte en primer lugar.
La idea del Comité Olímpico Español y de su presidente, Alejandro Blanco, de que Aragón y Cataluña se unieran para poder crear el proyecto más sólido posible se desvanece a pesar de todos sus esfuerzos. Sin embargo, cada capítulo de esta crisis, que es ya como una telenovela barata, demuestra que está solo ante el peligro de una comunidad harta de ser pisoteada y de otra que quiere imponer su ley cueste lo que cueste.
En esas aparece la figura del Ministro de Cultura y Deporte para, intentando apagar el fuego, terminar echando más gasolina a las llamas con unas declaraciones de lo más extrañas. Especialmente cuando el asunto está más caldeado que nunca tras la negación de Aragón de haber llegado a un pacto de la concordia con el gobierno de Pere Aragonès y la Generalitat de Cataluña.
Fue esa noticia, la del común acuerdo, la que sorprendió a todos porque teniendo en cuenta las tensiones que había, y sigue habiendo, era casi una quimera que los dos equipos políticos afectados hubieran llegado a un entendimiento. Por eso, el hecho de que Aragón haya desmentido ese pacto vuelve a poner de manifiesto que faltan dosis de mando y que desde el Gobierno central, o no se está haciendo nada por arreglar la situación, o sus intentos son insuficientes.
La sabiduría de Iceta
Mientras el Partido Socialista de Cataluña que lidera Salvador Illa participaba en un evento junto a Alejandro Blanco para promocionar la concordia y seguir soñando con ese proyecto conjunto de Barcelona-Pirineos 2030, Aragón se encargaba de desmentir el extraño pacto. Y por si esto fuera poco, Miquel Iceta, exlíder del PSC y actual Ministro de Cultura y Deporte, utilizaba ese acto para echar más sal en las heridas.
Iceta fue directo y contundente en su parlamento. Sin embargo, quedó en evidencia por sus propias palabras. Señalando a los dos líderes de Aragón y Cataluña, que no son capaces de ponerse de acuerdo, indicó que se debe dejar trabajar a las personas que realmente saben para poder cerrar el proyecto. Por eso, aquellos que no están por la labor de colaborar deben echarse a un lado y "no estorbar".
Sin embargo, lo que muchos se preguntan, y casi se contestan, es que quiénes son realmente esas personas que supuestamente saben cuando el Gobierno central y el propio Ministerio de Deportes ya han demostrado su incapacidad y hasta su dejadez a la hora de resolver el caso. Si la máxima autoridad deportiva del estado ha permitido que el asunto se le haya ido de las manos, ¿quién se supone que debe arreglarlo? Mientras en el Comité Olímpico Español no dan abasto, desde el Ministerio se entorpece todo con lecciones que no vienen a cuento. Y el conflicto sigue creciendo.
Ha quedado demostrado en todo momento que la falta de liderazgo para tomar las riendas del proyecto y unir puentes del Gobierno ha sido total. Siempre se ha concebido esta candidatura a los JJOO de Invierno de 2030 como un proyecto de país. Pero a medida que ha ido creciendo, ha estado más y más descabezado. Y ahora van a ser los que se supone que saben los que lo van a solucionar después de haberse escondido durante meses de broncas y desplantes de por parte de Cataluña hacia Aragón.
Negación de la realidad
Desde el Ministerio de Deportes no solo han pecado de falta de implicación y de capacidad para solucionar el conflicto. También se está cayendo en el error de enmascarar la realidad y de alimentar falsas esperanzas. A pesar de que el COE se ha bajado de su idea de pelear con Madrid por los Juegos Olímpicos del año 2036, tienen muy complicado poder revertir una situación en la que se acaba el tiempo sin que nadie ceda.
Aragón se ha hartado de poner la otra mejilla y el separatismo catalán sigue campando a sus anchas e intentando imponer su voluntad. Y en paralelo, ambos empiezan a idear sus proyectos en solitario, algo que el COE ya ha dejado claro que no tiene posibilidad de éxito.
"Lo tenemos bien, pero lo podemos malmeter si nos dividimos, si nos peleamos y si no presentamos una candidatura solvente", decía Iceta en esa intervención liderada por el PSC y la Fundació Campalans. Un mensaje que llega muchos meses tarde porque eso ya es algo que ha denunciado Alejandro Blanco en infinidad de ocasiones.
Sin embargo, Miquel Iceta parece haberse dado cuenta ahora, cuando el proyecto ya debería estar definido para ser entregado al COI. Si además de enterarse tarde del problema, también se va a ir rezagado con las soluciones, los JJOO de Invierno de 2030 volarán para siempre rumbo a candidaturas como Vancouver o Salt Lake City.
El ministro también valoró que de conseguirse este reto, la cita olímpica traería grandes beneficios a largo plazo para la montaña catalana y aragonesa. Implicaría la agilización de inversiones que todavía están pendientes para favorecer la economía local una vez pasaran los Juegos. Pelear este premio para cumplir con lo ya adeudado, básicamente.
El COE no se rinde
Mientras Miquel Iceta caía en contradicciones como pedir actuar a los que saben después de haber demostrado inoperancia y falta de mando, Alejandro Blanco se ponía una vez más al frente del proyecto. Intentando tocar el lado más sensible de los protagonistas, en dicho acto de la Fundació Campalans apelaba al sentimiento y al respeto de unos valores de diálogo y entendimiento para intentar recuperar la unión perdida y que el Gobierno no ha podido recuperar.
"Si somos capaces, en un momento de confusión y enfrentamiento, de tener una idea común y trabajar todos en pos de esa idea, recorriendo el camino juntos, entonces hemos ganado la candidatura. A partir de ahí, sea el momento que sea, los Pirineos tendrán JJOO". Blanco sabe que España tiene la carta ganadora, pero necesita hacer ver a las instancias que, o se fuerza a los agentes implicados a un acuerdo total y a un pacto de estado, o no habrá nada que hacer.
El presidente del COE sabe que la lupa del Comité Olímpico Internacional está puesta sobre la guerra que están aireando constantemente Cataluña y Aragón. Eso debilita y mucho la posibilidad de una valoración positiva incluso antes de cerrar el proyecto. Estaría herido de muerte antes de la batalla.
El COI no quiere que su imagen se relacione a la división de pueblos y territorios, que es lo que ahora mismo denota el proyecto de España. Habrá que ver si aquellos que ahora parecen querer solucionarlo encuentran por fin el camino y todo termina llegando a buen puerto.
[Más información: Benasque y Jaca, los feudos de la candidatura olímpica de Aragón 2030: la vía para unos JJOO sin Cataluña]