La candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030 encabezada por Barcelona y los Pirineos entra en una de sus fases más decisivas. Tal y como ha anunciado Laura Vilagrà, la consejera de presidencia de la Generalitat de Cataluña, en los próximos meses se celebrará una consulta vinculante para conocer la aceptación que tiene el proyecto entre la ciudadanía.
Aunque no se han precisado fechas, solo se ha hablado de la época de primavera, lo cierto es que la horquilla de tiempo que se baraja podría estar en torno a los tres o cuatro meses. Cuando esa consulta llegue, se producirá un momento clave para la salida hacia delante de este proyecto que pretende devolver los Juegos Olímpicos a Cataluña.
El motivo por el cual no se han dado fechas sobre cuándo se efectuará esta consulta de carácter vinculante es la pandemia de la Covid-19. Desde la Generalitat de Cataluña prefieren no pillarse los dedos a la hora de establecer tiempos y que luego la crecida de casos o las complicaciones con los contagios provoquen que haya que modificar un proceso ya avanzado.
El objetivo de esta consulta, tal y como ha expresado la propia Laura Vilagrà, es conocer la opinión exacta que tiene la ciudadanía, algo que se toman muy en serio teniendo en cuenta la magnitud y la envergadura del proyecto. El apoyo social es básico y fundamental para que todo pueda salir bien y se cumpla el objetivo.
Particularidades de la consulta
De la mano del anuncio de la consulta se han dado a conocer algunas particularidades de la misma que han generado cierto revuelo. Vilagrà ha confesado que todavía no se ha cerrado la pregunta que le harán a los ciudadanos, por lo que esto debe someterse a estudio para tomar la mejor decisión posible.
La pregunta irá dirigida a todos los mayores de 16 años que residan en las zonas del Valle de Arán, Pallars Jussá, Pallars Sobirà, Alta Ribagorza, Alto Urgell y La Cerdaña. Un total de 63.000 ciudadanos que podrán expresar su opinión sobre lo que sería un acontecimiento histórico en caso de terminar de manera satisfactoria.
De momento, el gobierno catalán ya ha hecho pública en las últimas horas una consulta aparte que han realizado a un total de 1.500 personas. El resultado ha sido muy satisfactorio ya que el 73% de los cuestionados aseguraban que la idea de la candidatura de Barcelona-Pirineos 2030 les parece realmente interesante.
Además de en la sociedad, este proyecto también se está sometiendo a intenso debate en el Parlamento catalán. El proyecto está siendo impulsado por el gobierno de ERC y Junts y cuenta con el gran apoyo del Partido Socialista. De momento, en el lado opuesto se sitúa la postura de la CUP, que ha rechazado de forma unilateral la candidatura.
Conflicto con las votaciones
Tras la manifestación pública de Laura Vilagrà, que apareció en compañía de la secretaria general del deporte catalán, Anna Caula, se ha abierto ahora un debate sobre las personas que deberían participar en esta consulta vinculante. La idea es que solo se tenga en cuenta la opinión de los residentes en el Alto Pirineo y el Valle de Arán. No obstante, hay quien defiende que la pregunta debe extenderse a Barcelona e incluso a toda la sociedad catalana.
El motivo, que se ha hecho público y por el cual los habitantes de Barcelona no serán preguntados, es la supuesta intención de acercar las decisiones a los territorios donde se celebrarán la mayor parte de disciplinas. De esta forma, se considera que en Barcelona el impacto de la competición es menor. Un hecho que resulta cuanto menos llamativo simplemente al ver el nombre con el que suele presentarse la candidatura.
En esta línea ha alzado la voz otra fuerza política con poder en Cataluña. En Comú Podem ha pedido abiertamente que la consulta se hiciera en todo el territorio catalán. Sin embargo, esta demanda ha sido rechazada frontalmente añadiendo algo más de crispación al asunto. Además, desde el Gobierno de Cataluña se ha apuntado a que sí existe un cierto consenso a la hora de los territorios seleccionados para participar en la consulta a pesar de algunas divergencias políticas.
Los Juegos de la expansión
Otro de los puntos calientes de la candidatura es el establecimiento desde el primer momento del concepto de apertura territorial. El proyecto Barcelona-Pirineos 2030 quiere consolidar la idea de una total expansión a diferentes territorios. Sin embargo, el reparto de qué competiciones irán a según qué zonas también puede generar un nuevo debate. Todo partiendo de la base de que será Cataluña la base y quien aporte su "marca deportiva".
Uno de los primeros debates es el poco protagonismo que se espera que tenga Barcelona, de quien solo se aprecia su marca internacional, en todo el proyecto a tenor de lo revelado en las últimas horas. Sin embargo, también gana importancia la idea de que la mayoría de las competiciones se celebren en el Pirineo catalán. Aun así, desde la Generalitat han confirmado la idea de que algunas disciplinas recaigan en Aragón. Sin embargo, estas han sido calificadas como "las que no tienen tanto uso social en Cataluña".
Esto ha provocado el profundo malestar del gobierno de Aragón que ha criticado la postura de la Generalitat. Su presidente, Javier Lambán, ha asegurado que con la propuesta de Laura Vilagrà son imposibles los Juegos de Invierno de 2030: "O vamos de la mano, en igualdad, el Gobierno de Aragón y la Generalitat de Cataluña o no habrá candidatura". Además, ha confirmado que la próxima semana se reunirá con el presidente catalán, Pere Aragonès, y con el del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, para hablar de la candidatura conjunta.
El propósito inicial es que si la candidatura termina siendo finalmente la elegida, se abrirán a otros territorios más allá de Cataluña. Con esta medida se pretende ahorrar costes evitando la construcción de instalaciones faraónicas que después no vayan a volver a ser usadas por la falta de tradición de algunos deportes en el territorio catalán.
En paralelo a la pérdida de protagonismo que tendrá Barcelona y a esa polémica concesión a Aragón de las disciplinas que menor interés generen en Cataluña, llama la atención la posibilidad de que los Juegos Olímpicos de 2030 puedan llegar incluso al extranjero. Concretamente a Andorra. Laura Vilagrà no ha cerrado esa puerta, aunque sí ha reconocido que no se ha hablado con las autoridades del Principado.
La candidatura Barcelona-Pirineos 2030 quiere dejar un legado en la historia de los Juegos Olímpicos y por eso se han puesto de manifiesto cuáles serán algunos de los puntos básicos que deberán seguir. El primero de ellos es que sin duda no es un proyecto para unos cuantos días, sino que debe dirigirse a su posterior crecimiento dentro del deporte y de la sociedad catalana.
Además, desde la Generalitat han puesto en valor las diferentes estrategias en movilidad, conectividad, equipamientos, desplazamiento y equilibrio territorial que se quieren llevar a cabo. Se ha asegurado también que serán unos Juegos basados en la sostenibilidad y en los que se respete la supervivencia del entorno, el cual debería salir potenciado. Por último, Barcelona-Pirineos 2030 se ha definido como un proyecto que debe poner de manifiesto el éxito de Cataluña como territorio referencia en la organización de grandes eventos.
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