Bruno Hortelano empieza a ver la luz. Después de varios años de idas y venidas, de dudas y lesiones, el atleta español nacido en Australia parece haber encontrado el camino de vuelta a los éxitos. Sus últimas apariciones auguran una gran temporada 2022 y están significando su retorno a la élite, algo que parecía impensable cuando hace solo unos meses tenía en mente la retirada a sus 30 años.
El corredor español ha alternado sus presencias en las pruebas de explosividad y la media distancia, haciendo apariciones en los 200 y los 400 metros. Y lo que confirma su mejoría es que en ambas ha rendido a un gran nivel, seguramente como hacía años que no podía hacerlo. Pero por encima de sus tiempos están sus sensaciones, ya que Bruno vuelve a volar sobre el tartán y empieza a divisar éxitos y objetivos a largo plazo.
Ahora parece que va la vencida, la de su retorno a la élite o, por lo menos, a volver a disfrutar de correr, del deporte y de la competición. Después de haber superado años muy malos, lleva casi cuatro sin hacer apariciones al máximo nivel, Bruno está cada vez más cerca de cobrarse la revancha. Madrid y Salamanca le han visto volar recientemente, pero pronto lo harán competiciones como los Europeos, los Mundiales y quien sabe si también los Juegos Olímpicos de París 2024.
Vuelven las buenas sensaciones
Bruno Hortelano está recuperando la sonrisa. Aunque todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo, lo cierto es que este 2022 está siendo muy positivo. Incluso por encima de las mejores expectativas posibles. El velocista nacido en Wollongong ha participado en varias pruebas brillando en muchas de ellas, especialmente en el 200 de Madrid y el 400 de Salamanca que le han permitido alcanzar registros que hacía mucho tiempo que no podía lograr.
La primera fue hace tan solo unos días en la pista cubierta salmantina donde tomó la salida en una prueba de los 400 metros lisos, una distancia que está frecuentando mucho este curso. No es su fuerte, pero poco a poco está consiguiendo obtener cada vez mejores resultados. Como él mismo afirma, aprovecha su velocidad y su explosividad para ganar una buena posición en los primeros metros y adelantar rivales. Y después intenta gestionarse para no llegar desfondado a meta en una carrera que dura el doble de la que en realidad es su puesto fuerte.
Bruno lleva casi cuatro años sin vestir los colores del equipo nacional, desde el Europeo de Berlín 2018. Sin embargo, ahora está muy cerca de hacerlo ya que gracias a su marca conseguida en Salamanca ha logrado la mínima mundialista para estar en la cita de Belgrado de este curso.
El atleta español se llevó la prueba con un tiempo de 46.21, lo que supone su mejor marca personal en la especialidad bajo techo. Cierto es que no ha sido una disciplina que haya frecuentado mucho, pero la mejoría de su crono ha sido notable ya que el anterior databa de 2014 y se situaba en 47.04 bajo techo. Sin embargo, lo más importante, además de esa posible presencia en el Mundial de Belgrado, es el hecho de haber ganado el control nacional contra rivales de cierta altura. En la prueba estaba un Óscar Husillos que se retiró por lesión y el joven talento Bernat Erta, que venía de ganarle hacía solo unas semanas en la misma pista.
El duelo entre ambos fue épico, pero esta vez Bruno aguantó el tipo hasta el final demostrando que hay brotes verdes en su recuperación y en su estado de forma. Tal fue la pelea que el campeón europeo de 200 metros en 2016 llevó a Erta a firmar también su mejor marca personal con 46.39, lo que le sirve también para marcar la mínima mundialista.
Hortelano se confirma
Lo de Salamanca podría haber sido un hecho aislado. De hecho, Bruno los ha tenido en estos años en los que parecía que podía volver, pero se terminaba estancando. Había tenido grandes carreras en día puntuales con mucho brillo, pero sin continuidad. Este año parece que sí está encontrando esa zancada y esa explosividad que le ayuden a confirmarse como un valor a seguir de nuevo en la élite.
Así lo ha vuelto a demostrar en Madrid, en el polideportivo de Gallur, donde esta vez ha volado en la prueba de los 200 metros. Ahí, Bruno no solo ha competido contra sus propias sensaciones, si no también contra el tiempo de sus rivales y ha dejado un registro que vuelve a invitar al optimismo con su situación.
El plusmarquista nacional de 100, 200 y 400 al aire libre consiguió la mejor marca española del año del doble hectómetro en pista cubierta. Un logro que no brillará mucho en su enorme palmarés, pero que vuelve a confirmar la tendencia que viene marcando en las últimas semanas.
Con su tiempo de 20.92, Bruno se ha convertido en el triunfador oficial de lo que va de invierno después de haber mejorado en cinco centésimas el anterior mejor registro. Dani Rodríguez había conseguido también en Madrid tener ese honor hacía tan solo unos días, pero el vuelo de Hortelano está volviendo a eclipsar a sus rivales como lo hacía antaño.
Bruno encuentra el buen camino
Después de muchos años de idas y venidas, Hortelano parece haber dado con la tecla que le devuelva a la senda de los buenos resultados. En los últimos meses ha introducido algunos cambios en su vida y en su preparación que están dando sus frutos. En solo unos meses ha pasado de meditar su retirada a volver a disfrutar de la competición.
Bruno Hortelano saltó a la fama mundial en el año 2016, cuando empezó a mostrar su mejor versión y cuando consiguió ganar la medalla de oro en el Campeonato de Europa. Sin embargo, después llegó ese desgraciado accidente de tráfico que a punto estuvo de terminar con todo. El atleta español consiguió sobreponerse y volvió a brillar en 2018, pero una crisis entre mental y física terminó introduciéndole en un túnel del que le ha costado salir.
Ahora, tras mudarse a Madrid y ya entrado en los 30, ha recuperado la ilusión gracias al nuevo panorama que ha conseguido construir gracias a los consejos de su nuevo entrenador, Pedro Jiménez-Reyes. Este estudioso del atletismo de Jaén le ha abierto un panorama completamente nuevo apoyado en datos, sensaciones y sentimientos con el que está recuperando lo que un día fue.
Además, se ha creado un nuevo entorno de entrenamiento entre la Residencia Blume de Madrid y su nueva residencia en la capital que le han ayudado recuperar el gusto por el entrenamiento. Con estos propósitos ya piensa en los objetivos del nuevo curso que podrían ir desde los Nacionales de Orense hasta esos Mundiales de Belgrado y su participación también en las pruebas de relevos con el equipo nacional. Todo es poco para modelar su presencia en París 2024, el momento en el que podrá decir que por fin está de vuelta.
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