El 2 de agosto del 2021 fue uno de los peores días en la carrera de Orlando Ortega. El vallista español de origen cubano llegaba a Tokio como gran esperanza del atletismo español. Todos confiaban en que fuera su gran cita y que estuviera metido en las medallas después de cinco años de esfuerzo y dedicación.
Sin embargo, aquel día se anunció que Orlando estaba lesionado y que no podría tomar la salida en las pruebas de los 110 vallas, su especialidad. El corredor español se despedía antes de comenzar una cita olímpica que había preparado con mimo para intentar dar una nueva alegría a España y a su equipo como ya lo hizo en Río de Janeiro 2016, donde consiguió dar la sorpresa y sumar una histórica medalla de plata.
El reto en Tokio era estar de nuevo peleando por los metales, pero no se pudo llevar a cabo, por ello Orlando persigue ahora una nueva hazaña, la de llegar a los Juegos Olímpicos de París con opciones de pelear por ese gran éxito que tanto ha anhelado durante los últimos años.
Muchos piensan que el punto más álgido de su carrera deportiva ha pasado y que el reto de París, que llegará en 2024, está todavía muy lejano. El atleta cubano que compite bajo los colores del equipo nacional llegará a París con 33 años, una edad considerable para un atleta cuyo fuerte está en la velocidad. Sin embargo, el hecho de afrontar un ciclo olímpico más corto de lo habitual, va en su beneficio.
Para intentar dejar atrás los fantasmas del pasado, de esa dura lesión y de su no presencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Orlando está planeando dar un giro brusco a su carrera y a su preparación. Quiere hacer cambios que le ayuden a resetearse y a buscar de nuevo su mejor versión. Lleva sin competir desde los Campeonatos de España celebrados en Getafe en el mes de junio y ya mira hacia el 2022 con el objetivo de dar una vuelta de tuerca a su exitosa carrera para recuperar su mejor versión.
Orlando cambia el paso
Orlando lleva un tiempo alejado de su mejor nivel y es que los últimos años de su carrera no han sido especialmente fáciles. Después de su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el hispano-cubano ha sumado más éxitos a su palmarés, pero le ha faltado algo de continuidad.
Se podría decir que su mejor temporada se produjo en el año 2019, cuando justo venía de ganar la medalla de bronce en los Campeonatos de Europa de Berlín con un tiempo de 13.64 el año anterior. El objetivo era colgarse la medalla de oro en los campeonatos continentales de pista de cubierta de Glasgow. Sin embargo, el resultado no fue el esperado.
Llegaba con la mejor marca del año a la prueba, pero no tuvo el día soñado y se quedó a un paso del podio con la cuarta plaza. Este resultado se lo tomó con una especie de fracaso y por ello muchas cosas pasaron por su cabeza en ese momento. En caliente, el hispano-cubano se llegó a plantear la retirada como profesional, aunque finalmente recapacitó y decidió dar un cambio de 180 grados.
Hasta ese momento, Orlando se había preparado de manera profesional en Valencia junto a su padre, pero decidió cambiar de hábitos y de escenario. Se mudó a Chipre para prepararse junto al campeón de Europa de pista cubierta Milan Trajkovic en un equipo liderado por el mítico entrenador Antonis Giannoulakis.
Trayectoria descendente en Chipre
Los primeros pasos de Orlando fueron todo un éxito, ya que recuperó de nuevo su vuelo habitual y cerró un 2019 que estaba llamado a ser la mejor temporada de su carrera. Venció en pruebas tan importantes como la Diamond League y se llegó al Campeonato del Mundo de Doha de ese curso como número 1 del ránking mundial. Sin embargo, de nuevo llegar en lo más alto, no le sirvió para morder el ansiado oro.
En aquella histórica final, Orlando Ortega tuvo problemas con la súper estrella Omar McLeod, quien le obstaculizó en su desarrollo relegándole a la quinta posición. Tras varias reclamaciones, consiguió que la IAAF, ahora conocida como World Athletics, le otorgara una segunda medalla de bronce que desde entonces brilla con luz propia en su palmarés junto a la plata olímpica de Río.
Sin embargo, después de un 2019 en el que había rendido a un gran nivel, dieron comienzo un 2020 y un 2021 sin grandes resultados, marcados por la pandemia y que hicieron de su paso por Chipre una etapa un tanto oscura que no relanzó como esperaba su carrera profesional. Toda la luz que había dado el 2019 y esa constante pelea por las medallas, se transformaron en un apagón que terminó concluyendo con esa fatídica lesión que le apartó de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Solo en 2020 consiguió apuntarse un hito que sí fue histórico, y es doblar los dos campeonatos de España en las pruebas de los 60 metros lisos y los 60 metros vallas, demostrando que su puesta a punto para Tokio podía ir por el buen camino. Su salida de Valencia y su llegada a Chipre, aunque fue el comienzo de una buena aventura al principio, ha terminado siendo una página muy complicada de su carrera profesional.
Oportunidades en San Cugat
Orlando Ortega va en busca de otro gran cambio como aquel que dio en 2019 con su llegada a Chipre con la esperanza de hacer del 2022 la repetición de aquella gran temporada en la que a nivel individual compitió a un nivel realmente alto. Aquella lesión que le apartó de los Juegos Olímpicos de Tokio ya está prácticamente superada y por eso solo mira hacia el futuro con la ambición de seguir entrenando al máximo nivel y cumplir el objetivo de empezar fuerte el nuevo curso.
A largo plazo, la gran luz de París 2024 es la que ocupa sus pensamientos. Sin embargo, ahora tiene nuevos retos por delante como son el de adaptarse a su nueva casa. Como parte de ese gran cambio, Orlando Ortega ha regresado a España y es que acaba de llegar a las filas del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat.
Ortega busca en casa ese nuevo cambio empezando una nueva etapa en su carrera profesional en Barcelona. Además, lo hará de nuevo al calor de su familia, ya que su padre, quien fuera pieza fundamental en sus primeros pasos en el atletismo y en su explosión como deportista internacional, volverá a ponerse al frente su preparación en lo que parece un 'regreso al futuro' con la ambición de subirse de nuevo a los grandes podios internacionales y a pelear por las medallas en París.
[Más información: El día en que Usain Bolt pudo cambiar la historia del atletismo y de los Juegos Olímpicos]
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